LAS GRANDES RELACIONES ENTRE ALUMNOS Y MAESTROS EN LA ESCUELA SECUNDARIA TECNICA
Enviado por Ledesma • 21 de Noviembre de 2018 • 17.354 Palabras (70 Páginas) • 506 Visitas
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que no perjudique a otro”.
Según el diccionario enciclopédico de la lengua española; “la libertad es la facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo, es el estado o condición del que no está prisionero o sujeto a otro; es la falta de coacción y subordinación; es la facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres”; como se aprecia, la libertad tiene un concepto amplísimo ya que pude referirse a las cosas del mundo de la naturaleza, al mundo religioso y al mundo de la cultura. Según un autor, Soler, “si algún concepto hay cuyos atributos sean infinitos, inagotables, ese concepto es el de libertad”.
No cabe duda que es fascinante este tema, y basándome en el filósofo Antonio Millán Puelles lo enfocaré de una manera sencilla y que a mí me parece correcta.
Libertades innatas y adquiridas.
Hay libertades innatas como el libre albedrío, y adquiridas, como la libertad moral y las libertades políticas. Tanto las innatas como las adquiridas no se oponen sino que se implican o presuponen. Por ejemplo, las libertades políticas adquiridas tienen valor si el libre albedrío de las personas lo acepta, en caso contrario no sería de libertad sino una imposición del gobierno que va de acuerdo con la cita de Jean Paúl Sartre (1905-1980) cuyo existecialismo le hace decir: “la verdad humana comienza al otro lado de la desesperación”. Lo cual desde luego no es cierto si se ejerce la libertad verdadera o libertad moral.
En el dominio de las pasiones debe haber el vigor suficiente para impedir la turbación del alma por la pasión del cuerpo. Siendo la pasión “movimiento apetitivo de la potencia sensible, procedente de la imaginación de un bien o de un mal”. Este cuerpo de san Juan Damasceno es como algo psicosomático, no meramente corpóreo, ya que el apetito sensible es facultad también anímica y no solamente orgánica. Lo que hay que procurar es una serena, pero sabía disciplina de las costumbres. El libre albedrío puede intervenir de dos maneras, conscientemente, dejar que la pasión se desarrolle o bien desviando de ella la atención para así aminorarla o excluirla. Este es un verdadero acto de libertad moral, empleando las virtudes morales de la templanza y de la fortaleza, así como el de la aplicación de la prudencia, sus actos serán justos. La verdadera libertad es la libertad moral, con el dominio de las pasiones y la elevación al bien común.
La elevación al bien común es despojarse del egoísmo individual y cooperar por el bien de todos. Aunque el egoísta a lo mejor no estaría de acuerdo, por su estrechez de miras, la subordinación del ser humano al bien común, no lo rebaja sino que lo enaltece, podrán existir algunas contrariedades, pero a corto, mediano y sobre todo a largo plazo, el progreso del hombre es evidente. Hasta por mera conveniencia se debe despojar del egoísmo. La superioridad del bien común sobre el particular o privado es real y antológica. Y según Santo Tomas la búsqueda y el mantenimiento al bien común, se justifica por la mayor semejanza con Dios que es causa última de todos los bienes. La virtud que regula la convivencia es la justicia. El hombre tiene que convivir en una comunidad, y la elevación al bien común es esencialmente personal. La sociedad es para la persona, y entre más se eleve cada persona, mas se elevará la sociedad. La solidaridad humana es importante para el desarrollo de cualquier sociedad y su engrandecimiento. Pero cada persona empleando su libre albedrío dominando las pasiones y viendo por la elevación al bien común debe normar su conducta y así estará camino a encontrar la felicidad.
La libertad política
1- La libertad del ciudadano.
2- La especifica libertad del gobernante.
Este tema es muy controvertido, y en el curso del tiempo se ha ironizado mucho sobre la libertad política. Napoleón Bonaparte se refirió así: “bien analizada, la libertad política es una fábula imaginada por los gobiernos, para adormecer a sus gobernados”.
No debe ser así
En México la libertad política da al ser humano el derecho de pensar, el derecho de emitir su pensamiento, el derecho de reunirse, el derecho de ejercer el oficio, profesión o industria que le acomode, el derecho de transitar libremente por el territorio nacional, y entre otros muchos derechos y prerrogativas tiene el derecho de votar y ser votado para los cargos públicos de elección popular ya que vivimos en una democracia. En cambio de estas libertades debe subordinarse al gobierno libremente elegido teniendo obligaciones como el pago de contribuciones para los gastos públicos, sujetarse a las leyes y tener buen comportamiento.
La libertad moral es personal, cada individuo lo decide en sus libertades civiles (sinónimo de libertad política) son -y así deben ser consideradas y prácticamente tratadas- un autentico bien común; pero no el bien común único, ni la razón de ser de todos y cada uno de los valores que en la convivencia civil justifican el uso del libre arbitrio de los ciudadanos en tanto que ciudadanos y de los gobernantes.
La libertad del ciudadano tiene un carácter limitativo, para impedir las posibles extralimitaciones en el uso del libre albedrío humano cuando éste se ejerce en un contexto civil. La libertad política sirve por principio, al bien común, en tanto que esencialmente está orientada a evitar las intromisiones que cualquier ciudadano puede sufrir por el abusivo ejercicio del libre albedrío de otro.
Los derechos, prerrogativas y también las obligaciones deben estar debidamente estipulados en las leyes que rigen la vida diaria de los ciudadanos. A través del tiempo en cada país se ha hecho esto, y actualmente a nivel mundial se ha legislado para proteger al individuo incluso contra actos de su propio gobierno si lo afectan en sus derechos individuales.
La específica libertad del gobernante.
Aquí el gobernante debe tener autoridad y ejercerla libremente para un buen gobierno. El requisito es que los gobernantes sean libremente escogidos (democracia) por el pueblo, hacer cumplir las leyes con el poder coactivo necesario para poder lograrlo. El poder físicamente coactivo, destinado a garantizar la libertad política en sus diferentes manifestaciones corresponde a la índole jurídica positiva de esta forma de libertad. E incluso ya hay una autoridad mundial: la ONU, de esta suerte en el preámbulo de la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, proclamada por la Asamblea General de las Naciones
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