EVOLUCIÓN DE LA EVALUACIÓN EDUCACIONAL CUANTITATIVA A LA EVALUACIÓN CUALITATIVA

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Ahora, como docentes ¿qué nos interesa más, que la evaluación sea exacta o que sea rica?. La importancia de los aportes del proceso de evaluación, entendido en un plano cualitativo, es la riqueza, profundidad y diversidad de la información.

La nueva concepción de la educación, se abre a nuevos objetivos, a nuevos modos de trabajo, a nuevas dimensiones del desarrollo de los sujetos, se ve abocada a abrir también sus propios mecanismos de obtención de información y de análisis de los datos.

Esta apertura supone:

- apertura conceptual para dar cabida en la evaluación a resultados no previstos y acontecimientos imprevisibles o más allá de los objetivos planteados

- apertura de enfoque para dar lugar a recogida de datos tanto sobre procesos como sobre productos (evaluación formativa y sumativa)

- apertura metodológica al incluir procedimientos informales (compaginación de métodos experimentales, empíricos y cualitativos)

- apertura ético-política, es decir, la evaluación proporciona información a todos los participantes y recoge opiniones e interpretaciones de todos los grupos de interés implicados en un proyecto educativo (se integra el discurso pedagógico y el discurso técnico para potenciar la funcionalidad curricular).

El desarrollo curricular de la evaluación necesita que se utilicen buenas técnicas, de que las preguntas estén correctamente expresadas y que sean representativas per, también de que la evaluación dé una imagen veraz y completa de lo que sucede en la dinámica del aula.

Al plantear y diseñar el proceso de evaluación hemos de tratar de recoger datos, no solamente de lo que los alumnos saben, de las ganancias obtenidas por ellos en el ámbito de los conocimientos, sino de todo el conjunto de influencias-efectos ejercidos sobre ellos.

En esta perspectiva cualitativa de la evaluación aparecen nuevos enfoques y modelos, menos rigurosos en cuanto a su elaboración interna, pero más capaces de responder a la multidimensionalidad, dinamismos e impredecibilidad del acto didáctico, tales como el diario del profesor, observación etnográfica de las clases, técnicas de dramatización, coloquios abiertos de metacomunicación (plantearse con todo el grupo qué tal van las cosas y su relación entre ellos y con nosotros como profesores), la crítica artística.

En definitiva, las técnicas cuantitativas y las cualitativas han de complementarse para permitirnos captar en toda su globalidad y riqueza de matices lo que sucede en la enseñanza y para que la información obtenida y su tratamiento se apoye, pese a la complejidad de la enseñanza como suceso dinámico y multidimensional, en unos recursos técnicos y metodológicos lo más depurados y pertinentes posible.