LA IMAGEN COMO SUSTENTO DE UN CONCEPTO EN EL DISEÑO EDITORIAL
Enviado por mondoro • 4 de Enero de 2018 • 922 Palabras (4 Páginas) • 416 Visitas
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De esta herramienta se pueden distinguir dos formas principales de crearla, que son la ilustración tradicional y digital, la primera se refiere a que todo el proceso es realizado manualmente, desde los primeros trazos hasta el proceso de pintura que es hecho con tintas, a pincel. Y la ilustración digital es la que se genera en computadoras, mediante el uso de softwares especializados para su creación. Al igual que la fotografía, estos avances tecnológicos nos permiten realizar un trabajo técnico mejor desarrollado, pero lo fundamental sigue siendo lo que se quiere transmitir y la función específica que desempeñara para ayudar a sustentar un concepto.
En la ilustración, lo que ayuda para poder transmitir ideas específicas son las diversas técnicas que existen para crearlas, que van desde la acuarela, acrílico, gouache, carboncillo, pasteles, lápiz de color, hasta lo digital. Y de igual manera el estilo de representación que se use lo definirá la idea o concepto que se está buscando plasmar, ya que al tener estilos que son el realista, figurativo, icónico, caricatura y abstracto, al ser los estilos variados nos aportan posibilidades extensas al combinarse con una técnica que se aplique, de ahí que la ilustración se convirtiera en una herramienta funcional.
Dicho lo anterior, se puede entender mejor el por qué estas herramientas aplicadas en el área editorial han resultado tan eficientes, ya que estas posibilidades para dar sustento a un concepto de un objeto editorial son tan amplias, por las características específicas que nos pueden aportar para transmitir una idea o temática, todo esto basado en las funciones comunicativas, compositivas, semiológicas y estéticas que debemos tener bien identificadas como diseñadores gráficos, ya que son las que darán la pauta para aterrizar ideas concretas, y así poder desarrollar un mensaje eficaz que logre persuadir, motivar, atraer e informar al lector, haciendo que el objeto editorial creado logre la finalidad con la que es concebido, y esto se verá reflejado en la aceptación que tenga del público al que va dirigido.
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