Especialización Docente en Ciencias Sociales Industrias Corporales

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Es común escuchar en los pasillos de las escuelas y hasta en las aulas que los propios chicos asumen una postura crítica hacia sus mayores:

“…mi mamá se viste como pende…”, “…mi papá se viste como yo y le presume a las chicas…” o la que más atención le he dado; “…hay profes que les gusta hablar de los peinados que se hacen, o de la pintura de uña o el tratamiento corporal…”

Entonces, ¿en quiénes buscan referencias estos jóvenes para construir su identidad como persona? ¿Cuáles son los mecanismos de docilización y normalización? Está claro que ya no son los adultos, sino la imagen o el espectáculo que se proyecta de ese adulto, enfrascado en el tiempo a raíz de las cirugías o medicalización, y de los mismos jóvenes que impulsados por el deseo del éxito inmediato hacen uso de estas grandes industrias corporales dejando un mensaje más que notorio a todos los adolescentes, “es necesario mantenerse juvenil, fresco y a la moda para ser exitoso. No necesito estudiar, hay personas que solo por tener un cuerpo bien trabajado desde lo estrictamente medicinal logran la fama y ser tapa del momento”.

Es lo que Paula Sibila expresa sobre las vivencias y relaciones que el individuo establece a través de las imágenes que se comparte como una manera de construir en forma colaborativa su propio proceso de identificación, el montaje que se lleva a cabo para armar su relato de vida. Este proceso se lo puede también identificar o relacionar con lo que Franco Berardi (Bifo) expone en su “Generación post-Alfa” constituido por un sector social marcado por el “...horizonte tecnológico y cognoscitivo...”, en la que se redefine las formas de identidad. Se habla de una mutación que afecta principalmente a la juventud, quienes están inmersos en las nuevas tecnologías, manejan las redes sociales y están más predispuestos a las comunicaciones instantáneas en todos los formatos.

En este caso, se sostiene que se produce una masificación de la comunicación, y una integración a los diferentes artefactos tecnológicos. El o los jóvenes son pensados como una estructura más de estas tecnologías, celulares, pc o Tablet, forman parte de su mundo, en donde las imágenes vivenciales son compartidas salvando distancias y tiempos.

Si estos jóvenes son una parte de estas tecnologías, el hecho de solicitar que guarden o apaguen sus celulares es entendida como una intrusión corporal, y lo corpóreo también está presente en esta relación. Todo gira en torno a la corporalidad, a esa experiencia subjetiva, a ese valor que le asignamos al cuerpo mediatizado y comercializado por las publicidades, explotado como recurso económico por las grandes industrias audiovisuales y medicinales, a la que los jóvenes padecen y luchan por llegar.

En conclusión, la imagen y la industria de la imagen, dominan el mercado mundial, las publicidades juveniles o destinadas hacia un sector juvenil se presenta como el vendedor de ilusiones a alcanzar por excelencia, de los sueños y anhelos, propios de jóvenes y adultos.

Es una falsificación de la realidad idealizada mediante el arte que todo lo vende haciendo uso de uno de sus recursos más infalible “la imagen bella y escultural de un cuerpo joven y audaz”

Bibliografía:

Las industrias corporales: El dominio de la imagen, cultura juvenil e intervención técnica (U. 3, Clase 5 I – II)

http://www.elboomeran.com/blog-post/539/12256/patricio-pron/felix-de-azua-sobre-guy-debord-y-la-sociedad-del-espectaculo-cita/ La Sociedad del Espectáculo

http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/8/cdcastro.htm Debord Espectáculo y política