Ensayo sobre bienes publicos
Enviado por Helena • 25 de Diciembre de 2018 • 1.584 Palabras (7 Páginas) • 381 Visitas
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el sistema económico, se produce una verdadera revelación de preferencias. En cambio cuando son las comunidades las que se adaptan a las preferencias de los consumidores una verdadera revelación de preferencias es prácticamente imposible.
Si bien este modelo logra mostrar una vía esperanzadora al momento de determinar las verdaderas preferencias de los consumidores, el escenario en el que se realiza es muy restringido. Sería ideal encontrar comprobaciones empíricas que se asemejen al escenario planteado y así poder discutir su validez y aplicación.
2.
Basándonos en las propiedades inherentes a un bien público según Samuelson (no rivalidad y no exclusión) la evidencia empírica nos muestra que nunca nos enfrentamos a una canasta de bienes que cumplan dichas condiciones.
Goldin introduce un nuevo eje de clasificación de bienes, con el objetivo de alcanzar realmente una distribución eficiente de los mismos. La verdadera elección a la que nos enfrentamos es el sistema de distribución que utilizaremos para proveer el bien: un sistema de distribución equitativo (equal access, EA) u otro de carácter selectivo (selective access, SA).
“La elección del sistema de distribución eficiente es de carácter empírico y no puede hallarse con métodos a priori” (Goldin, 1977, p. 70/1). Para ambos sistemas de distribución, en general, agregar consumidores aumenta los costos y la elección entre uno u otro es determinante en búsqueda de la eficiencia.
Al determinar la no exclusión como propiedad de los bienes públicos, automáticamente se los asocia con una forma de distribución equitativa, ya que no existe otra posibilidad. Todos tienen acceso al bien, sean indiferentes o no al consumo del mismo. Esto no se verifica empíricamente y tal clasificación es errónea. Es de vital importancia justificar la elección de este sistema de distribución por sobre el SA, ya que es posible que no sea la forma más eficiente de proveerlo. En el caso que haya agentes que se manifiesten indiferentes al consumo del bien, sería eficiente excluirlos del mismo. Esto reduciría los costos y nadie se vería perjudicado. Si bien existen ejemplos donde la exclusión es difícil de lograr, el desarrollo tecnológico cada vez demuestra lo contrario y reafirma la importancia de comprobar que sistema de distribución es más eficiente para cada bien.
Para poder cumplir con el principio de no exclusión hay que aclarar que Samuelson se refiere a un grupo determinado de personas (una Nación, una provincia), donde a priori ya se está excluyendo a las personas que no forman parte del mismo. Además, un bien público no debería estar sujeto a algún grado de congestión (no rivalidad). En ese caso todos consumen la misma unidad del bien, sin rivalidad ni exclusión. Estos tres conceptos derivan en un costo marginal nulo de agregar agentes al consumo. Sin embargo, aumentar la provisión de un bien público tiene un costo (ej. mas defensa nacional, mas alumbrado público, mejor luz del faro). La exclusión de agentes indiferentes al consumo del bien sería la opción eficiente, pero al ser imposible por definición, nos vemos encerrados en la categoría de bien público, obviando la verdadera elección.
La teoría económica no ha demostrado suficiente contenido teórico y empírico para respaldar un sistema de distribución equitativo de este tipo de bienes.
Conclusión
En tanto las críticas aquí mencionadas ostentan argumentos sólidos frente al descubrimiento de Samuelson, considero de vital importancia para el desarrollo de la teoría económica el aporte realizado. La existencia teórica de una distribución eficiente de bienes públicos logró demostrar que es posible en tanto se cumplan las condiciones especificadas y la revelación de preferencias de los agentes sea certera. Abrió el horizonte para que nuevos economistas se centren en criticar la teoría y así seguir avanzando hacia una mejor distribución de los bienes en cuestión.
Si bien creo que será imposible alcanzar la eficiencia total, partiendo de Samuelson y luego pasando por las críticas posteriores el avance ha sido notorio. El resultado al que llegó Samuelson debe ser tomado como referencia teórica y punto de partida estratégico para la elaboración de teorías que se asemejen mas a la realidad, pero su vigencia y enorme contribución a la ciencia teórica no debe ser puesto en duda.
Referencias Bibliográficas
Paul A. Samuelson - "The Pure Theory Of Public Expenditure" (1954/1955)
Kenneth D. Goldin - "Equal Access vs. Selective Access: A Critique of Public Good Theory" (1977)
Charles M. Tiebout - "A Pure Theory Of Local Expenditures" (1956)
Bibliografía de consulta
Armen A. Alchian - "Uncertainty, Evolution, and Economic Theory" (1950)
Harvey S. Rosen - "Hacienda Pública"
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