El racismo, la discriminación y Argentina
Enviado por Jerry • 17 de Abril de 2018 • 1.179 Palabras (5 Páginas) • 346 Visitas
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En Argentina principalmente los grupos que sufren racismo son los pueblos indígenas, africanos, población migrante de países limítrofes y asiáticos, sumado a la constante de la comunidad judía y musulmana entre otros. Ejemplo de discursos racistas son “indocumentado” o “Nos vienen a robar nuestros puestos de trabajo” “Son todos vagos oportunistas”, “vienen a cobrar planes y estudiar gratis los negros” entre otros
Estos últimos ejemplos abarcan lo que se llama el discurso racista, una practica racista esencial dado que es la principal difusora de esta ideología. El puro pensamiento racista es algo que no tiene repercusión sociocultural, el boca en boca es lo que genera prejuicios, estereotipos y malestar social. Hay dos tipos de discursos, existe el discurso hacia los otros, que es tal vez el mas agresivo y no tan presente en nuestro país. Son insulto e intencionalidades o agresiones directas y explicitas. El otro, y mas presente es el discurso sobre los otros. Este se realiza entre miembros del grupo dominante, no afecta de forma directa a los discriminados, por lo menos no en lo inmedianto.
En ambos hay una lógica que sirve si se quiere de formula: La representación negativa de los otros y la auto representacion positiva del nosotros.
En el apartado “Racismo y contruccion del Estado-nacion argentino” del informe de la UTN, que por cierto me brindo un primo estudiante de sociología, se explica
“La construcción del Estado-nación argentino de finales del siglo XIX (1880-1910) implicó una postura selectiva y racista sobre la forma en que se conformaba la sociedad tanto a nivel cultural como a nivel poblacional. La conformación de la identidad nacional no estuvo lejos del paradigma eurocéntrico de la época, que apelaría cada vez más a la biología y a pensar estas divisiones en términos de “razas”.
Pensando en la República Argentina como una tierra desértica que debía ser ocupada, se promovió la inmigración internacional, idealmente proveniente de la Europa occidental, puesto que se consideraba que podrían importar valores, costumbres y educación de alta calidad propios del modelo de sociedad europeo “civilizado”. El férreo objetivo de fomentar la inmigración europea se plasmó por primera vez en el artículo 25 de nuestra Constitución Nacional.
Más tarde, se sancionó la Ley de Inmigración y Colonización de 1876, conocida como “ley Avellaneda” mediante la cual se efectivizó la apertura a la inmigración. Contrariamente a los objetivos del entonces gobierno, la mayoría de los inmigrantes provenían de los países más empobrecidos de la cuenca mediterránea, siendo un 80% italianos/as y españoles/as.
Este fenómeno inmigratorio fue acompañado por otro proceso: la migración del campo a la ciudad por parte de la población nativa. Ambos fenó- menos tuvieron como consecuencia la construcción de un espacio urbano que creció exponencialmente al mismo tiempo que se llenaba de cosmovisiones culturalmente diferentes, las traídas del mundo rural local y las que venían con los nuevos habitantes provenientes de otros lugares del mundo. El criollismo fue el emergente cultural de esta tensión: la creación del gaucho como figura nostálgica que apelaba a lo nacional permitió simultáneamente la asimilación de las culturas extranjeras, la adaptación de los nativos rurales recién migrados a las ciudades y la serenidad de las clases dominantes ante aquellas prácticas culturales venidas de afuera que no coincidían exactamente con la idealización europeísta que imaginaron”
En resumen creo que el racismo, la discriminación y la xenofobia es algo que obviamente hay que erradicar pero sobre todo entender que somos iguales en derechos que cualquier boliviano, o argentino de tez oscura. La cultura es algo ajeno al cualquier juicio valorativo, la distinción de cada cultura es lo que hace único a los grupos sociales.
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