Este largo recorrido por la historia comienza en la Alemania de la posguerra, después de la IGM.

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Con toda esta estética los obreros de las viviendas comenzaron a quejarse intentando darle una vuelta para hacer más cómodos y atractivos estos lugares en un principio estaban destinados para la clase obrera.

Hasta entonces, el arquitecto norteamericano había sido un sujeto cuyo trabajo consistía en aportar coherencia y detalles a las fantasías de los capitalistas. Sin embargo, ya se veían Europa grupos de arquitectos que trabajaban con la divina autonomía de los artistas más grandes, aunque la idea de partir de cero en EEUU no tenía mucho sentido, ya que socialmente el sentimiento que predominaba era que habían ganado la guerra y por tanto ese molestar arraigado en la sociedad y que se cultivaba en Europa no tenía sentido. De igual modo, muchos pensaron que la nueva y gran imagen arquitectónica europea de la Casa Obrera debía llevarse a norteamérica de cualquier manera.

Uno de los documentos más influyentes en la arquitectura de esta época fue de "el estilo internacional" redactado por H-R. Hitchcock y Philip Johnson para el catálogo de la exposición que se hizo en el Museo de Arte de Nueva York, en 1932, donde se encontraban fotografías y maquetas destinadas a introducir las obras de Walter Gropius en norteamérica.

Se empieza diferenciar entre los conceptos de arquitectura y edificio, ya que se pensaba que todos los arquitectos de estados unidos hasta ese momento, no habían hecho arquitectura sino edificios. Otra gran diferencia se hacía visible, mientras que ni Europa los arquitectos no se preocupaban y rechazaban cualquier encargo que pudiese tener el cliente, en estados unidos siempre estaban dispuestos a deformar e incluso diseñar malos proyectos, si el cliente así lo deseaba. Otra gran diferencia era quien introducía socialmente estos movimientos, ya que mientras que en Europa fueron introducidos por los propios artistas y arquitectos, en estados unidos los representantes de estas vanguardias fueron personajes de la burguesía.

Durante toda la década de 1930, los artistas locales no pararon de quejarse protestar porque el Museo destinaba a todos sus recursos al arte un europeo, sin darles a ellos ninguna oportunidad. Los artistas estadounidenses veían como se les escapaba de las manos una oportunidad por el simple hecho de no poder introducir el concepto europeo tal cual, en la sociedad norteamericana. Se da una etapa de advenimiento.

En 1937 Walter Gropius huye de Alemania con el ascenso de los nazis al poder y se marcha a Norteamérica, esta situación es vivida por numerosos artistas europeos. Llegaron cansados, desmotivados, y tristes por el sentimiento que les dejaba el huir de su tierra, pero lo que nunca esperaron es el gran recibimiento que llegaron a tener nada más llegar a Norteamérica. Los indígenas llegaron a denominarlos, los Dioses Blancos. Gropius fue nombrado director de la Escuela de Arquitectura de Harvard, Moholy-Nagy abrió el nuevo Bauhaus que se convertiría enla Escuela de diseño de Chicago, Albers abrió un Bauhaus rural en las montañas, Mies acabaría fundando en Instituto Tecnológico de Illinois,…

Tres años después de la llegada de estos grandes artistas, la arquitectura norteamericana había cambiado por completo, sobre todo por el sistema de construcción que llegaron a introducir desde Europa. Poco a poco toda la arquitectura se iba volviendo arquitectura antiburguesa.

Arquitectos estadounidenses como Wright se encontraban furiosos ya que sus obras habían quedado arrinconadas por las europeas. Wright no se llevaba con ninguno de los vanguardistas europeos, de hecho no podía con ellos. En alguna ocasión había coincidido con algunos artistas como Gropius o Le Corbusier y lo había evidenciado.

La época de la depresión estaba encima, los agentes de bolsa no estaban haciendo gran cosa por el negocio la arquitectura, apenas se construían casas nuevas. Todo esto prepara el terreno para que la comunidad aceptase las teorías de los Dioses Blancos acerca de partir de cero.

Las construcciones de los campus universitarios también fueron muy importantes, ya que eran muy diferentes entre sí. Mientras Yale experimentaba con algunas variables, Harvard era un punto de Bauhaus. Los funcionarios universitarios se oponían a la fiebre de las camarillas. Se dio un punto de inflexión en el que se recordaron las palabras de Gropius y Mies: "la confusión pedagógica elemental de la academia surge de su preocupación por la idea del genio individual" por lo que creían que la clave del éxito se encontraban en el trabajo en equipo.

Nace asi una nueva generación de arquitectos a finales de los 40, en el que el cliente no podría solicitar al artista nada, y mucho menos algo que considerasen burgués. A su vez en la universidad de Yale se empezó a propagar el Yale Box, que venía reivindicar el hecho de que todos proyectaban lo mismo. Significaba que toda aquella juventud de arquitectos norteamericanos estaba dentro de una misma caja, la cual había sido creada y cerrada por arquitectos europeos de los años 20. Esto se utilizó mucho en dibujos irónicos.

Así Yale se convertía en la imagen típica que tenían los magnates del colegio de lujo para los hijos de las clases altas que gobernarían el nuevo imperio norteamericano. La ampliación del museo de arte fue el más importante de los planes constructores después de IIGM. Realizado por Louis Kahn, tenía cornisas macizas y un tejado de Pizarra de pendiente pronunciada. But con grandes ventanales enmarcados en arco, muy parecido todo a una caja de vidrio, de acero, de hormigón y de pequeñas ladrillos beige. Los únicos detalles que se apreciaban en estado y superficie eran cuatro bandas estrechas de hormigón a intervalos de tres metros más o menos.

Tras finalizar la Guerra, EEUU se convierte en la nación más poderosa de la tierra por haber inventado los medios para destruir el planeta con un solo artefacto, pero también los medios para ir a las estrellas y explorar el resto del universo. La forma en la que vivían hacían que el resto de la humanidad les mirase con envidia y malestar, por tanto esto se reflejaba en la arquitectura prohibiendo toda manifestación de exuberancia, fuerza, imperio, grandeza, incluso de optimismo y derrotismo. El norteamericano denominó a las Viviendas Obreras Viviendas Públicas Planificadas, en las que introducir pequeños detalles como algún mueble de Mies, estilo la silla Barcelona (mueble muy cotizada la historia y el cual fue aumentando el precio progresivamente en base al avance de la época del arte)* era algo que se encontraba a la última moda

Todo edificio moderno de calidad parecía una fábrica. El estilo de la camarilla, con sus tabúes antiburgueses,