LA REGIÓN IXIL: REBELION, MASACRES E INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICO FORENSES.

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En Guatemala la CEH[2] definió una masacre como “la ejecución arbitraria de más de cinco personas, realizada en un mismo lugar y como parte de un mismo operativo, cuando las víctimas se encontraban en un estado de indefensión absoluta o relativa”. El informe REMHI[3] agrega que “La mayor parte de las masacres se llevó a cabo mostrando una crueldad extrema, con un carácter de destrucción total y de terror ejemplificante contra la población civil”.

En el contexto de estas ejecuciones se cometieron graves violaciones a los Derechos Humanos como torturas, tratos crueles, desaparición forzada, violaciones sexuales y mutilación de cadáveres. En muchos de los casos las masacres se acompañaban con acciones de pillaje, muerte de animales domésticos; destrucción de viviendas, cultivos, objetos de culto y de todo lo necesario para la supervivencia material.

El informe de la CEH identificó en el territorio nacional 626 casos de masacres atribuidas a fuerzas estatales, durante el Conflicto Armado Interno. En estos hechos se cometieron el 69% de todas las ejecuciones arbitrarias documentadas por este informe, el 41% de las violaciones sexuales y el 45% de las torturas. En el 63% de estas masacres el Ejército actuó solo, en otro 27% se hizo acompañar por miembros de las PAC[4] o comisionados militares. El 95% de estos hechos fueron perpetradas entre los años 1,978 y 1,984, de las cuales el 52% ocurrieron en el departamento de El Quiché.

Las masacres del Ejército no fueron hechos aislados, correspondían a una práctica común dentro de una estrategia contrainsurgente que pretendía eliminar todo posible apoyo de la población hacia la guerrilla. Se planificaban y ejecutaban con tácticas propias de operaciones militares, como la utilización del elemento sorpresa, el engaño, el cerco militar, bombardeos, utilización de tropas aerotransportadas, participación de civiles para obtener su complicidad y el uso deliberado de terror ejemplificante y disuasivo.

Según datos de la CEH en la región Ixil, el Ejército Nacional arrasó como mínimo el 70% de las comunidades, provocó el desplazamiento del 60% de la población, que se vio obligada a sobrevivir en condiciones infrahumanas. En esta zona se cometieron el 11% de las masacres ejecutadas por fuerzas estatales, fueron asesinadas por lo menos 6,986 personas de ambos sexos y de todas las edades. Las operaciones ejecutadas entre 1,980 a 1,983 provocaron la destrucción total o parcial de unas 90 aldeas, en más del 95% de las comunidades en donde ocurrieron masacres, las viviendas fueron quemadas.

Las embestidas militares materializaban planes de campaña que sobredimensionaron la capacidad de la guerrilla en la región, en donde temieron que la insurgencia pudiera declarar un territorio liberado en el Norte del Quiché.

Con base en los registros del informe de la CEH y datos de CAFCA se contabilizaron un total de 99 masacres ejecutadas por fuerzas gubernamentales en el área Ixil, de las cuales 54 ocurrieron en Nebaj, 33 en Chajul y 15 en Cotzal. El 85% de estas sucedieron entre los año 1,980 a 1,983, en momentos en los que el Ejército ejecutaba los planes militares de campaña Cenizas 81, Victoria 82 y Firmeza 83. El año con el mayor número de masacres registras en la zona fue 1,982 con 40, en las cuales fueron ejecutadas alrededor de 1,935 personas.

Según información testimonial de la CEH y registros de CAFCA, en 47 de las masacres ocurridas en el área Ixil se pudo establecer la procedencia de las unidades militares que ejecutaron las acciones. El destacamento militar al que se le atribuyó la responsabilidad en el mayor número de estos hechos, fue el de la finca La Perla con 12 masacres, le siguen en su orden Cotzal con 9 y Chajul con 8. En al menos 5 de las matanzas ejecutadas por miembros del destacamento de La Perla participaron patrulleros civiles de esta finca. Los datos testimoniales también indican que 5 de las masacres documentadas en la región fueron ejecutadas por fuerzas combinadas de dos destacamentos militares o más.

La información testimonial analizada indica que en por lo menos 33 de las masacres ocurridas en el área Ixil las víctimas fueron quemadas, en al menos 18 se utilizaron armas blancas para ejecutarlas. En al menos 20 las víctimas fueron previamente torturadas. En al menos 70 masacres ocurridas en la región, entre los masacrados había mujeres, en al menos 61 se ejecutaron a menores de edad, en por lo menos 11 los testimonios refirieron violaciones sexuales de mujeres.

El informe de la CEH atribuye 5 masacres ejecutadas en el área Ixil a miembros de la guerrilla, estas ocurrieron entre los años 1,981 y 1,982 en las comunidades de Caxijal y Santa Avelina en el municipio de Cotzal; Batzul y Chacalté en Chajul y Santa Marta en Nebaj. Según datos de este informe, en la masacre de Batzul las víctimas fueron torturadas y en la de Chacalté fueron ejecutadas unas 55 personas entre hombres, mujeres y menores de edad de ambos sexos.

Debido a la enorme cantidad de hechos violentos ocurridos en el área Ixil durante el Conflicto Armado Interno, un número considerable de víctimas fallecidas en estos sucesos fueron inhumadas en fosas clandestinas. En esta región realizaron exhumaciones, todos los equipos de antropología forense que han existido en Guatemala. La primera de estas fue efectuada por el equipo de exhumaciones de la ODHAG[5] en septiembre de 1,997 en la aldea Xix del municipio de Nebaj. Este equipo trabajó 30 sitios en el área Ixil entre los años 1,997 a 2,008, habiendo recuperado los restos de 207 personas. Por su parte la FAFG[6] hasta el 2,010 tiene registradas excavaciones en 372 sitios de esta zona, en donde recuperó restos óseos de 1,226 víctimas.

Otras excavaciones en el Ixil las realizó CALDH[7], que trabajó dos sitios en 1,988 habiendo recuperado 52 individuos. Más recientemente en el año 2,012 el INACIF[8] exhumó los restos de 8 víctimas del conflicto armado en la aldea Batzuchil. A estas investigaciones debe sumarse las excavaciones realizadas por el equipo de exhumaciones de la Diócesis de El Quiché que trabajó el área entre los años 1,999 a 2,001.

Hasta el año 2,012 CAFCA había efectuado peritajes antropológico forenses en 52 sitios ubicados en el área Ixil. En estas investigaciones se registró la información de 492 personas, presuntamente fallecidas en el contexto del conflicto armado interno. En la fase arqueológica de estos peritajes ser recuperaron los restos de un número mínimo de 409 individuos.

Según la información testimonial recopilada en las investigaciones realizadas por CAFCA en el área Ixil, del total de víctimas fallecidas registradas por esta institución, el 71% de las