El huevo y la gallina. Gellon G

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Los genes reguladores no están activados al azar porque cada tipo celular ocupa un lugar preciso en la anatomía general de cada animal con lo que cada regulador maestro tiene que estar encendido, este fenómeno puede coordinarse gracias a los reguladores y las señales que perciben. Es decir si no se tiene los receptores adecuados las señales son inútiles y no se activarán las proteínas necesarias.[6]

Las asimetrías en los huevos hacen que la masa de las células en división (embrión) produzcan tipos celulares distintos. Se diferencian dos tipos:

- Repartiendo los contenidos de la célula de madre desigualmente de forma que las células hijas se queden con ciertas sustancias en su interior y la otra célula con menor cantidad de esa sustancia o nula.

- Mediante la comunicación celular con los vecinos (diálogo intimo) mismos sets de genes e igualmente los genes dormidos son exactamente los mismos. Tienen también una membrana receptora para captar las señales específicas, y si, ese receptor es activado este activará la proteína reguladora la cual entrará en acción. Si ambas células reciben la señal, estas activarán la proteína reguladora y seguirán siendo de todos modos iguales una con la otra.

Estos dos mecanismos son usados frecuentemente en el desarrollo de muchos organismos. Las divisiones celulares asimétricas con la activación o distribución diferencial de reguladores maestros son responsables de que los sistemas que son los cigotos se transformen en estructuras altamente diversas. [7]

Para cada región u órgano del cuerpo parece hacer entonces un “dibujo” que está compuesto por grupos de células que tienen en su interior una cierta proteína reguladora. Estos grupos de células reciben el nombre de “territorios” celulares. Cada uno de estos está destinado a convertirse en algo diferente. El desarrollo de un animal comienza con muy pocas células y por ende muy pocos territorios, a medida que las células se dividen y que se vuelven diferentes mediante divisiones asimétricas, aparecen en el embrión más y más territorios.

La forma y el tamaño de estos territorios pueden cambiar a medida que el desarrollo progresa. Por lo tanto los “dibujos” que vemos en el embrión también cambian con el tiempo. Estos dibujos no son muy distintos de los verdaderos dibujos en la piel de los animales con la diferencia de que cada una de estas células epiteliales es distinta por su pigmentación y pueden producir pigmentos distintos porque tienen proteínas diferentes que, a su vez, están allí por la activación diferencial de los genes.

Los dibujos en un organismo en desarrollo se generan cuando cada parte del cuerpo aparecen donde debe aparecer y es fundamental que los genes reguladores se enciendan donde corresponde y permanezcan apagados donde no les corresponde ya que, de alguna manera, hay que regular a los reguladores. Cada parte del cuerpo parece estar controlada por un regulador maestro específico o por la combinación de un par de reguladores maestros.[8]

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Conclusión

Debemos aceptar la idea de que todos los seres vivos provenimos de otro. El huevo no puede generar a la gallina sin la aparición de la unión de un espermatozoide con un óvulo (huevo sin fecundar) mediante el proceso de fecundación. Al unirse forman la primer célula que desencadenará mediante la división celular a muchas otras, formando así cada parte del nuevo ser. Y luego de un determinado tiempo de gestación la gallina romperá el cascarón y dará vida a un nuevo ser, es decir que es una larga cadena en la cual la gallina pondrá un huevo y el resultado del mismo pondrá otro cuando sea adulto y así sucesivamente,

Todas las células poseen distintas características y van variando su tamaño, forma y función. Estos cambios se deben a los tipos de sustancias con las cuales está formada y en qué región se encuentran. Los tamaños y su forma se adecuan al lugar en donde están, observando así que las células nerviosas no son iguales a las de los huesos, es decir, que las sustancias presentes en las células hacen que se cumplan sus funciones y adopten una forma particular.

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