La La cautiva de Esteban Echeverría.

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Cuando huye con su malherido marido por el desierto ella parece poseída por una increíble fuerza, puede que por la responsabilidad de que fuera ella de quien dependía la vida de su marido y la suya propia. Es capaz de cargar con Brián en huidas, de enfrentarse a un tigre… parece que no hubiera nada capaz de detener a María, incluso se dice en la obra que adquiere una “varonil fortaleza” (como si la fortaleza fuese algo meramente masculino).

Sin embargo, tras superar múltiples obstáculos e incluso la muerte de su marido, María sucumbe ante la noticia de la muerte de su hijo a manos de los indios. Casualmente esto ocurre cuando se encuentra con varios soldados a las órdenes de su marido, cuando se adentra de algún modo de nuevo en la civilización, en la zona segura. Se podría decir que la María luchadora, fuerte, decidida y emprendedora solo existe dentro de la tierra salvaje y por verse perseguida por el peligro, mientras que al sentirse segura volvería a retomar el rol de mujer dulce y asustadiza. Se muestra a una María dual, de hecho se ve este contraste en el epílogo donde se dice: “¡Oh María! Tu heroísmo, tu varonil fortaleza, tu juventud y belleza merecieran fin mejor.”(113) Se nombra su fuerza y heroísmo pero siempre sin dejar de obviar decir que era bella y joven, lo que es bastante remarcable.

También es destacable como se muestra a los indios en la obra. Se exponen desde el punto de vista de hombre blanco, y por ello aparecen como sinónimo de barbarie, de incivilización. Se muestran como seres sanguinarios, atroces y violentos. De hecho, a las tribus de la pampa muchas veces se les hace referencia como “chusma”, “abominables fieras” o “salvaje turba”

Cuando los indios celebran su victoria, se crea un ambiente infernal con la oscuridad y las hogueras de fondo “Parecen del abismo precito, inmunda ralea entregada al torpe gozo de sabática fiesta (18). Se presenta a los indígenas como una sociedad no civil, violenta y en la cual no existe ningún tipo de orden. La barbarie y el desenfreno están a la orden del día, incluso los indios llegan a atacarse entre ellos llegado un punto de la celebración. Por otra parte, también se hace hincapié en el estereotipo del indio ebrio, ya que se entregan a un consumo exagerado de alcohol que los hace parecer más bestiales y bárbaros. Se los deshumaniza completamente cuando se describe la escena en la se comen la carne de los animales que van matando “dos o tres indios se pegan como sedientos vampiros, sorben, chupan, saborean la sangre, haciendo murmullo, y de sangre se rellenan.” (15) Se los compara con vampiros, con algo no natural, es como si se excluyera a los indios del grupo humano.