El estilo de aprendizaje como orientador de la práctica educativa

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La importancia, de los estilos de aprendizaje, radica en que, al conocer cuál es el estilo de aprendizaje que caracteriza a las personas, se pueden plantear experiencias de aprendizaje que permitan obtener un mayor rendimiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje de acuerdo con su estilo y a su vez, indicar cuáles son las actividades que se deben incluir en la práctica educativa para el desarrollo armónico de todas las capacidades.

Dentro de las diferentes estrategias de aprendizaje se deben proponer actividades para los diferentes tipos de aprendizaje como una experiencia concreta y fomentando la diversidad de habilidades. Finalmente, es conveniente señalar que los estilos de aprendizaje son dependientes del medio, es decir, su comportamiento se modificará de acuerdo con la percepción que tengan del ambiente donde se desenvuelven.

Importancia de los estilos de aprendizaje

Se habla de la necesidad de aprender a aprender. Estos tiempos exigen de una persona reflexiva, analítica, autónoma, crítica, capaz de apropiarse no solo de conocimientos específicos, sino también, de verdaderas estrategias para aprender eficazmente, que le permitan asimilar y gestionar sus propios aprendizajes a lo largo de toda la vida. Por lo tanto los estilos de aprendizaje son los siguientes:

Activos (as):

Las personas que tienen predominancia en el estilo activo se implican plenamente y sin prejuicios en nuevas experiencias. Son de mente abierta, nada escépticos y acometen con entusiasmo las tareas nuevas. Son personas del aquí y ahora y les gusta vivir nuevas experiencias.

Reflexivos (as):

Las personas reflexivas les gusta considerar las experiencias y observarlas desde diferentes perspectivas. Reúnen datos, analizándolos con detenimiento antes de llegar a alguna conclusión. Disfrutan al observar la actuación de los demás, escuchan a los demás y no intervienen hasta que se han adueñado de la situación. Crean a su alrededor un aire ligeramente distante y condescendiente.

Teóricos (as):

Las personas teóricas se adaptan e integran las observaciones dentro de teorías lógicas y complejas. Enfocan los problemas de forma vertical escalonada, por etapas lógicas. Tienden a ser perfeccionistas. Integran los hechos en teorías coherentes. Les gusta analizar y sintetizar.

Pragmáticos (as):

El punto fuerte es la aplicación práctica de las ideas. Descubren el aspecto positivo de las nuevas ideas y aprovechan la primera oportunidad para experimentarlas. Les gusta actuar rápidamente y con seguridad con aquellas ideas y proyectos que les atañen. Tienden a ser impacientes cuando hay personas que teorizan, su filosofía es siempre se puede hacer mejor, si funciona es bueno.

De ahí, la importancia de incorporar los diferentes estilos de aprendizaje en las estrategias aprender de aprender para favorecer al estudiantado y que tengan la oportunidad de lograr los conocimientos y así lograr un buen rendimiento académico.

Pero la realidad siempre es mucho más compleja que cualquier teoría. La forma en que se elabora la información y la que se aprenden variará en función del contexto, es decir, de lo que se está tratando de aprender, de tal forma que la manera de aprender puede variar significativamente. Por lo tanto es importante no utilizar los estilos de aprendizaje como una herramienta para clasificar a los personas en categorías cerradas. La manera de aprender evoluciona y cambia constantemente, como cambia las personas.

Fuentes de información

Alonso, Catalina. Los Estilos de Aprendizaje. Tercera Edición. Ediciones Mensajeros. España. 1997

Arce Salazar, Carlos. Aprender a aprender. Ministerio de Educación Pública. San José Costa Rica. 1995.

Garza, R., Leventhal, S. (2000). Aprender cómo aprender. México: Trillas/ITESM.

Mora Monge, Gioconda María. En ruta al éxito escolar. Estrategias para el aprendizaje. Ministerio de Educación Pública. San José, Costa Rica, 2014.

Pérez Córdoba, Rafael Ángel. Los estilos de aprendizaje y su tratamiento en la práctica pedagógica. Ministerio de Educación Pública. PROMECE. San José, Costa Rica, 1997.

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