Libro- Llegar a Siebten Himmel.

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- Chocan dos trenes, resulta un oficial de correos muerto y 14 viajeros heridos, otro choque de trenes de Nüremberg a München.

La cara de mi tía fue muy susceptible al cambio de humor, rápidamente se noto la diferencia, ella me abrazo fuertemente, como los osos abrazan a sus cachorros, tanto que casí fractura mi estructura ósea.

Finalmente tomamos el dichoso tren que rápidamente nos haría pisar las tierras de München en los próximos 120 minutos, tiempo record que me pongo a pensar tal vez hubiera sido mejor caminar que viajar en ferrocarril, aún que quizas hubiera muerto de hipotermia a consecuencia del estado climático del invierno frío, crudo, entumecedor y debajo de diez capas de nieve blanca como las motas de algodón.

Me ponía muy feliz el poder saber de mi padre, y el estar de visita en la capital, mi padre ya tenia años sirviendo al ejercito alemán, ya no era cualquier cadete, ya tenía renombre y era bastante reconocido. Vivía en una población un poco apartada de la estruendosa ciudad, llamada Siebten Himmel (El séptimo cielo), un nombre poco peculiar para una comunidad de una de las ciudades más cuidado ¿no cres?.

Al llegar a la estación del ferrocarril ya estaba mi padre esperando con un pequeño cartelon que decía.

-Bienvenida mi Herzstück (Corazón) Alles Gute zum Geburtstag (Feliz cumpleaños).

Era muy fácil de distinguir entre el resto de las personas su altura y cuerpo atletico sin mencionar su cabello rubio cenizo con algunas canas que lo hacía ver bastante atractivo a pesar de sus años, era el ideal modelo de buen Ario. Yo ignoraba esos terminos a mi corta e imprudente edad, solo corri a sus brazos para mostrarle el gran afecto y orgullo sincero que yo sentía por el.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al dar las gracias por que no sufrimos el accidente de ferrocarril del día anterior eso lo hiso abrazarme con unas fuerzas de las que no te puedes imaginar. Mi tía sonrío y le dijo.

- El llegar con bien se lo debemos a esta pequeña Ungeschickt.

Mi padre me dirigió una mirada y sutilmente mencionó.

- Debemos ir a casa tengo una sorpresa para tí.

El día era abrumador, hacía frío. caía una nieve tan blanca, y apenas se apreciaba el caminar de las personas por la calle sólo se distinguían sombras grisáceas y algunos nombres de tiendas, cervecerías y barberías, mi padre conducía un prototipo de auto llamado Volkswagen Escarabajo, con una forma muy singular como su nombre lo decía de escarabajo no era muy común en las calles de München ver el escarabajo rodante si no que sería hasta 1938 cuando este prototipo se lazaría para producción en serie bautizandolo como pretzel tomando el nombre de una de las típicas galletas alemanas.