Estructura de la comunidad de los hongos micorrízicos arbusculares asociados a vegetación de la duna costera del Sur de Quintana Roo

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Quintana Roo se encuentra ante una problemática seria en cuanto a la perdida y degradación del sus ecosistemas, entre ellos uno de los que se encuentra fuertemente dañado es la franja costera, región ha experimentado un acelerado crecimiento tanto en la infraestructura turística como en la población (Rubio-Maldonado et al., 2010). Lo que se ha manifestado en un deterioro, empobrecimiento y disminución de la zona costera de Quintana Roo.

Las políticas medioambientales así como la educación ciudadana no han sido las más adecuadas en el estado de Quintana Roo, donde una de las principales problemáticas de la franja costera es la invasión ilícita y el sobre establecimiento de predios costeros dañando severamente la biota establecida en esa área, además el sector turístico ha hecho merma de una gran parte de las zonas costeras cambiando de esta forma el uso de suelo (Brenner y Vargas, 2010).

La pérdida de las dunas costeras es una problemática relevante que enfrenta el estado de Quintana Roo, debido a que son sitios claves para la supervivencia de especies protegidas como lo es la tortuga marina, la cual realiza su anidación en las arenas de la costa del estado, además de que las dunas costeras son una barrera natural ante huracanes y mareas (CONAFOR, 2010).

Otro punto clave para la conservación de las dunas costeras es la rica diversidad que posee, debido a ser un ecosistema con condiciones abióticas muy particulares. La flora y fauna presente, ha desarrollado adaptaciones para su supervivencia en dicho ecosistema, incluso se han reportado especies únicas como lo es Inocybe arenícola (Picón et al., 2007; Séne et al., 2015).

Antecedentes

El estudio de las micorrizas comenzó a principios del siglo XIX, pero fue hasta mediados del siglo XX que con el trabajo de Mosse (1955) sobre el efecto de la micorrizas arbusculares en el desarrollo de plantas, se aceptó ampliamente la importancia de los hongos micorrízicos arbusculares (HMA) como factor fundamental del desarrollo de las plantas.

Entre los trabajos más destacables sobre el estudio de los HMA en dunas costeras, realizados en el siglo XXI figura el de Beena y colaboradores (2001) quienes efectuaron un análisis sobre la presencia de HMA en 28 especies vegetales de la costa sudoccidental de la India, obteniendo que el 82 % de las especies analizadas presentaron colonización de HMA, además señalan la amplia variedad de hospederos que presentó el HMA Scutellospora erythropa.

Lovera y Cuenca (2007) realizaron un estudio sobre diversidad de micorrizas arbusculares en dos sitios, con diferente grado de perturbación, con el objetivo de determinar los patrones de cambio que pudieron darse en la comunidad de hongos, reportando la existencia de una elevada diversidad de especies de HMA en la sabana natural, muchas de las cuales fueron especies nuevas, Además realzaron la alta vulnerabilidad de ciertos géneros de HMA como son Scutellospora y Gigaspora ante las perturbaciones.

Rodrigues y Varsha (2008) Evaluaron la presencia y distribución de HMA en plantas de una duna costera perturbada y una conservada de Goa, India. Reportan que el promedio de la densidad de las esporas y la riqueza de especies fue mayor en el sitio conservado que en el sitio perturbado, registrando un total de 27 especies de HMA para ambos sitios, diez de las cuales fueron observadas en ambos sitios, aunque cabe destacar que sus abundancias fueron drásticamente diferentes.

Uno de los trabajos que describe la interacción química entre la simbiosis micorriza/planta es el efectuado por Heikham y colaboradores (2009), quienes discuten como la presencia de micorriza en la rizósfera de la planta le confiera a esta una mayor resistencia a los iones de Na, además de permitir a la planta obtener una mayor absorción de nutrientes (P, N, Mg y Ca) de un suelo estepario como lo es la duna costera y cómo la deficiencia de estos elementos afecta la diversidad vegetal y micorrízica del área.

Más recientemente trabajos como el de Bouazza y colaboradores (2015), señalan no solo la importancia ecológica de los HMA, sino también su potencial como medio para la rehabilitación de tierra y arena afectada por la industria. Evaluaron el estado micorrízico de cinco plantas (Acacia saligna, Lotus creticus, Retama monosperma, Pistacia lentiscus y Juniperus oxycedrus) reportaron que cuatro géneros de HMA fueron los más abundantes en las plantas (Glomus, Scutellospora, Gigaspora y Acaulospora) con predominio de Glomus. Se encontró mayor presencia de HMA en A. saligna, L. creticus y P. lentiscus, por lo que sugieren que estas especies tienen un alto potencial de supervivencia al daño ecológico, por lo que podrían contribuir a la rehabilitación de los ecosistemas degradados.

En otro estudio Shadana (2015) estudió la diversidad de HMA de la costera de Manapaadu, India. Reporta un total de 36 especies de esporas de HMA pertenecientes a géneros: Acaulospora, Diversispora, Entrophosphora, Gigaspora, Glomus, Rhizophagus, Sclerocystis, Septaglomus y señala la importancia de los HMA en el suelo, el crecimiento de las plantas y también en la agregación de dunas costeras, destaca como los HMA protegen el medio ambiente costero mediante la absorción de la energía a partir del viento, las mareas y el oleaje.

Entre los trabajos más actuales sobre HMA en dunas costeras de América se encuentra el efectuado por Jobim y Goto (2016), quienes reportan la presencia de HMA en 48 plantas de la duna costera y 46 especies de HMA distribuidos en 10 familias, siendo la mejor representada la Glomeraceae con 12 especies y la menos representada la Sacculosporaceae con una especie. Además, señalan que la mayor riqueza y diversidad la encontraron en la temporada de secas. Si bien en México el estudio de la simbiosis micorrícica en los sistemas agrícolas y boscosos está muy bien desarrollado, las investigaciones sobre HMA en ecosistemas costeros es aún insipiente.

Para el Sur de México, solo se conocen las investigaciones efectuadas en Yucatán, entre las que destaca el estudio efectuado por Ramos y colaboradores (2010), quienes reportan un total de 26 especies para Yucatán, siendo 14 las que se pueden encontrar en el sistema natural, además de esto señalan la presencia de HMA en 24 especies vegetales de la duna costera y reportan que el grado de perturbación costera influye en la densidad de esporas de HMA.

Guadarrama y colaboradores (2012), efectuaron un estudio referente a los HMA de las plantas costeras de Sisal, Yucatán, obteniendo una diversidad total de 56 especies vegetales, se destaca la presencia de micorriza en todas ellas tendiendo un total de 10 especies de