LA REINA DEL SUR. RESUMEN

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Se fueron y justo cuando iban llegando a capilla de malverde se toparon a lo lejos con un retén militar se lo indicaron los hombres con quienes iba, pero lo ignoro y llegaron tranquilamente a la capilla.

Entro y lo único que pensaba fue en aquellos viejos tiempos cuando era joven y corría por su vida con solo una bolsa que contenía billetes, coca y su doble águila en las manos, enseguida encendió una vela de malverde cuando de repente entro Don Epifanio Vargas. Comenzaron a hablar ella tan seria con la mirada fija y el muy normal, establecieron un par de palabras sobre cómo les había ido.

Y entonces Don Epifanio le dijo “-Doce años, ¿verdad? Tú y yo en este mismo sitio, con la famosa agenda del Güero…”, y guardo silencio, solo por un instante cuando volvió a decirle que él y su hombre, el Güero, y todos la habían subestimado y ella respondió que quizá por eso seguía viva.

Vargas le dijo “Uno sigue vivo hasta que deja de estarlo” preguntándole enseguida sobre qué hacía metida en el narcotráfico, a lo que ella respondió pues arreglando cuentas viejas.

Siguieron hablando mientras don Epifanio le decía que dejara eso y que no ganaba nada mientras que ella le respondía lo que gane o no es cosa mía y en pocas palabras a usted no le importa.

Fue entonces cuando el comprendió y supo que ella quería fregarlo establecieron palabras y el haciéndose el desconcertado pregunto que por qué quería fregarlo a él su padrino que la ayudo a escapar y la protegió.

Y fue entonces cuando hablaron sobre lo que le hizo al Güero, y él se dio cuenta que hace doce años ella le mintió al decirle que no había leído la agenda del Güero y tratándose de justificar solo decía que el Güero lo traiciono a pesar de que siempre lo ayudo. Siguieron hablando sobre los negocios que el hizo y ella sobre lo que le hizo al Güero, cuando ella le dijo eh venido a verlo como hace doce años, y él le dijo que debió matarla aquella noche. Estoy muerta su Teresita murió hace doce años y solo eh venido a enterrarla.

No se sabe que paso pues de un momento a otro estaban en la casa y es ahí cuando Teresa se da cuenta que le tendieron un cuatro o eso creían pues la habían dejado sola y desprotegida con Pote Álvarez. Y es que en realidad a eso venía a sentir eso sentir eso la vida de narcotraficante en México.

Una batalla se creó en la casa donde Pote Álvarez murió y ella por poco lo hace si no hubiera sido por los militares de la novena zona que llegaron a protegerla.

Al día siguiente ella fue a la PGJE bajo del convoy y entro a declarar en ese momento la carrera de don Epifanio Vargas estaba destrozada para siempre y al mismo tiempo el comandante de la novena zona militar le ofreció disculpas sobre los fallos de seguridad a lo que ella no tomo importancia.

Ella salió protegida por militares, subió a la Suburban y ahí fue la última vez que se le vio, nunca se supo más de ella y muchos son los rumores sobre ella. Unos dicen que se cambió la identidad y el rostro y que vive en los Estados Unidos. Florida o California. Otros que regreso a Europa con su hija, o hijo, si es que llego a tenerlo pues nunca se supo. En realidad, nadie sabe y hasta esos días la última vez que se le vio fue el día que salió del tribunal y subió a la Suburban.

El señor Arturo Pérez Reverte concluye la historia con el ultimo día en que vio a Teresa estando en la Ballena, cantina favorita del Güero con las siguientes palabras “En cuanto a mí, ese último día ante mi botella de cerveza en La Ballena, Culiacán, escuchando canciones de la rockola entre parroquianos bigotudos y silenciosos, lamenté carecer de talento para resumirlo todo en tres minutos de música y palabras. El mío iba a ser, qué remedio, un corrido de papel impreso y más de quinientas páginas. Cada uno hace lo que puede. Pero tenía la certeza de que, en cualquier sitio, cerca de allí, alguien estaría componiendo ya la canción que pronto iba a rodar por Sinaloa y todo México, cantada por los Tigres, o los Tucanes, o algún otro grupo de leyenda. Una canción que esos individuos de aspecto rudo, con grandes bigotazos, camisas a cuadros, gorras de béisbol y tejanas de palma que nos rodeaban a julio, a Elmer y a mí en la misma cantina -quizás en la misma mesa- donde estuvo sentado el Güero Dávila, escucharían graves cuando sonara en la rockola, cada uno con su media Pacífico en la mano, asintiendo en silencio. La historia de la Reina del Sur.”

Por último, los narcocorridos son fuentes de inspiración en la Reina del Sur. En la novela se hace mención a multitud de ellos.

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Bibliografía

Pérez-Reverte, A. (2011). La Reina del Sur (1a ed.). Cd. de México, D.F., México: Record.