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Historia del Pensamiento Económico.

Enviado por   •  30 de Marzo de 2018  •  2.743 Palabras (11 Páginas)  •  414 Visitas

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Después Sócrates se dirige a los ciudadanos y les dice si se preguntan por qué él hace cosas de las que se le está acusando, poniendo en peligro su vida, entonces les hace un planteamiento, que se deben preguntar por qué arriesga su vida de tal manera, de modo que dice que un hombre valiente prefiere luchar por lo que cree en vez de preocuparse por los posibles riesgos de muerte, o por cualquier consecuencia. Es decir, Sócrates habla claramente de la libertad de expresión y de la valentía para proclamarla.

Dice que ha de resistir a los peligros, si cree en lo que hace: “En efecto, el temor a la muerte no es otra cosa que creerse sabio sin serlo: presumir saber algo que se desconoce. Pues nadie conoce qué sea la muerte, ni si en definitiva se trata del mayor de los bienes que pueden acaecer a un humano.” En este caso habla de la muerte como ejemplo para los que se creen sabios sin serlo, es decir, que presumen de cosas que no saben.

Sócrates dice que, si lo absuelven, él no dejará de preguntar e interrogar; proclama el derecho de la libertad de expresión, porque es lo que le manda su dios. Cree que ésa es su misión, recorrer las calles de Atenas hablando con la gente y que si lo ejecutan difícilmente podrán encontrar alguien igual que él.

Acto seguido cuenta que los ciudadanos se deben preguntar por qué no entra en política, y Sócrates contesta que es gracias a su voz interior (esa voz que muchos decían era el demonio en que él creía) la cual le aconseja desde niño. Menciona lo inapropiado de las leyes atenienses y manifiesta que “la muerte no me importa lo más mínimo, mientras que intentar no cometer acciones injustas es para mí lo más importante”. Enseguida se expone la naturaleza de los actos de Sócrates, lo que significan para él la inteligencia, la verdad, y todo su pensamiento, de cómo se avergüenza de que la gente con riquezas y fama no se preocupen por mejorar sus valores y de los ignorantes que se creen sabios; es ahí donde comenta que se considera a sí mismo un enviado de Dios, para demostrar a toda esa gente la verdad, la falta de moral y conocimiento de la que presumen. No importa el origen, el lugar de procedencia, Sócrates siempre tratará de examinar, refutar, mediante interrogatorios a todo aquel que esté dispuesto a serlo. Según él, no ha surgido mayor bien en la ciudad que su servicio a Dios. A todos persuade de la misma manera, y si (a los jóvenes) así corrompe; entonces sus palabras serán dañinas, pero si alguien afirma que trata de otras cosas, no será verdad. Y por último añade que no hará otra cosa que no sea esa, aunque hubiera de morir muchas veces.

Finalizada su defensa, no implora compasión alguna, y deja en manos de dioses y atenienses el veredicto.

El resultado de la votación fue de 280 votos en contra y 220 a favor. Manifiesta que no está indignado, sino que le han sorprendido los votos a favor. En ese momento, se le condena a la pena de muerte; pero el acusado puede autoimponerse una pena, y Sócrates elige el ser tratado del mismo modo que los campeones de las carreras de Olimpia: con una vivienda en la costa. Él mismo descarta las opciones de la cárcel y del destierro: Sócrates pierde nuevamente la votación, entonces es finalmente condenado a muerte y acaba reflexionando sobre qué hay detrás de esta, la cual razona de dos formas: o bien tras la muerte no hay nada y en tal caso la muerte se asemeja a la paz que disfruta un hombre que ha dormido profundamente una noche (y por ende un bien); o hay otra vida y en ella se encontraría con legendarios filósofos y con famosos poetas, entonces ahí podría realizar la actividad por la cual es condenado y sin perjuicio. En ambos casos la muerte resultaría un bien.

FEDÓN O DEL ALMA.

La segunda parte del libro trata sobre el diálogo que tiene Sócrates con sus discípulos antes de beber la cicuta, a la víspera de su muerte no podría haber mejor tema de conversación que el alma y la muerte. Comienza con el relato que hace Fedón a su amigo Equeátres de Flionte sobre el día en que Sócrates muere en la prisión en la que lo tenían confinado, hace referenica que estuvieron presentes once de sus amigos entre ellos Cebes, Simmias, Critón, Esquines, Epigenes, entre otros (Platón estaba enfermo ese día).

Cuenta Fedón que Sócrates les habla de cómo no se debe ejercer la violencia contra uno mismo, es decir el suicidio y a partir de un razonamiento les hace ver el mal de la acción, les explica que si fuimos creados por una divinidad y que no es menester de uno decidir hasta donde vivir sino hasta que aquella envíe un motivo poderoso para que esto suceda, de lo contrario se haría merecedor de un castigo.

Sócrates les habla referente a la integridad del ser humano, y a la posición que se debe tener ante la muerte porque cuando se es amante del saber, lo que más se ansía es precisamente el abandono del cuerpo para liberar el alma, que es la que permite un estado pleno. Menciona que quienes tienen un gran apego a lo material a lo aparente son los que sufren en este trance, sin embargo quien hace caso omiso de esto y se dedica a la sabiduría entonces es solo un paso más que debe dar el individuo.

Hace mención de que quien es filósofo está al cuidado del alma y por tanto debe rehuir a todos los placeres que el cuerpo busca porque de caer en las tentaciones que éste le pone entonces convierte su alma en impura y no tendrá acceso directo al gozo de la divinidad y por tanto habrá de venir de nuevo al mundo en otros nacimientos y refiere que de acuerdo a la esencia del alma entonces es la parte corpórea que adquirirá, incluso habla de la reencarnación en animales. Por tanto el trabajo de un filósofo es cuidar del alma para que sea encaminada al Hades.

Los “discípulos” que ponen en tela de duda su planteamiento son Simmias y Cebes mismos que no creen en que el alma no se destruya en el momento de la muerte del cuerpo. Para explicar su posición Sócrates emplea de nuevo el razonamiento y llevando a cada uno de ellos a través de una serie de preguntas, para ello utiliza el hecho de la existencia de una cosa contiene a la otra y de que un contrario jamás podrá ser contrario a sí mismo (la vida y la muerte). Menciona que él desde joven buscaba siempre la verdad y el conocimiento sobre porque sucedían algunas cosas, acudía a la lectura de libros para obtener respuestas y sin embargo los abandonaba por no encontrar la verdad. Les dice que no es sólo lo contrario lo que no admite a su contrario, sino también, trae consigo algo contrario al objeto en que se presenta, es decir, lo que en sí lleva algo, jamás admite lo contrario de lo que se lleva, sea

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