LA CUESTION DEL REALISMO.
Enviado por poland6525 • 11 de Mayo de 2018 • 1.294 Palabras (6 Páginas) • 358 Visitas
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La ley de hierro de las oligarquías teorizada por Michels no demuestra lo que pretendía demostrar, pero se debe rechazar en este terreno, no porque sea declarada antidemocrática. En cuanto a Pareto, su teoría de la circulación de las elites no es ni democrática ni antidemocrática y debe ser jugada sobre el terreno de su validez descriptiva y predictiva. Entonces no hay ninguna contradicción entre una versión realista y una fe democrática. El realismo verdadero es un puro y simple realismo cognoscitivo. Si es así, aceptar el hecho es también indispensable para el demócrata.
SUBTEMA: Democracia realista y democracia de razón.
Hasta los años sesenta, esta distinción también se hacía por áreas geográficas: se dividía a la democracia de dos tipos angloamericanos de las democracias de tipo franceses o continentales. Hoy esta demarcación se ha atenuado mucho, lo que sin embargo no impide que la distinción entre democracia de tipo empírico y democracia de tipo racionalista mantenga una validez analítica propia. Mientras la democracia de tipo francés nace por una ruptura revolucionaria, la democracia angloamericana surge de un proceso continuo, la gloriosa revolución no fue una ruptura innovadora sino, en los propios, una recuperación.
En cuando a la llamada revolución americana, no fue una revolución sino una sesión. La declaración de independencia de 1776 reivindicaba, en lo esencial, el derecho de los colonos de proceder en el mismo plano de libertad de que gozaban los ingleses. Hay entonces, una diferencia muy grande entre el producto histórico democracia angloamericana y el producto revolucionario democracia a la francesa, la primera es una producto histórico en el sentido propio de la expresión fruto de la endogénesis histórica. Dejemos por el momento a un lado democracia y detengámonos sobre el racionalismo y el empirismo o mejor sobre el contraste entre mentalidad racionalista y mentalidad empírico-pragmática.
La mentalidad emprico-pragmatico se desenvuelve a un nivel mucho menos abstracto que la mentalidad racionalista. Dicho sin ambages, la primera tiende a lo concreto las segunda no. La mentalidad empírico-pragmática se coloca en medio de las cosas, es decir, en proximidad a lo que se puede ver, tocar y experimentar, su instinto es el de proceder hacia atrás de los hechos a la mente. Por el contrario, la mentalidad racionalista procede de la cabeza hacia afuera, se espera que proyecte su racionalidad en la realidad. El empirista en lección es pragmático da un paso a la vez, orientado por lo que sucede y recién después se mueve de muevo. El racionalista da el salto más largo y se mueve por asalto.
Para la derecha hegeliana era lo racional lo que se debía someter a lo real, el punto de referencia es la realidad. Para la izquierda hegeliana era lo real lo que se debía someter a lo racional el punto de referencia es la racionalidad. Para el empirista cuenta la aplicabilidad para el racionalista la coherencia. El primero rehúye la larga cadena deductiva, la segunda está fascinado por la construcción de las catedrales lógicas. La mentalidad empírico-pragmática es tentativa la mentalidad racionalista busca lo definitivo. A primera aprende probando y recibiendo de la experiencia, la segunda se impone y sobrepone a la experiencia. Podríamos resumir así, para el empirista la racionalidad es moderación, para el racionalista, debemos ser racionales aun a costa de ser irracionales.
La definición de repertorio de la democracia se puede subdividir en dos grupos: definiciones fundamentales en el sentido literal que se hacen desde los cimientos desde su esencia y definiciones instrumentales, que solo dan los mecanismos y procedimientos del modus operandi de la democracia. En la primera todo gira alrededor de la palabra pueblo, en la segunda palabra pueblo ni siquiera aparece, es evidente que la segunda definición va directamente al centro práctico es decir a los mecanismos.
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