Historia de la Educación Argentina. Adultos y Escuela Secundaria.
Enviado por Antonio • 30 de Abril de 2018 • 10.148 Palabras (41 Páginas) • 461 Visitas
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A lo largo del proceso de investigación, estos ítems anteriormente mencionados se irán esclareciendo.
Hemos elegido esta temática a ya que creemos que la investigación de los factores que posibilitan la permanencia y finalización de los estudios secundarios en adultos será de gran utilidad para implementar futuros abordajes áulicos y políticas educativas con el fin de captar y motivar al alumnado para culminar dichos estudios.
Por otra parte, consideramos que el conocimiento de dichos factores esclarecerá las concepciones sociales vigentes acerca de la importancia otorgada a la obtención del título secundario.
MARCO TEÓRICO
Para dar inicio al desarrollo del material teórico seleccionado en torno a los Adultos y la Educación secundaria, presentaremos tres conceptos que consideramos claves para entender el problema. Dichos conceptos irán abriéndose en definiciones, clasificación, historia, características y aplicación en el entorno.
El primero de estos conceptos será el de Educación Secundaria, la cual desarrollamos de la siguiente manera:
La Ley de Educación Nacional Nº 26.206 define a la Educación Secundaria como un nivel con unidad pedagógica y organizativa y asigna a los niveles primario y secundario una estructura académica de doce años de duración.
En función de esta localización, la duración de la escolaridad secundaria será de cinco o seis años. Esta duración podrá extenderse un año más en las Modalidades Técnico Profesional y Artística.
La franja etaria en la Educación Secundaria convencional (de 6 o 7 años el bachillerato y las tecnicaturas o artísticas, correspondientemente), se extiende desde los 11/12 años, hasta los 17/18/19 (dándose este último caso, de finalización a los 19 años, en la educación técnica o artística).
En la Educación de Adultos, la franja se extenderá desde los 16 años en adelante. No hay edades estipuladas para cada curso, sino que la gradación (o los distintos años por los cuales transitan los estudiantes) se organizan mediante contenidos mínimos y aprendizajes prioritarios que los alumnos deben lograr para pasar al siguiente curso.
Dentro de este marco contextual, los docentes de cada curso intentan abordar sus prácticas de manera tal que las mismas les permitan contemplar las necesidades especiales de este tipo de alumnado. Claramente, no es lo mismo trabajar con adolescentes que se integran a un circuito escolar estandarizado que con adultos que no han podido finalizar sus estudios, por diversos motivos, a las edades que legalmente se entienden las adecuadas para cada año de la escolarización.
En general, los docentes se muestran más flexibles y abiertos a la contingencia del aula. Si bien hay una planificación para cada materia, la misma es objeto de múltiples modificaciones que la mayoría de las veces se dan de manera implícita. Sucede que, en el nivel de adultos, la gran problemática es el ausentismo de los estudiantes. Y es este factor el que posibilita que las clases sean discontinuas, espaciadas y hace que los profesores deban optar por otras estrategias disímiles de las canónicas. Por ejemplo, es muy frecuente que las evaluaciones no tengan una fecha específica, sino que se realicen teniendo en cuenta la asistencia de los alumnos. Por otra parte, también es generalizada la modalidad de la evaluación grupal, los trabajos prácticos y los regímenes especiales para aquellas personas que, momentáneamente, dejan de asistir al colegio (embarazos, accidentes, cambio de horarios laborales, nuevas obligaciones extraescolares, etc.).
La figura de alumno libre no existe en la escuela de adultos. No hay una contemplación estricta de las inasistencias a clases, sino que se tiene en cuenta su desempeño en clases. Si el profesor lo considera, puede aprobar a un alumno que no ha asistido mucho a sus clases, pero cuyas notas en evaluaciones, trabajos prácticos y actividades son buenas.
Los docentes comprenden, casi siempre, que los adultos requieren un trato especial, y que las expectativas no pueden ser las mismas que se tienen con respecto a los adolescentes del nivel secundario. Al ser grupos reducidos (generalmente), el trabajo personalizado está a la orden del día. El profesor tiene el tiempo suficiente para contemplar la situación particular de cada uno de los estudiantes, y así acompañarlos en una exitosa trayectoria escolar. De esta afirmación, se desprende el hecho de que, quienes dejan de asistir al secundario de adultos, generalmente lo hacen no porque sientan que han fracasado a nivel académico, sino porque su situación personal les impide continuar con sus estudios.
A continuación, pasaremos a mostrar un resumen de lo que ha sido la educación a lo largo del tiempo:
Durante la época colonial ya puede observarse la existencia de estudios equiparables a la educación secundaria actual, cuyo fin era la formación religiosa y preparatoria para la universidad, en el territorio que luego será la República Argentina. Córdoba es la primera ciudad colonial que contará con una universidad en el territorio del Río de la Plata. Los estudios universitarios fueron los primeros organizados estructuralmente, desde una impronta jesuita, bajo el nombre de Colegio Máximo de Córdoba (año 1613).Ya en 1624 se autoriza al Colegio Máximo para emitir títulos de bachiller, licenciado, maestro y doctor, y en 1634 se transforma definitivamente en Universidad.
En 1783, el colegio San Ignacio, de Buenos Aires, pasa a ser el real Convictorio de San Carlos; en 1800, la Real universidad y Nuestra Señora de Montserrat, que actualmente es el Colegio Nacional de Buenos Aires.
Luego de la Revolución de Mayo, los estudios preparatorios en Buenos Aires seguían siendo exclusividad de algunos conventos, puesto que el Colegio de San Carlos había quedado afectado como cuartel para las tropas. Sólo durante el Primer Triunvirato (1812) se comenzó a preparar a los jóvenes para ingresar a la universidad en institutos de segundo nivel (secundarios). Entre 1810 y 1820, se creó una serie de instituciones que acentuaron el contenido científico de la educación, en vistas al desarrollo del país. De esta época datan la Academia de Música, la Escuela de Matemáticas, el Instituto Médico Militar, la Academia de Dibujo, la Academia de Matemáticas y Arte Militar y la Academia de Jurisprudencia. En este punto es destacable la labor de Manuel Belgrano, puesto que impulsó la educación en el nivel elemental y en la formación para el trabajo y de la mujer.
Juan
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