El niño, nacimiento y desarrollo

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Conforme el pequeño va creciendo en su mente se van creando representaciones que puedan permitir al niño crear un vínculo que le permita emitir respuestas emocionales. Siendo hasta la segunda semana cuando el pequeño logra expresar sonrisas derivadas del placer al alimentarse o bien al dormir. La sonrisa logra ser correspondida ante una cara o dibujo hasta el mes aproximadamente, debido a que estas son asociadas con algo que les provocó placer (Spitz,1948), la sonrisa genuina y en respuesta emocional hacia la madre, se presenta alrededor de las 10 semanas. A partir de que este vínculo se ha creado se considera muy importante que exista una estimulación recíproca de parte de la madre y el bebé pues resulta fundamental para el desarrollo psicológico del pequeño.

A pesar de que el bebé se encuentra en una etapa “posición esquizoparanoide” según Klain (1952) donde aún no logra percibir las características propias de su madre y la de sí mismo (simbiosis), la relación va intensificándose, hasta llegar a la edad de 6 meses cuando aparece el fenómeno de la ansiedad de separación, en el cual al ser removido de los brazos de su madre comienza una frustración que sólo logra calmar al regresar a los brazos de ella.

Margaret Mahler (1965) distingue 4 etapas claves en el bebé: separación, práctica, reconciliación, y formación de constancia objetal.

La fase de separación abarca de los 4 a los 13 meses aproximadamente, se caracteriza por la ansiedad presentada al separarse de la madre, como ya se mencionó, misma que es recuperada al encontrarse nuevamente con ella.

La fase de práctica abarca de los 10 a los 18 meses, se caracteriza por la motricidad que el niño desarrolla donde no sólo empieza a caminar sino que interactúa con todo lo que le rodea convirtiéndose para él, en una interesante aventura. Además suele apropiarse de algún objeto específico que será su principal fuente de distracción “objeto transicional” Winnicot (1953). Otro logro que caracteriza esta etapa es el control de esfínteres, donde el niño reconoce que el hecho de avisar sobre sus necesidades, repercutirá directamente en la satisfacción de su madre.

La tercera fase es conocida como separación-individualización que abarca de los 18 hasta los 24 meses, aquí el niño expresa su autonomía a través del “NO” mientras que el “SI” le representa pasividad ante aquellas primeras palabras que suele emitir.

La cuarta fase se denomina separación- individualización abarca hasta el trigésimo cuarto o trigésimo sexto meses de vida, su principal característica es la constancia del objeto, es decir es capaz de saber de la existencia de un objeto aunque no lo vea. A partir de los dos años aparece la noción de tiempo y espacio y es capaz de distinguir a su padre y a su madre, y tener consciencia sobre sí mismo. Esta es una de las etapas con mayor relevancia para el niño, pues de las vivencias que surjan dentro de la misma, y la relación que se dé con la madre, dependerán las relaciones que entable a futuro.

Alrededor de los cuatro años el niño ya cuenta con grandes capacidades cognoscitivas y manejo de ansiedades o impulsos, además ya ha desarrollado parte de su personalidad y es capaz de establecer una relación emocional de su triángulo entre él, mamá y papá. Sintiendo cierto sentimiento de rechazo o amor hacia los mismos.

Otra de las características muy comunes a esta edad es el miedo o fobia hacia ciertas cosas como puede ser algún objeto o persona, luego ese miedo lo comenzará a manejar haciendo de sus fobias su elemento favorito, es decir, mostrará mayor interés en aquello que le produce temor.

A lo largo de esta etapa surgirán dudas en el menor, especialmente aquellas relacionadas con la sexualidad, pues comenzará la exploración y el interés de sus genitales, gracias a esa curiosidad el niño hará preguntas a los adultos, que desencadenarán cierta incomodidad en ellos, es por eso que los niños aminoran sus cuestionamientos, al detectar que esos temas no son de agrado para sus padres y etiquetan este ámbito como prohibido.

Sin embargo estas áreas relacionadas a los ámbitos de la sexualidad, sólo estarán reprimidas por un tiempo, dedicándole mayor interés a otros aspectos relacionados con su medio. Una vez que haya llegado la etapa de la pubertad se desencadenará dicha curiosidad con mayores cuestionamientos y experiencias adquiridas durante toda la infancia, además de grandes cambios que surgirán no sólo en su personalidad sino en su cuerpo, dando paso a una nueva capacidad de pensamiento: a lo abstracto, definiendo más su madurez y carácter para llegar de manera gradual a la adultez.

CONCLUSIÓN

Después de haber realizado el análisis de las lecturas y las películas, se amplió el concepto que se tenía acerca del nacimiento y desarrollo humano, comprendiendo la importancia de su estudio en el ámbito educativo e incluso en el personal, además de ser conscientes como influyen los diversos factores durante este proceso en el comportamiento del niño y del adulto. Siendo una gran cantidad de información se rescató la que se consideraba más relevante para el trabajo cotidiano. Considerando que estos conocimientos nos llevarán a la mejora de la práctica docente y socialización cotidiana con nuestros alumnos y círculo social fuera y dentro del sector educativo.