La construcción de la identidad personal de los adolescentes.

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Actividad 4: Leer individualmente el texto de “Desarrollo de la personalidad y de la identidad” y “Formación de la identidad”, de Susan Harter.

Elaborar un texto con las ideas principales que plantea la autora y como conclusión con sus propias palabras a partir de los elementos hasta el momento, ¿Cómo se construye la identidad personal durante la adolescencia?

El concepto de sí mismo representa, en gran medida, la incorporación de las actitudes de la personalidad que personas importantes consideran fundamentales. Los padres, los compañeros de clases, los amigos íntimos, en particular, representan la fuente principal de dicha retroalimentación. Estas valoraciones personales vienen a definir lo que Cooley llamó “la identidad del espejo”.

El perfil de percepción de sí mismo de Harter para adolescentes identifica ocho campos específicos: competencia escolar, competencia laboral, competencia atlética, aspecto físico, aceptación social, amistad cercana, atractivo romántico y comportamiento.

La teoría del desarrollo cognoscitivo de Fischer ofrece una respuesta parcial. Fischer distingue varios niveles en el pensamiento operacional formal. En el primer nivel de “abstracciones simples”, los adolescentes jóvenes pueden elaborar abstracciones acerca de la identidad. Con la emergencia de los “sistemas abstractos”. Este nuevo nivel cognoscitivo trae consigo la capacidad de integrar abstracciones simples en abstracciones de orden superior compatibles acerca de la identidad.

Markus y Nurius introdujeron el concepto de “personalidades posibles”, sugiriendo una función motivacional. Es decir, las personalidades posibles representan la personalidad tanto deseada como temida y funcionan como incentivos que aclaran las personalidades que deben ser aceptadas y las que han de ser evitadas.

Selman sugiere que la adquisición de la toma de perspectiva también es esencial, ya que primero se debe de estar consciente de que los demás están observando y evaluando la identidad. Al adoptar la perspectiva del otro observador, el individuo es capaz de observar la personalidad, de reflexionar acerca de ella y evaluarla.

Al adolescente se le dificulta diferenciar sus propias preocupaciones mentales de lo que los demás están pensando de él o ella, lo que conduce a una forma de egocentrismo conocido como “audiencia imaginaria”.

Elkind ha identificado como la “fabula personal”. Al recrear historia de su vida personal, el adolescente asevera que sus pensamientos o sentimientos sólo han sido experimentados por él. Además, tienen un concepto de autoestima global (es decir, que tanto les gusta, aceptan o respetan la identidad como persona).

Cooley, así como Mead, postuló que la identidad era una construcción social que implicaba la incorporación de las actitudes de las personas importantes. Por ello, el individuo imita las actitudes que los demás tienen hacia él; lo que Cooley describió metafóricamente como la “identidad espejo”.

De los campos particulares que más contribuyen a la autoestima global se destacan: aspecto físico, aceptación social del grupo, competencia escolar, competencia atlética y el comportamiento.

Erikson observó que el adolescente requiere de una moratoria psicológica, un periodo de tiempo sin excesivas responsabilidades u obligaciones que limiten la prosecución de su descubrimiento propio.

La difusión de su identidad. El nivel de la difusión de la identidad se refiere a los individuos que tienen poco sentido de compromiso y que no buscan activamente tomar decisiones.

La condición moratoria se define como un periodo activo de crisis durante el cual se busca entre alternativas como tentativa de llegar a una elección.

En el nivel de exclusión han adoptado las identidades prescritas por los padres u otras figuras de autoridad con un agudo sentido de compromiso, sin jamás explorar opciones o experimentar una crisis de identidad.

Según la teoría del apego, un lazo afectivo seguro permite explorar, así como desarrollar, un sentido de identidad separado.