Experiencia religiosa en Luis de León y Juan de la Cruz

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El poema de Luis Góngora hace una elogia a la vida humilde y los placeres sencillos. A través del poema le hace un desprecio al poder y el lujo, donde el autor rechaza a aquellos llenos de ambición que lo único que quieren es enriquecerse. El presenta también un desprecio al amor y ridiculiza la idea, le da énfasis que su prioridad es la bebida y la comida. Tiene intención de presentar aquello que es importante para una vida sencilla sin dificultades, el poema ridiculiza a aquello que a través de su vida no valoran cada momento donde todavía pueden vivir. Es una representación completa de cómo vivir en el momento, se desase del ideal de perderlo todo y se mantiene con determinación en vivir una vida donde enriquecerse tiene que ver con disfrutar cada hora de vida que tiene. El poema segundo “Mientras por competir” presenta mejor el ideal de carpem diem debido que la idea es que la persona disfrute de su juventud y de su belleza al máximo, debido a que la muerte nunca está lejos. En “La dulce boca” el describe los rasgos de la cara de su amada, y le da como una advertencia al lector de que no toquen los labios del amor porque los terminaran atando en su veneno. El presenta esto debido a un concepto que se podría llamar la sed de amor, esto impide que la persona viva cada momento, porque la sed te controla y te mantiene en su garras y es una sed que no se puede detener.

Ambos poetas presenta una idea sobre “carpem diem”, estas ideas se perciben como similares pero en realidad tienen un cambio muy sutil a cómo aplicarlo a sus vida, Garcilaso nos lleva a la vida simple a través del amor y la religión. Luis Góngora nos demuestra que la vida sencilla se obtiene desasiéndose de aquello que nos amarra, el amor envenenador y la búsqueda de poder. Uno describe el amor con una necesidad debido al querer compartir el momento con un persona especial, pero otro nos demuestra que compartir el momento con un amado o amada, no puede llevar a enfocarnos en la búsqueda de amor más íntimo, y la sed de pasión. El poder y la religión pertenecen a a misma moneda, debido a que ambos se complementan y no existe uno sin el otro, si la persona se desprende de ambos consigue una vida más sencilla, pero el camino de la religión lleva a los temores y la obligación a seguir un camino dudoso y difícil, por eso es que aquella vida sencilla, necesita librarse de esas dificultades esto lo ayudara a vivir el momento si ninguna presión mortal y enfocarse en lo que de verdad le da valor a nuestras vida.