FUTURISMO se inicia con el Manifiesto de Marinetti de 1909

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En el Manifiesto Técnico de la Escultura Futurista (1912) Boccioni habla de la "línea-fuerza", energía que se produce como consecuencia de la reacción de los objetos ante las luces y las sombras. La escultura de Boccioni juega con la relación entre volumen sólido y aire envolvente, dos elementos que juegan a intercambiar su espacio respectivo, ello favorece su integración dinámica.

También mezcló diferentes materiales en sus esculturas a las que denominó "Polimaterici" (madera, hierro, vidrio), con ello pretendía crear una emoción plástica determinada. Un ejemplo de estas características lo tenemos en Desarrollo de una botella en el espacio o en Línea única de continuidad en el espacio. Ambas obras insisten en la representación del movimiento.

Giacomo Balla (1871-1958) es un artista muy preocupado por la representación del movimiento esta vez en la pintura. En un principio se inspira en el divisionismo, así en Niña corriendo en un balcón las manchas de color producen la sensación de vibración visual que favorece la ilusión de movimiento. Más adelante utilizó la abstracción geométrica y la técnica cinematográfica para aparentar dicho efecto en sus obras.

Carlo Carrá (1881-1966) aspiraba a crear una pintura de los sonidos, los ruidos y los olores. Utilizó también la técnica cubista para captar el movimiento, la agitación y el ruido. En 1916 abandonó el Futurismo y se unió a la Pintura Metafísica de Giorgio de Chirico. En Manifestación Intervencionista de 1914 propugna la participación de Italia en la Guerra Mundial. Utiliza un collage formado por frases patrióticas y todo tipo de alusiones a favor de la guerra. La disposición de los elementos imita el estallido de una bomba. Carrá ha utilizado aquí una técnica proveniente del Cubismo Sintético, pero a diferencia de él no es una obra estática sino fuertemente dinámica. Este tipo de collages con función propagandística influirá decisivamente en los carteles bolcheviques y en la práctica del fotomontaje a la que tanto se aficionarán los dadaístas.

Gino Severini (1883-1966) muestra una fuerte influencia del Cubismo Sintético, especialmente de Juan Gris. En esta línea realizó la Bailarina Azul (que quizá se trate de una bailarina andaluza como homenaje a Picasso o Juan Gris). Esta obra sugiere un movimiento frenético, gracias a los planos geométricos bien delimitados que representan momentos sucesivos del movimiento de la figura.