La chica que no habla

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― Señorita Hills al alzar la mano me indica que desea aportar algo a la clase pero si se va a quedar en silencio mejor la baja― Dijo este con una sonrisa plasmada en su rostro, y continuo con su clase. Lo que dijo el profesor le genero a Sasha una duda ya que ella si hablo y este la observaba cuando lo hizo. Al finalizar la clase recogió sus cosas rápidamente y se dirigió a sus amigos con una sonrisa pero antes de poder alcanzarlos salieron del salón apresuradamente y se mezclaron con los demás alumnos. Para la mala suerte de Sasha ese día no tenía otra clase con ellos. El día trascurrió sin inconveniente alguno, exceptuando las veces que decía o comentaba nadie le prestaba atención.

El viernes `por la tarde al llegar de la faculta y entra a su departamento se sintió fuera de lugar en ese lugar al que tantas veces llamo hogar, no se sentía familiar gtenia una vibra diferente que le ponía los pelos de punta. Cerro la puerta con llave y al asegurarse de que nadie podía entrar paso a la cocina y se sirvió un vaso de agua, cuando sus labios sintieron el agua fría se relajó pero no del todo seguía sintiendo que algo no estaba bien, fue al corredor y llego a la puerta que daba a su habitación pero antes de abrir no pudo evitar sentir que alguien la miraba, miro por encima de su hombro pero no vio a nadie, al volver su vista a la puerta se dio cuenta de que había un pequeño retaso de papel pegado en esta pero al ,mirar más de cerca se dio cuenta que no era un simple pedazo de papel si no que era la tira de papel que anteriormente había estado en una galleta de la fortuna, su galleta de la fortuna, y en la que estaba aquel mensaje que le producía escalofríos “Deberías mirar a tu alrededor y guardar silencio” y nuevamente como le había pasado en aquel restaurante miro una vez más sobre su hombro justo donde estaba su espejo favorito y vio el reflejo de dos chicas, una de ellas la conocía perfectamente y a la otra solo la había visto una vez, la noche en la que su pesadilla comenzó. Sasha voltio en su dirección pero ella ya no estaba ahí, al volver su vista a su puerta pudo observar como en el lugar donde debería estar la nota no había nada.

Sasha entro rápidamente a su habitación y una vez adentro la `puerto se cerró produciendo un fuerte estruendo a lo que voltio y escucho como alguien, o algo, le pasaba el pestillo a la puerta, se acercó a esta he intento abrirla pero en lo profundo de su mente sabía que esto no cambiaría nada, se rindió y se dejó caer por la puerta hasta el suelo, en estos momentos sentía una gran impotencia y empezó a gritar

― AYUDA, ALQUIEN POR FAVOR AYUDEME, AYUDA, HAY ALGUIEN QUE ME QUIERE HACER DAÑO ―Gritaba una y otra vez pero nadie venia, cuando paro de gritar para tomar aire escuchaba que alguien susurraba al otro lago de la puerta― Shhhhh ― fue entonces cuando recordó que su teléfono estaba en su bolsillo trasero, lo saco rápidamente y llamo a emergencias.

― ¿Cuál es su emergencia? ― Dijo la operadora ― Por favor necesito ayuda estoy encerrada en mi habitación, necesito que me saquen de aquí― Dijo con la voz quebrada― Hola, hay alguien hay― repetía la operadora mientras Sasha le explicaba lo que ocurría― Por favor si no va a decir nada no llame― Fue lo último que escucho antes de que cortaran, antes de que pudiera hacer otra llamada su teléfono se apagó aunque recuerda que este tenía 42% de batería, lo dejo caer al piso y siguió gritando que la ayudaran.

Luego de unas horas, que le parecieron días, escucho como la puerta de la entrada se abría y se cerraba en un sonido casi inaudible, se paró rápidamente y guardo silencio, pensó que cualquier otra persona en esta situación gritaría pero por primera vez desde que la leyó decidió hacerle caso a la nota y guardar silencio. Escucho el pestillo de su puerta abrirse y se acercó a esta temerosa de lo que pudiera encontrar al otro lado, antes de poder abrir escucho una vez más un silencioso, Shhhh, que le puso los pelos de punta, abrió lentamente la puerta y miro a los lados pero no había nada camino lo mas sigilosamente posible hasta la cocina y se aseguró de que no había nadie echo a correr a la puerta pero antes de llegar sonó el timbre, al abrir la puerta se encontró con Alex y Mey y todo el enojo que sentía por ellos desapareció al verlos, se aventó a ellos y les dio un gran abrazo el cual estos no le devolvieron , se separó poco a poco y les vio las caras había algo diferente en ellos miraba algo dentro de su departamento.

―Chicos que les pasa por que actúan de esta manera, por que me ignoraron toda la semana― dijo Sasha retrocediendo― Shhhh ― susurraron ellos ― Chicos que…― SHHH― dijeron estos con las insistencia y por primera vez desde que Sasha abrió la puerta la miraron, fue entonces cuando utilizando un tono escalofriante y frio empezaron a cantar― Silencio tú debes guardar y solo cuando ella te lo ordene hablaras, ¿soy bella? te preguntara y si respondes mal morirás pero si bien lo haces tú también lo serás ― recitaron, a lo que Sasha extrañada dirijo su vista hacia atrás y la vio.

Una chica no muy alta de tez blanca como un aisberg, con los ojos negro como el carbón y que llevaba una chaqueta que le cubría parte de la cara y con algo en la boca, estaba parada hay en el pasillo fue cuando la reconoció como la chica que vio en el restaurante el sábado y la que vio en la tarde en el espejo. Esta se le acercó con pasos seguros pero lentos mientras que su cabeza se movía de un lado a otro pero nunca aparto los ojos de los de Sasha.

Cuando estuvo a una corta distancia de Sasha susurro en un tono tan bajo que de no ser porque sus amigos habían dejado de cantar y de la cercanía que tenía esta de ella se hubiese hecho imposible escucharla empezó a cantar― Mi nombre es Charlotte y tu amiga voy a ser, solo una pregunta te voy a hacer y de tu respuesta dependerá la forma en la que morirás…― escucharla decir eso le helo la sangre a Sasha la cual no `podía hacer otra cosa que mirarla a los ojos. Fue entonces que pregunto― ¿Soy hermosa?― utilizando un tono angelical pregunto Charlotte quitándose la capucha y dejando expuesto su rostro, el cual tenía algunas cicatrices y moretones pero lo que más llamaba su atención, además de sus ojos negros, era que en el área donde debería estar su boca había un tapa bocas como los que usan los doctores pero este estaba cubierto de lo que parecía sangre y suciedad.

Aterrada por la vista que la cara de Charlotte le proporcionada no sabía que responder así que simplemente dijo lo primero que se le paso por la cabeza ― Si…― susurro Sasha con un tono que sonaba más a una pregunta que una afirmación.

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