Ley del IVA (Exportación-Importación)
Enviado por monto2435 • 8 de Febrero de 2018 • 2.419 Palabras (10 Páginas) • 479 Visitas
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El porcentaje para el IVA que se promulgó en 1980 fue del 10% general y del 6% en las zonas de la franja fronteriza, siendo actividades gravadas las siguientes:
- Enajenación de bienes.
- Prestación de servicios independientes.
- Uso o goce temporal de bienes tangibles.
- Importación de bienes.
De la misma manera se promulgaron reglas especiales para los productos que no tendrían la obligación de efectuar el pago de este impuesto, como la ganadería, agricultura de productos silvícolas, con las excepciones de que no hayan sido procesados.
El impuesto deberá ser pagado mensualmente efectuando un cálculo anual por ejercicios, que serán presentados en las oficinas autorizadas del contribuyente, tratándose de importaciones el pago se efectuará en la oficina aduanera respectiva.
Con esta nueva Ley el contribuyente obtiene el derecho de reclamar una devolución en caso de obtener un saldo a favor en el cálculo anual.
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Como podemos observar de 1980 a la fecha las disposiciones generales de esta Ley no presentan un cambio sustancial, podemos decir que solo han sufrido modificaciones de acuerdo al avance de la economía mundial y a las necesidades del país.
Distintas Tasas que se han aplicado en México
En IVA como cualquier otro impuesto en México necesita un cambio, de acuerdo a las condiciones económicas que prevalezcan en el mundo, y especialmente en el país, para ir adecuando la forma de recaudarlo a las necesidades de recursos del Fisco, pero sin perder de vista las necesidades de desarrollo económico. Por tal motivo, las tasas de este impuesto han estado variando desde que entró en vigor.
El 31 de Diciembre de 1982 la tasa fue modificada, y entrarían en vigor el 1° de Enero de 1983, las tasas de 0%, 6%, 15%, y 20%. E1 10 de noviembre de 1991, se promulgó un decreto publicado en el DOF en el que se refleja en una tercera parte el gravamen sobre los actos o actividades a los que era aplicable la tasa del 15% quedando en un 10%; el gravamen sobre los actos o actividades a los que era aplicable la tasa del 20% quedaba en un 10%. La aplicación de las nuevas tasas entra en vigor a partir del 11 de noviembre de 1991.
ANTECEDENTES DEL CHILE
El chile fue primordial para los antiguos mexicanos. En las ciudades de Teotihuacán, Tula y Monte Albán, y los aztecas habían desarrollado una cultura del chile, muchos de cuyos aspectos perduran hasta nuestros días.
En el valle de México los chiles se sembraban principalmente en chinampas, esa aportación de México a la agricultura del mundo.
Según Hernando Alvarado Tezozómoc, en su Crónica mexicana, escrita hacia 1598, los mexicas sembraron por primera vez en chinampas en Texquiquiac, en el límite septentrional del valle, en el siglo XIII. Un poco después sembraron chiles verdes en Xaltocan, camino a fundar la gran Tenochtitlan. El método de siembra en chinampas resultaba idóneo en las orillas de los lagos poco profundos que abundaban en la cuenca de México. Los mexicas lo desarrollaron intensivamente, asociando el cultivo del chile con el de maíz, el frijol y la calabaza, entre las hortalizas principales.
El comercio del chile, por su parte, era central. Los relatos de los cronistas hacen énfasis en la cantidad y diversidad asombrosas de chiles que se vendían en los mercados prehispánicos. El chile fue también ampliamente utilizado como tributo en el México antiguo.
Los aztecas impusieron la tributación de productos a los pueblos conquistados. Cada zona contribuía por lo general con los bienes producidos localmente. Los más frecuentes, como señala Janet Long-Solís, eran los comestibles: el maíz, el frijol, el chile.
Después de la Conquista, los españoles adoptaron y continuaron durante algunos años empleando el sistema de tributación indígena. Convencidos de su eficacia, mantuvieron sin grandes variaciones la modalidad prehispánica de pagos, aunque introdujeron el uso de medidas europeas: fanegas, celemines o almudes, veneguenes, arrobas, y ajustaron los productos, los servicios y las fechas de entrega. Con el tiempo este sistema se modificaría, al hacerse más y más frecuente el uso del dinero acuñado. No obstante, a lo largo del siglo XVI el chile siguió siendo uno de los principales productos de pago.
Este producto también figuró entre los tributos fijados por el tlatoani de México antes y durante los primeros tiempos de la Conquista, según se aprecia en el Códice Mendocino. Los tributarios, en su mayoría vasallos, entregaban "cargas" de chile en cestos, tenates, etc., a inspectores oficiales quienes las recibían y depositaban en las bodegas imperiales e incluso, en las épocas de sequía, el chile seco seguía figurando en la lista de los productos almacenados.
Los restos más antiguos de la planta o fruto del chile ( Capsicum), proceden del valle del valle de Tehuacán (México) y datan del año 5000-3000 a.C. Le llamaban chile o ají (Bortolotti et al., 2002).
Los chiles han formado parte de la dieta humana en América desde al menos el 7500 a. Cristóbal fue uno de los primeros europeos en encontrarlos (en el Caribe), y los llamó «pimientos» por su sabor, parecido al de la pimienta usada en Europa, del género Piper, y que era una de las razones de sus viajes: encontrar una ruta hacia el Oeste para llegar a las Indias y a sus codiciadas especias, en particular la pimienta.
A diferencia de otras plantas comestibles provenientes de América, que tardaron décadas en ser aceptadas por los europeos, los chiles conocieron una rápida difusión mundial tras su introducción en España por Colón en 1493.
El chile se integró de una forma muy útil a la cocina española y del resto de Europa (y especialmente la italiana), en gran medida para los embutidos, ya que según crónicas y textos del siglo XV, estos antes usaban solo pimientas y vinagre para conservar los rellenos (de forma parecida a los salchichones que se elaboran en diversas regiones y países). Es común, pero no generalizado, que en España se denomine pimiento a los chiles de las variedades que solo condimentan pero que no producen ardor, y guindilla a las picantes.
Durante los siguientes doscientos años, su uso revolucionaría la gastronomía de los pueblos mediterráneos,
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