Las Siete Notas Para Mikasa

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Definitivamente tendría que hacer algo, de alguna manera tendría que acercarse a aquel joven, no hay tiempo que perder... ella debía actuar pronto.

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CAPÍTULO II.

Como todos los días aquella bella joven llamada Mikasa se encontraba corriendo nuevamente a su lugar favorito... La cafetería.

Sus piernas y su gran fuerza eran algo positivo para ella, eso de hacer gimnasia y mantenerse en forma por fin le había dado resultado.

Aunque sus ropas esta vez eran feas para el gusto de su amiga seguía llamando la atención de jóvenes y adultos.

Muchas personas se volteaban a mirarle pero poco le importaba ya que su único objetivo era poder ver a ese joven que le quitaba horas de su sueño y poder llegar a tiempo.

Vio su reloj y comenzó a reír, había llegado antes de lo presupuestado, fue hacia la cafetería, hoy era un bello día, había un radiante sol y unas pocas nubes que adornaban aún más ese primaveral clima.

Llego, entró y la atendió la pelirroja entregándole una angelical y bella sonrisa.

La azabache se preguntaba si Petra tendría novio ya que siempre se le ve sonriente y bastante alegre, lo más probable es que lo tenga ya que vamos, con ese encanto y ese angelical rostro ¿Quién no caería rendido?

-Malas noticias_ dijo la pelirroja mientras Mikasa se acercaba a ella_ tu puesto lo ocupó alguien más.

Fijó su vista en aquella dirección encontrándose con un hombre entre lo agraciado y lo bundano, no era guapo pero tampoco era feo, su cabello color ceniza le llamo profundamente la atención, él se veía alegre y animado hablando con un azabache inundado de pecas, entonces ella pensó que no debía interrumpirlos.

-Lo de siempre Petra_ dijo resignada mientras sacaba dinero de su bolsillo.

-debes ver el lado positivo_ hoy podrás disfrutar de un bello día.

La azabache fingió una sonrisa mientras tomaba su pedido y salía con rapidez.

Lo que no sabía esta guapa chica es que había calculado mal la hora y que aquel enamorado ya se encontraba en el lugar.

Al girar sintió un fuerte golpe en su rostro, había chocado con algo, sus labios comenzaron a arder... ¿Él por qué? Bueno como ella era más alta que el otro chocaron cabeza con barbilla.

Entonces el chico paso por su lado sin decir nada descolocándola completamente, su muffin había caído y ensuciado ella en la desesperación corrió hacia afuera y se sentó en un lugar visiblemente estratégico.

El azabache comenzó a mirar por todas partes al parecer la estaba buscando... Puede ser para entablar una conversación no muy amistosa o simplemente para disculparse.

Mikasa llena de vergüenza puso su libro favorito y fingió estar leyéndolo mientras el joven aun dentro de la cafetería parecía buscarla.

Al parecer se dio por vencido y salió o eso indicaron las campanillas, ella de reojo podía verlo pero para su suerte él no...

Éste paró de pronto a solo unos centímetros de su puesto y tomó un sorbo de té.

Ella embobada lo miraba fijamente pero de pronto el chico de marchó, guardó el pastel en su mochila y llevó su café en sus manos...

¿Que debía hacer?

-No sé si seguirlo_ se preguntaba ella misma ¿Y si el la descubría? ¿Y si al descubrirla se veía acorralado y llamaba a la policía? ¿Y si él la insultaba por haberlo chocado?

Comenzó a hacerse todas estas preguntas pero de pronto.

Paró en seco, ¿Que estoy haciendo? Se preguntaba mientras caminaba escondida detrás del joven.

Él iba perdido en su teléfono mientras al parecer escuchaba música.

Mikasa por un momento se sintió ridícula pero desechó inmediatamente la idea pensando que por fin estaba haciendo lo que debería haber hecho hace mucho tiempo atrás.

Él joven por su parte seguía caminando a paso firme... No se detenía por nada del mundo hasta que minutos después entró a una vieja y sucia casa.

Ella lo perdió de vista confundida... ¿De qué se trata todo esto? Se preguntó pensando en que el joven podía pertenecer a algún grupo anarquista o era algún chico malo de por ahí.

Sin dudarlo y decidida entró a aquella casa, por dentro era bastante hermosa y ¿Llena de libros?

¿Por qué habían libros?

Comenzó a correr dentro de ese lugar hasta que chocó con alguien.

-¿Buscas algo? Le preguntó un rubio y fornido hombre mientras sostenía decenas de libros en sus manos.

-Estaba buscando...

-¿Algún libro en específico? Le preguntó él.

Ella comenzó a pensar rápidamente, hizo que su cerebro actuara con una velocidad increíble... Repaso todos los libros habidos y por haber de los que hubiera sabido o solamente escuchado.

-Algo romántico como Bajo la misma estrella_ respondió la azabache bastante tímida.

-Eso es por acá, sígueme_ le respondió el rubio haciendo que ella lo siguiera.

Se sentía una estúpida, no podía creer lo que aquel chico o más bien su curiosidad la habían hecho hacer...

Iba con un poco de miedo, sus pies tiritaban como si de gelatinas se trataran, tomo su teléfono para no hacer más incómodo el momento.

Fingir tener una conversación con alguien, ese era el objetivo de mirar el celular incesantemente.

-Levi, dijo de pronto el rubio_ ella es nueva, quiere leer algo romántico_ es tu especialidad.

-Está bien_ respondió una familiar voz que hizo a Mikasa pensar