El líder de la Espada de Honor.

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El articulo número tres titulado “El líder de la Espada de Honor” construye la figura del soldado y su papel dentro de las Fuerzas Armadas. No es un individuo cualquiera ya que debe tener características especiales, pero no en relación con una selección particular para su vinculación, si no producto de su desempeño dentro de la institución, características que confluyen en el liderazgo.

Aspecto No.3: La configuración de un héroe.

Quizás la idea de ser un soldado raso por vocación y no por necesidad o tradición familiar no sea lo suficientemente llamativa. Por lo tanto, la imagen del soldado debe ser enaltecida y elevada a un plano más sublime. Esta renovación de la imagen se ve plasmada en afirmaciones tales como “El soldado es el eje principal del Plan de Campaña “Espada de Honor”, como el artículo de lujo más preciado…” (Pp. 34) Por lo tanto el soldado ya no es la carne de cañón que va al frente, ahora no es solo un bien preciado, es el mayor de ellos. A continuación se enuncian una serie de características como si se describiese un héroe, es entonces el líder de la Espada de Honor el héroe de la batalla. Aquel ideal de hombre al que todos los soldados deben admirar, y hacer lo que sea necesario para alcanzar su categoría. Y finaliza con lo que podría ser la exclamación de un héroe al retirarse de escena con el deber cumplido “(…) Es un trabajo arduo, pero son los líderes de “Espada de Honor” quienes harán entender a la sociedad en general que si se puede cumplir los objetivos y si se puede lograr para Colombia una paz duradera con Fe en la causa” (Pp. 36).

El cuarto artículo, muy similar al número tres, titulado “El valor del Soldado” es particularmente escrito por un clérigo. Su contenido casi poético exalta la labor y las cualidades humanas del soldado en cuanto a su sacrifico por la soberanía de la patria, desde el hecho de alejarse su familia hasta el dar la vida por personas que no conoce. Además por el contexto del autor, lo reviste en algunas ocasiones con la aceptación y respaldo eclesiástico en su labor de defensa.

Aspecto No.4: El hombre detrás de la máscara.

En primera instancia es interesante ver una publicación escrita por un clérigo en una revista del Ejército. Esto evidencia una relación muy cercana entre la iglesia y la fuerza pública. Partiendo de ello ya de entrada en cuestiones de marketing militar y en un país con una fuerte inclinación religiosa, nos da una idea del alcance del mensaje transmitido por las Fuerzas Armadas, y el grado de aceptación popular sobre sus maneras de proceder. Es decir, considerar la iglesia como un canal de difusión y modificador de criterio.

Regresando al tema de la publicación, si en el artículo anterior el soldado era un héroe ajeno a los demás hombres, en este se adorna con las bondades humanas más puras.

“Ese soldado, es el que está sometido a una rígida disciplina, lleva una vida austera, está lejos de su familia, muere en la emboscada o en el combate, queda limitado en su cuerpo por las minas sembradas en los campos, dura dos meses o más en medio de la selva cumpliendo su labor de vigilancia, pasa la noche en vigilia para que la tropa o la ciudadanía no sea sorprendida por los agentes de la oscuridad y de la muerte. Ese es el soldado colombiano, mucha veces ignorado” (Pp. 23)

En los artículos anteriores la crueldad de la guerra había sido dejada a un lado para destacar el poderío de las Fuerzas Armadas. En este último, tal crueldad es expuesta, pero no para advertir sobre el peligro de la profesión del soldado, si no para configurar al héroe terrenal, aquel por el que todos sienten compasión y admiración, aquel sacrificado por el bienestar de los demás; quien todos quisieran ser porque su labor casi que se describe como “santa”.

Esto muestra otra faceta del héroe, vendiendo un mensaje diferente pero con un impacto similar, es decir, por un lado está el héroe líder en la batalla, por el otro está el que puede morir pero al fin y al cabo héroe. En pocas palabras la vida o la muerte son una posibilidad, el sacrificio y el heroísmo son lo único asegurado.

Conclusión.

Ante los diferentes frentes a los que se enfrentan la Fuerzas Armadas (diferentes al conflicto bélico) en la sociedad, es necesario manipular criterios y paradigmas referentes a los aspectos que son de su competencia, por ejemplo: la justificación y solicitud de presupuesto, centrar la atención en asuntos diferentes a la guerra, vincular nuevos efectivos, etc.

Las estrategias utilizadas para tales fines mutan dependiendo del contexto, dependiendo del mensaje, de forma que no sean evidentes a primera vista. Las ideas se refuerzan con el uso de determinado lenguaje y se complementan con imágenes seleccionadas para tal fin.

En el caso del concepto de héroe, es interesante evidenciar como las dos facetas sugieren un estado anhelado dentro de los paradigmas de la sociedad (el héroe victorioso y el héroe sacrificado) capturando la atención desde dos perspectivas diferentes pero igualmente eficaces.

Por otra parte es particular la forma como la guerra es tomada desde varios ángulos, en el primer artículo es una guerra limpia donde no hay heridos y simplemente se gana, en el segundo la guerra no existe, en el tercero la guerra es la escenografía donde el héroe hace su actuación, y en el ultimo se ve una guerra cruel e inhumana donde el sacrificio es el gran final. En ninguno de los 4 ámbitos, el concepto de guerra es negativo, todos están a favor del soldado, manipulando de forma idónea el paradigma sin llegar al punto de tergiversar la información.

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