La riqueza oculta de la educación

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“El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (1989) ha marcado un hito histórico importante en el reconocimiento de sus derechos como pueblos para asumir el control de sus propias instituciones y formas de vida y de su desarrollo económico y a mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones, dentro del marco de los Estados en que viven”. El mismo Convenio 169 observa que “en muchas partes del mundo esos pueblos no pueden gozar de los derechos humanos fundamentales en el mismo grado que el resto de la población de los Estados en que viven y que sus leyes, valores, costumbres y perspectivas han sufrido a menudo una erosión” (Educación y Diversidad Cultural, 2008).

Esta hasta 1965 que se empieza a considerar los derechos para la no discriminación racial y hasta 1977 se integró como parte de sus derechos el integrarse a lo esfera; es hasta este momento cuando se empieza a hablar de “políticas educativas” que de adecuen a este nuevo panorama de inclusión. Por ello es hasta 2007 donde la Unesco declara: “Las diferencias son inherentes a los seres humanos, siendo una muy principal la diferencia que emana de la procedencia cultural, sustento dinámico y cambiante desde el cual el sujeto construye su identidad propia. La respuesta de la educación a la diversidad implica asegurar el derecho a la identidad propia, respetando a cada uno como es, con sus características biológicas, sociales, culturales y de personalidad, que permiten precisamente la individuación de un sujeto en la sociedad”.

Con esta declaración se dieron cuenta de cómo la diversidad es nuestra gran riqueza oculta, una riqueza que permaneció oculta por muchos años, pero que poco a poco está saliendo a la luz y va tomando fuerza, no solo para este grupo de personas sino para toda la sociedad que busca un reconocimiento de su ideología; que se note que la diferencia no es problema sino la solución.

No solo se habla de la inclusión al sistema educativo sino de brindar una educación de calidad, una educación que les permita desarrollo esas capacidades que de igual manera los diferencian, todo esto con la finalidad de crear una sociedad cada vez más plural. En este contexto de brindar una educación de calidad que atienda todas las necesidades, esta tarea se vuelve un reto, nos volvemos cada vez más conscientes de la pluralidad de contexto que se tiene dentro de un aula, por ello el proceso de enseñanza-aprendizaje se trasforma en un desafío para los docentes.

De igual manera el desafío no termina ahí, se tiene la responsabilidad de educar con una mentalidad de igualdad sobre la diversidad culturas dejando de lado la postura de jerarquía de había manejo durante muchos años; aunque también se debe asumir el trabajo conjunto ya que la mentalidad de igualdad no solo es responsabilidad de gremio educativo sino de la sociedad en general.

Una correcta educación intercultural se lleva a cabo tomando en cuenta las diferencias de cada uno de los participantes y valorando estas diferenciad como un enriquecimiento, considerar que aceptar las diferencias de los demás nos hace más “fuertes” como sociedad con la aceptación de que las diferencias son patrimonio común de toda la humanidad.

“Educar con un enfoque intercultural implica enseñar no sólo sobre otras culturas, sino también que existen distintos puntos de vista, estilos comunicativos e interpretaciones de la realidad; enseñar a resolver conflictos que surgen de las diferentes posiciones; enseñar a reconocer los derechos propios tanto como los de otros, cualquiera sea su origen, aspecto o condición social; y enseñar cómo se han dado históricamente…“ (Educación y Diversidad Cultural, 2008).

Esta postura intercultural, basada en la valoración de la riqueza dentro de la diversidad, la equidad y el respeto nos lleva a una sociedad utópica, un sueño que se idealiza con la educación intercultural, ya que la educación promueve la movilidad social, promueve las mejoras en la calidad de vida, promueve un diálogo que finalmente conduce a una sociedad mejorada.

Lograr es sueño no será un trabajo sencillo aún se viven diversos problemas dentro del campo educacional que no permiten el completo desarrollo, se necesita un sistema construido específicamente para nuestro contexto, se necesita la implementación de políticas educativas que respondan correctamente a la diversidad cultural, políticas educativas que permitan cumplir en tan anhelado sueño que hasta el momento sigue trunco.

Dentro de estas políticas educativas se debe tomar en cuenta el peligro que corre la diversidad, ya que al tratar de enseñar a valorar la identidad de cada individuo y al mismo tiempo valorar y respetar la identidad de los demás, se puede caer en la homogenización cultural.

De igual manera el reto es la manera es que se educaran a todas estas personas de diferentes procedencias, diferentes ideologías y formas de actuar, el tener un programa de abarque la diversidad de cada uno de los alumnos que se encuentren dentro del aula o que pertenezcan a un sistema educativo.

Queda mucho por hacer, se debe seguir trabajando en políticas educativas que profundicen en la valoración de la educación intercultural, la amplia diversidad de culturas de etnias y lenguas es la emotivo que nos da identidad, son las raíces de se deben mantener, que se deben valorar, es la gran riqueza que tenemos en nuestro país y en todo Latinoamérica, es la razón por la cual nos debemos sentir orgullosos.

“La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo”.

Isaac Newton