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Fisiopatológica de DM y obesidad

Enviado por   •  25 de Diciembre de 2018  •  6.145 Palabras (25 Páginas)  •  255 Visitas

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La presencia de un defecto monogénico en la obesidad humana es excepcional.

Los experimentos en parabiosis, en los cuales el ratón mutante homocigoto ob/ob y el normal se conectaban en circulación cruzada, consiguieron la reducción del peso del primero. El gen ob se expresa en el tejido adiposo pardo y amarillo y codifica una proteína con 167 aminoácidos en disposición helicoidal, con un puente disulfuro, que no se modifica ni glicosila, denominada leptina. Se trata de una hormona producida por las células grasas que disminuye el apetito y aumenta la actividad metabólica. Su síntesis depende del porcentaje de grasa corporal, del sexo, de la edad y de varios factores hormonales.

El gen fue clonado e insertado en 1994, se expresa únicamente en el tejido adiposo y constituye la señal adipocitaria reguladora de la saciedad en el hipotálamo, disminuyendo la ingesta alimentaria.

El AMPc y la somatostatina inhiben la síntesis de leptina, mientras que la insulina, los glucocorticoides, el TNF-a y la IL-1, aumentan su síntesis. De todos los factores citados con anterioridad, la insulina tiene un papel prepoderante. El hipercorticismo puede ser responsable parcialmente de una evolución hacia la obesidad, y de la resistencia a la insulina y a la leptina.

La leptina, influye en el sistema nervioso autóctono en contraposición al NPY que es sintetizado en el hipotálamo en el núcleo arcuato y actúa en el núcleo paraventricular, estimulando la ingesta de alimentos y la ganancia de peso. La administración de leptina disminuye el NPY. En situaciones lipogenéticas (hiperisulinemia y alta disponibilidad energética), la leptina actuaría disminuyendo el apetito y aumentando el gasto calórico mediante la termogénesis. En definitiva, contrarrestaría los mecanismos que generan la obesidad y resistencia a la insulina.

Los estímulos con capacidad para actuar a nivel hipotalámico disminuyendo el apetito y aumentando el gasto energético proceden del sistema gastrointestinal (glucagón, bomesina, colescistoquinina y glucosa); del sistema endocrino (epinefrina, a traves de sus efectos alfa-betaadrenérgicos y estrógenos); del tejido adiposo (leptina); del sistema nervioso periférico (norepirefrina, a través de sus efectos beta-adrenérgicos; y del sistema nervioso central (dopamina, serotonina, colecistocinina, y acido gamma-aminobutírico).

Por el contrario, los estímulos conocidos con capacidad de actuar a nivel hipotalámico aumentando el apetito y disminuyendo el gasto energético proceden del sistema gastrointestinal (opiáceos, neurotensina, somatostatina y factor hipotalámico liberador de hormona del crecimiento; del sistema endocrino (epinefrina, a través de sus efectos alfa-adrenérgicos, andrógenos, glucocorticoides, insulina, hormona del crecimiento y progesterona); del sistema nervioso periférico (norepirefrina a través de sus efectos alfaadrenérgicos); y del sistema nervioso central (galanina, opiáceos, somatostatina y factor hipotalámico liberador de hormona de crecimiento.

Existe otro mecanismo de regulación del gasto energético en los órganos diana del organismo que depende del tejido graso marrón (pardo), ampliamente distribuido por el organismo con capacidad para oxidar triglicéridos y permitir la producción de calor por un mecanismo de desacoplamiento mitocondrial, mediante una proteína desacopladora o termogénica que mediatiza el proceso (UCP1) regulado por el sistema simpático, hormonas tiroideas y norepinefrina. El tejido marrón se comportaría como un tampón regulador del nivel de depósitos de energía y de la cantidad de triglicéridos, defendiendo de esta forma al adipocito y al organismo de un exceso de energía acumulada. El tejido graso blanco, el músculo y el riñón son también órganos diana para identificar la proteína desacopladora de la oxidación mitocondrial (UCP 2) semejante en un 56% a la UCP 1 pero con características propias.

- FACTORES AMBIENTALES

La evidencia de que el hambre evita o revierte la obesidad, aun en las personas con gran carga genética, junto a su incremento en los países industrializados o en vías de desarrollo en los cuales la dieta es rica en grasas y carbohidratos, y los hábitos sedentarios han aumentado con el desarrollo económico, se muestra a favor del factor ambiental en su origen y desarrollo. Por otra parte, a medida que la pobreza ha disminuido en países industrializados o en vías de desarrollo, ha aumentado en forma proporcional la obesidad. Lo cierto es que el desarrollo económico trae aparejado problemas sociológicos importantes: aumenta la vida sedentaria al disponerse de medios de transporte, elevadores, equipos electrodomésticos diversos, incluido el uso del control remoto y el tiempo destinado a ver televisión o trabajar en el computador; a su vez, la actividad física programada, aunque se practique quizás con mayor frecuencia e intensidad, no es siempre por los más sedentarios, y la mayoría de las veces está seguida de un período de actividad sedentaria. También se suman la comercialización de comidas altas en calorías y bajas en nutrientes, el aumento en la frecuencia de estas por su fácil accesibilidad, el aumento en la ingestión de grasas saturadas y la disminución en el aporte de comidas sanas, como los vegetales, frutas, pescado y cereales.

- FACTORES PSICOSOCIALES

Han surgido descripciones de algunos trastornos psiquiátricos relacionados a la obesidad. El síndrome del “comer nocturno” se define como el consumo de al menos 25% (generalmente más de 50%) de la energía entre la cena y el desayuno del siguiente día. Es un trastorno de la alimentación del obeso que se acompaña de alteraciones del sueño y ha sido considerado como un componente de la apnea del sueño. Otros determinantes sociales que han contribuido al aumento de la prevalencia de obesidad son los fenómenos migratorios, la transculturización, el aumento de las porciones de alimentos, las condiciones de urbanización no aptas para caminar, la falta de la cultura nutrimental, las ofertas sin fin de soluciones fantásticas para la obesidad y las condiciones económicas que favorecen todo lo anterior. Estas circunstancias hacen de la obesidad una consecuencia inevitable.

- MICROBIOTA INTESTINAL Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO DE OBESIDAD

“La microbiota intestinal desarrolla tareas bioquímicas esenciales tales como la obtención de energía a través de la dieta, síntesis de vitaminas y otros compuestos absorbibles. Ahora bien, desequilibrios en la composición de la microbiota intestinal se han asociado con el desarrollo

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