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Ensayo Sobre “El Matrimonio en la Roma Antigua”

Enviado por   •  3 de Mayo de 2018  •  1.961 Palabras (8 Páginas)  •  1.945 Visitas

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Roma parece haberse visto atrapada, a lo largo de su historia, entre dos fuegos; por un lado si descuidaba los diversos cultos a la fecundidad, podía producirse el agotamiento de las fuentes de la vida necesarias para su subsistencia, y, por otro, temía que la práctica de esos mismos cultos pudiera desembocar en accesos de fanatismo y desordenes no menos peligrosos para la ciudad[2]

La diosa Venus era una importante diosa romana relacionada principalmente con el amor, la belleza y la fertilidad, que desempeñaba un papel crucial en muchas fiestas y mitos religiosos romanos. Quienes rendían el culto a dicha diosa a cambio de buena voluntad por parte de ella y su bendición para el correcto desarrollo de sus concepciones y embarazos, productos de la unión entre un hombre y una mujer, para así poder continuar y preservar el legado de la familia como se tenía pensado desde la perspectiva romana.

El matrimonio fue durante largos siglos, unas de las instituciones más sólidas y respetadas por la sociedad romana. Al cual, aludían las viejas costumbres, en donde las mujer, después de haber enviudado, no accedía a volverse a casar de nuevo, sin embargo, tras el Imperio, este vínculo matrimonial se había vuelto extremadamente frágil, mientras que antes era considerado como una garantía de la grandeza romana. Numerosos historiadores, aseguran que una de las principales causas de decadencia de Roma reside en su abandono de aquel viejo ideal.

El matrimonio, no solamente se consistía en la supervivencia y la conservación de la especia, también se refería a la misma estabilidad del Estado. Se le puede atribuir por una parte la dependencia de las mujeres, el que los esposos las tuvieran en un estado de absoluta esclavitud, ya que les negaban la mayor autonomía, eran privadas de cualquier posibilidad de vida social, se les prohibía administrar, o hasta disponer, de toda fortuna personal, permaneciendo confinadas a las tareas domésticas y la crianza de los hijos. El termino matrimonium, deriva del que le designaba a la madre, mater: lo que significaba desposar a una mujer era llamarla “madre” y ese título le pertenecía incluso aun que hubieren nacido los hijos. Del mismo modo el esposo, recibía el título de “padre”, pater, desde el momento en que quedaba unido en las bodas conforme al derecho.

“El matrimonio es el lugar de confluencia del derecho divino y el humano, nos dice, y un poco más lejos añade: El matrimonio es la total unión durante toda la vida.”[3]

La primera definición parecía más exacta que la segunda, pues el matrimonio persistía incluso en caso de que, por causas ajenas, se encontraran materialmente separados. Los juristas romanos determinaron al matrimonio como la íntima asociación convenida entre dos seres, abarcando al mismo tiempo su realidad divina y humana. Para que haya matrimonio es necesario, que tanto como hombres y mujeres dispongan antes los dioses, del mismo estatuto, del mismo mandamiento y por lo tanto del mismo valor. En un inicio los matrimonios entre patricios y plebeyos estaban prohibidos, ya que transgredía el estatus social de alguna de las dos familias, ya que el esposo o la esposa no adquiría automáticamente por medio del matrimonio la condición jurídica de su pareja. Claramente esta concepción fue evolucionando a trasvés de los años y los avances de la pluralidad de la sociedad. Claramente el matrimonio se funda no en los dioses, sino en el vínculo basado en la voluntad común, que es firmada por los dos cónyuges, de unir sus destinos y familias.

Conclusiones

El matrimonio era una figura monogámica, ya que se constituía entre personas de sexo opuesto. Cuando habla de “consorcio de toda la vida” debe entenderse como un deseo de vida en común, no limitado en el tiempo.

Hemos visto, cómo alguno de los elementos y requisitos esenciales que caracterizaban el matrimonio en la época romana, eran la diversidad de sexo, el consentimiento de los cónyuges y sus capacidades física y psíquica, perduran hasta nuestro derecho de familia. La concepción misma del matrimonio como vínculo de poder sobre el cual se consolidaba la familia, entiéndase como un poder económico y social, con su discriminatoria figura del “pater familias” y la “patria potestas”, son lo más alejado que existe de nuestra institución matrimonial actual, debido a que hoy en día se plantea una pluralidad de relaciones interpersonales de las personas, que tanto como la familia, son fin mismo, y no medio para lograr un fin, y como tal son tuteladas por nuestro derecho.

De todas formas, no podemos más que admirar la brillantez de aquellos hombres, que en medio del oscurantismo y con falta de avances tecnológicos con respecto de los actuales, trazaron las pautas de lo que es hoy el derecho moderno. No obstante, es justicia histórica e intelectual señalar que las pautas que marcó el derecho romano, fueron resultado de siglos de arduo raciocinio, frente a los avances del mundo actual. Muy amplio y complejo es este tema, derivan de el un sin fin de concepciones y diálogos de las raíces mismas de la sociedad.

Fuentes de Consulta

Grimal, Pierre. “El Amor en la Roma Antigua”. Editorial Paidós. Traducción al español, Madrid, España, 2011.

Floris Margadant, Guillermo. “El Derecho Privado Romano”. Editorial Esfinge. Primera edición: 1960, México.

Bravo Gonzales, Agustín. “Segundo Curso de Derecho Romano”. Editorial Porrúa, México 1998.

Grimal, Pierre. “Sexo y Poder en Roma”. Editorial Paidós. Traducción al español, Madrid, España, 2010.

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