LOS GRIEGOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

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Otro escritor que describió la geografía de Ibera fue Claudio Ptolomeo, un siglo después y ofrece un cuadro casi completo con infinidad de topónimos. Ptolomeo es el que garantiza un mayor interés geográfico y matemático.

Estos cuatro escritores son la base de los conocimientos geográficos de la Península Ibérica de la Antigüedad.

- LA COLONIZACIÓN GRIEGA.

A partir del siglo X a.C., griegos y fenicios comienzan a desplazarse hacia el oeste. Sus primeras visitas son de tanteo y no hay voluntad de afincarse. Solo en una segunda estancia comienza la fundación de ciudades como Gadir, a cargo de navegantes fenicios.

Heródoto cuenta que la nave de Coleo, un navegante de la isla de Samos, fue arrastrada hasta las costas meridionales de la Península Ibérica. Allí fue recibido por Argantonio, monarca ibérico.

Coleo regresó a Samos cargado con unas ganancias incalculables. Su aventura abre la puerta a empresas colectivas protagonizadas por los foceos. Éstos eran poseedores de embarcaciones más rápidas que las habituales naves de carga, las penteconteras, y estaban dotados de gran intuición y espíritu viajero. Marchan hacia el oeste del Mediterráneo. Fundan una colonia, Massalia, Marsella, en territorio galo. Más tarde, en Cataluña, fundan la colonia de Emporion (Ampurias) que junto a la de Rhode (Rosas) será la única griega de la Península.

El primer objetivo de los foceos de Massalia era crear un pequeño asentamiento que sirviera de descanso y de aprovisionamiento de víveres a los viajeros en su camino hacia el oeste más lejano, a fin de abrir nuevos mercados en la Península Ibérica. Emporion alcanza una gran prosperidad económica gracias a las relaciones comerciales que mantiene con los vecinos ibéricos. La ciudad experimenta un crecimiento urbanístico y artístico muy importante.

El auge del comercio de los griegos en Iberia es a causa de la consolidación y apogeo de la cultura ibérica. Durante los siglos V y IV a. C. los mercados de la zona oriental de la Península ejercen una fuerte atracción sobre los comerciantes púnicos. De Grecia llegan a la Península colecciones de cerámica, bronces, vino y aceite. Emporion es el puerto de entrada de las importaciones y el de embarque de las exportaciones (salazones, trigo, estaño) para muchos puntos del Mediterráneo. Los púnicos de Ibiza y de Cádiz ejercen de intermediarios con las poblaciones de Levante y de Andalucía.

El contacto entre los habitantes de la Península y los colonos griegos también “provoca” el intercambio de arte y cultura, pues ambas poblaciones sufren influencias en sus modos de vida como resultado de estas relaciones. Contestania (Alicante y Murcia) adopta el alfabeto jonio de Asia Menor para representar el sistema fonético de la lengua ibérica. Los habitantes de Iberia asimilaron esquemas, temas y estilos mediterráneos como esculturas, bronces y terracotas se adaptan al pensamiento y la expresión artística griegas. Las esculturas ibéricas muestran esa influencia.

Desde el siglo VII a.C. hasta que los romanos conquistan la Península Ibérica, los intercambios comerciales, culturales y artísticos son constantes y muy importantes. Emporion fue lugar de encuentro y convivencia de dos mundos distintos.

La influencia púnica y fenicia y la dominación romana sobre la Península se notan mucho más.

- IBERIA EN LOS TEXTOS GRIEGOS.

Los textos griegos referidos a Iberia combinan leyenda e historia, pues mezclan contenidos históricos y relatos míticos.

Los griegos tuvieron un gran conocimiento de la Península Ibérica, hecho que se refleja en sus escritos. Existió una multitud de escritores que se ocuparon de Iberia como: Apiano de Alejandría, Diodoro Sículo, Dion Casio, Claudio Eliano, Platón, Plutarco, Polibio o Estrabón.