Las miserias del proceso. Derecho Procesal Penal

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El juez es quien reconstruye hechos en un proceso tanto internos como externos es decir no solo debe concentrarse en un acto específico sino en toda la vida del incriminado, esto implica que el juez disponga de tiempo, espacio y caridad para conocer el hecho y más aún al hombre y toda su historia porque con ello se puede juzgar algo que e hizo y también aquello que se realizará.

En el proceso penal es trascendente tanto el pasado que se intenta reconstruir como el futuro, porque la investigación adecuada del primero hace que del segundo elemento se construyan mejores bases, y aunque esto no es fácil puesto que la ley tiene ciertos vacíos no está de más poder ampliar el ejercicio de esta manera.

Una vez agotados todos los pasos como lo son la reconstrucción de los hechos, se ha utilizado las pruebas y la aplicación de la ley se llega a lo que podríamos llamar el fin del proceso la condena a la que se debe llegar con certeza y sea cual sea la decisión de cierta forma el proceso nunca termina para el que una vez estuvo implicado puesto que se ha perturbado su vida cotidiana y es entonces cuando laboralmente, académicamente y socialmente quedas excluido hayan sido ciertos o falsos los motivos por lo que se llegó a ese punto.

Si se cuenta con la “suerte” de una sentencia absolutoria podría decirse que allí terminó el proceso, pero si es una sentencia condenatoria el proceso continua puesto para el condenado una penitenciaria es la que realmente le hace vivir lo arduo del proceso, puesto que está preso en cuerpo y alma y si no fuera esto como funciona como “ejemplo” para el resto de la sociedad es decir someterse al escarnio público y no como debería ser una lección para ayudar también al condenado quien de modo alguno carece de amor, amistad, que se puede brindar al tiempo que cumple la pena.

Una vez terminada la condena llega la liberación, es que anhelada, esperada y contada día a día una vez estando preso, y cuando al fin llega físicamente para el involucrado ha terminado pero socialmente sigue siendo discriminado, lo que resalta la conducta del hombre a no perdonar y no parar de castigar.

Más allá del derecho es importante saber que se puede corregir o mejor guiar al hombre por el camino de la verdad, del amor, la caridad, la compasión, demostrarle que todos somos iguales y que de las mejores maneras de exigir el bien es dando ojala no un poco de él si no bastante para todos.