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El compromiso como educador

Enviado por   •  28 de Febrero de 2018  •  2.003 Palabras (9 Páginas)  •  317 Visitas

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3°) El educador tiene un compromiso con la sociedad, pero ¿con qué sociedad?

Cuando decimos que el educador tiene un compromiso con la sociedad, no estamos hablando de una sociedad abstracta, sino de una que tiene características propias, concretas, y que es aquella en la que el educador está ubicado o en la que desearía estar ubicado. Hacemos esta distinción entre la sociedad concreta y la deseada porque puede suceder que el educador no esté conforme con la sociedad en la que vive y esto lo haya llevado a concebir otro modelo de sociedad que el considera mejor (que puede rescatar algunos aspectos de su propio medio social), y a formar a los sujetos para ese modelo de sociedad.

Con respecto a la relación entre la concepción de sociedad y la educación son muchos los autores que sostienen que no puede haber una educación neutral, en primer lugar porque siempre está presente el compromiso de la educación con el hombre mismo y esto implica rechazar todo aquello que le impida su desarrollo integral. En segundo lugar, porque la educación no puede ignorar la realidad económica, política y social que la rodea, ya que le compete a ella formar hombres capaces de asumirla y conducirla.

Nos dice Paulo Freire: “La educación nunca fue, es o puede ser neutra, “indiferente” a cualquiera de estas hipótesis, la de reproducción de la ideología dominante, o la de su refutación.” (Pedagogía de la autonomía, cap. 3)

4º) El educador tiene un compromiso con el hombre, pero ¿con qué hombre?

La tarea de educar debe partir de una adecuada concepción del hombre como persona, porque uno de sus objetivos es ayudar al hombre a lograr su plenitud y solo se lo podrá ayudar en la medida en que el educador comprende lo que es el hombre y las posibilidades y necesidades que éste tiene.

Y además, el educador tratará a sus alumnos de acuerdo a la idea que tenga de lo que es el hombre, aunque quizá lo haga sin demasiada reflexión.

Todo educador debe ser consciente en su tarea de que el hombre:

- es un ser social porque nace en una sociedad y necesita relacionarse con los demás individuos para vivir y desplegar sus cualidades;

- es un ser histórico, porque es un ser en el tiempo que se va haciendo a medida que transcurre la historia, el hombre es lo que es en el presente porque ha llegado a serlo desde el pasado y por lo que está llamado a ser en el futuro;

- es un ser concreto ya que pertenece a una determinada cultura, raza, clase social, familia, y esta pertenencia forma parte de su identidad;

- es un ser inacabado, incompleto, inconcluso (como nos señala Freire), y que además se sabe y reconoce inacabado, por eso vive en un continuo proceso de búsqueda;

- es un ser ético porque es capaz de intervenir en el mundo con su accionar, ya sea para embellecerlo o afearlo.

5º) Compromiso del educador con sí mismo

Además de su compromiso con la sociedad y con los hombres, el educador tiene un compromiso con sí mismo, con su propia persona. Este compromiso consiste en buscar permanentemente su propio perfeccionamiento para llegar a ser cada vez mejor y así poder servir mejor a los otros en la tarea de educarlos.

Y además, el educador debe recordar que no solo forma a los sujetos con aquello que les dice, sino principalmente con lo que hace, con su ejemplo de vida y testimonio, por tanto no puede pretender ser alguien dentro del aula pero ser completamente distinto fuera de ella. Debe ser alguien auténtico. “La práctica educativa en la que no existe una relación coherente entre lo que la maestra dice y lo que la maestra hace es un desastre como práctica educativa.” (Freire Paulo, Cartas a quien pretende enseñar, Sexta carta, pág. 82).

Conclusión

Podemos concluir a partir de lo analizado que el compromiso del educador es triple: con la sociedad, con los hombres y con él mismo.

Con la sociedad, porque debe brindar a sus miembros las herramientas para incorporarse a la vida social y enseñarles a utilizar esas herramientas de la mejor manera, colaborando en la realización de una sociedad cada vez más justa y fraterna, para lo cual quizá sea necesario ejercer una acción transformadora.

Con los hombres, buscando un desarrollo pleno de ellos como personas, y no limitándose a la simple transmisión de conocimientos.

Y con él mismo porque continuamente está llamado a un perfeccionamiento como educador y como persona, es decir, a auto educarse para poder realizar su tarea de la mejor manera posible.

Este triple compromiso hace que la educación no sea una tarea para nada sencilla. Al contrario, es muy compleja y exigente.

El educador debería preguntarse todos los días en qué medida está respondiendo a ese compromiso, porque si no corre el riesgo de olvidarlo y hacer de su tarea una simple rutina sin dar demasiada importancia a sus consecuencias.

Bibliografía

- Freire, Paulo (1976). Educación y cambio.

- Freire, Paulo. Cartas a quien pretende enseñar, en cuadernillo de cátedra Práctica I, IFDC, 2011.

- Freire, Paulo. Pedagogía de la autonomía, en cuadernillo de cátedra Práctica I, IFDC, 2011.

- Núñez, Violeta. Reinventar el vínculo educativo: aportaciones de la Pedagogía Social y del Psicoanálisis, en cuadernillo de cátedra Práctica I, IFDC, 2011.

- Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edición [en línea]. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=compromiso [fecha de consulta: 20 de junio de 2011]

- Santos Guerra, Miguel Ángel (2001). Enseñar o el oficio de aprender. Santa Fe: Homo Sapiens Ediciones.

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