LOS RIESGOS ECONÓMICO-FINANCIEROS QUE ENFRENTA MÉXICO.
Enviado por klimbo3445 • 14 de Junio de 2018 • 2.743 Palabras (11 Páginas) • 645 Visitas
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con un impacto negativo para la sociedad mas no para el gobierno, el aumento en los intereses por deuda y la cada vez más inminente alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos auguran un panorama complicado para México.
En lo personal creo que las políticas globales del comercio, es decir el neoliberalismo, ha sido adoptado irresponsablemente por nuestro país, pues una implementación responsable de este sistema económico no tendría a nuestro país hundido en la desgracia económica actual, sino todo lo contrario. Y las consecuencias de la irresponsabilidad de los gobiernos ante los excesos cometidos en las últimas décadas ya no es sostenible, a pesar de todos los mecanismos y estrategias que el Banco de México y la Secretaría de Hacienda han pretendido ejecutar, pues no subsanan sino solo mitigan los embates de la economía global.
Entonces, tenemos que todos los factores que generan ingresos en nuestro país están detenidos, estancados, disminuidos o debilitados, y como consecuencia crece el déficit, pues no se ha detenido ni disminuido de forma responsable el gasto público.
Si México logra sostener su economía más sólida y firme que la de los otros países emergentes, que son las economías con las que el país tendrá que competir a la hora de ofrecer seguridad y confianza para retener los capitales, es que se podrá librar de una mayor caída o incluso, entrar en crisis.
Ahora bien, a pesar de que México es económicamente más fuerte que ciertos países de América Central y Sudamérica, la realidad es que en una crisis
financiera, el dinero se retrae muy rápidamente y los bancos extranjeros en particular, retiran el capital de vuelta a casa. Eso significa que es menos probable que den crédito a pequeñas y medianas empresas o individuos en México. Ése es un riesgo que México tiene y que no está bien entendido o discutido por el secretario de Hacienda o el gobernador del banco central, pero existe.
Para las empresas energéticas de México, la única alternativa a los mercados de capital son los propios bancos. Los bancos deben decidir si mantienen a flote empresas a las que ya están expuestos –a través de líneas de crédito directo o por medio de condiciones de préstamo más caras–, para que no pierdan más dinero en esos préstamos o bonos ya extendidos. Los bancos deben decidir si siguen prestando en un entorno de disminución de (precios de) la energía o si retiran el crédito. Si lo retiran, lo que le ocurre a una empresa como Pemex, es que se recortan empleos, se cortan las pensiones –lo que en México significa más manifestaciones y el dolor de las familias asociadas a la industria–. Además, una disminución de las ganancias significa menos ingresos para el gobierno.
Por todo lo anterior, es necesario fomentar el flujo en el mercado interno, que puede ser la punta de lanza para un crecimiento real, con fundamentos sólidos que sean los pilares de nuestra economía, y dejemos de depender tanto de los factores externos.
RIESGOS DE CRISIS POR TERRORISMO Y VIOLENCIA
Los riesgos económicos a los que está expuesto nuestro país no solo tienen fundamento en el área comercial, que si bien es cierto es la base de nuestra economía, también es cierto que el factor seguridad impacta fuertemente el sector comercial, al no existir garantía por parte del Estado para las condiciones de operación sin contratiempos por la delincuencia.
No obstante, la inseguridad que se vive no solo se circunscribe a la violencia común, ha escalado a niveles preocupantes, al grado de que el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo son factores de riesgo potencial para la seguridad nacional, que pueden afectar la integridad y la estabilidad del Estado mexicano, esto a partir de lo que publica la propia Secretaría de Gobernación en su Programa Sectorial 2013 - 2018.
En su Programa Sectorial 2013-2018 (de la SEGOB) publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de diciembre de 2013, que forma parte del diagnóstico en materia de seguridad y justicia del gobierno mexicano, la dependencia federal considera que la migración ilegal, el tráfico de armas y de personas, además de la proliferación de armas de destrucción masiva, también son factores que pueden amenazar al Estado.
En el documento se explica que existen tendencias externas e internas que pueden convertirse en riesgos y amenazas e incidir negativamente sobre la estabilidad del Estado, porque tienen el potencial de vulnerar el territorio, la soberanía, el orden constitucional, las libertades e instituciones democráticas, así como el desarrollo económico del país.
Por otro lado, El Instituto para la Economía y la Paz (Institute for Economics and Peace – IEP1) ubicó el martes pasado a México como uno de los 13 países con mayor riesgo de enfrentar un aumento de actividades terroristas para el próximo año. Esto de acuerdo con su Índice de Terrorismo 2014, donde nuestro país es el único del hemisferio occidental en entrar en esta categoría de riesgo.
Esto puede parecer sorprendente en un país donde la gran mayoría de los habitantes no considera vivir con amenaza terrorista o haber sido víctima de
1 El IEP es un centro de investigación sin fines de lucro que busca medir el nivel de paz en el mundo como una aproximación de bienestar y progreso. Además del índice de terrorismo, publica índices de paz a nivel internacional, así como en países específicos, tales como Reino Unido, Estados Unidos y México.
ataques terroristas. En este contexto, es interesante analizar cómo el IEP llegó a este resultado.
Primero, el IEP construye su indicador de riesgo de actividad terrorista a partir del número de incidentes terroristas desde 1970, así como las muertes, lesiones y daños a la propiedad causados por los mismos.
Por otra parte, el Instituto estima que el riesgo de ataques terroristas suele incrementarse en lugares donde existe violencia patrocinada por el Estado, tales como ejecuciones extrajudiciales o violaciones a los derechos humanos. También influyen los altos niveles de criminalidad, la creciente percepción de inseguridad, así como falta de cohesión social.
Ahí sí, todos los factores citados suenan demasiado familiares en México. Solamente basta recordar dos eventos que han cimbrado la sociedad mexicana en los últimos meses: la desaparición los 43 normalistas en Guerrero y las ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya.
Tal como se señala en el estudio, el IEP considera terrorismo cualquier “amenaza o uso real de la violencia y fuerza ilegal por un actor no estatal para alcanzar un objetivo político, económico, religioso o social a través del miedo, la coacción o la intimidación”.2
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