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El presente resumen forma parte del proceso que se vivió en el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari para llegar a conseguir el Tratado de Libre Comercio que forma parte del libro de su autoría que lleva por nombre

Enviado por   •  28 de Junio de 2018  •  2.295 Palabras (10 Páginas)  •  660 Visitas

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En 1988 Querían tratar a los países como a empresas endeudadas y, para resolver el problema, proponían quedarse con todos los activos. , teníamos que preparar una estrategia de negociación sólida que incluyera un tratamiento político al más alto nivel. El acuerdo con el presidente Bush en Houston representó el origen de esta estrategia. SE instruyo al Secretario de Hacienda para que de inmediato inicie la negociación de la deuda externa bajo las siguientes premisas: deberá abatirse la transferencia neta de recursos al exterior para que la economía pueda crecer en forma sostenida, deberá reducirse el valor de la deuda, los recursos nuevos que requiere el crecimiento sostenido de México deberán estar asegurados, deberá disminuir, durante la administración de Carlos Salinas, el valor real de la deuda y ser cada vez menor su proporción respecto a lo que producimos los mexicanos. Se Integro un equipo de colaboradores de muy buen nivel y con mucha experiencia en las áreas de su responsabilidad. Incluía cinco ex gobernadores y varios funcionarios de larga trayectoria y sólida reputación.

En 1987 Miguel de la Madrid había introducido un fuerte paquete de ajuste económico para enfrentar la severa devaluación del peso ocurrida a finales de ese año, Mi gobierno decidió aprovechar ese eficaz mecanismo de concertación. Ese 12 de diciembre, por la mañana, había concluido nuestra negociación del Pacto.

Se consideró que antes de comenzar la negociación con los bancos, era necesaria una declaración política del más alto nivel por parte del gobierno norteamericano. Sabíamos que el secretario del Tesoro, Nicholas Brady, fijaría su posición sobre el tema de la deuda. Nuestros negociadores lograron influir en la posición del gobierno de Washington. El 10 de marzo, por primera vez, el gobierno norteamericano propuso que se redujera la deuda.

Para principios de abril se logró una declaración del Grupo de los 7 (G-7) integrado por los jefes de gobierno de los siete países más industrializados del mundo. Se manifestaron a favor de un acuerdo multianual sobre deuda.

Con el objeto de devolver la presión a la banca comercial y de abrir- nos el espacio suficiente para no vemos forzados a aceptar una oferta inadecuada, aceleramos el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El acuerdo con el FMI estableció un precedente positivo a nivel internacional Eso quería decir que el país entraba en una nueva etapa de posibilidades de recuperación económica.

El 19 de abril de 1989 iniciamos de manera formal la negociación con la banca comercial. El 17 de mayo Aspe anunció que el Banco Mundial había accedido a otorgarnos recursos por casi 2,000 millones de dólares; una parte de esa aportación se utilizaría para reducir la deuda. En mayo, los bancos nos hicieron una contrapropuesta. Consistía, básicamente, en ya no volvernos a prestar (es decir, en dejamos sin dinero fresco); debíamos entregar nuestros activos (los llamados swaps) a cambio de reducir la deuda. A fines de mayo logramos un acuerdo favorable con el llamado Club de París, organismo que agrupaba a los representantes financieros de los 16 países más industrializados del mundo, todos ellos acreedores nuestros. El 30 de mayo obtuvimos un apoyo que resultó fundamental: Japón, con gran solidaridad, ofreció recursos financieros para la constitución de garantías destinadas a respaldar las operaciones de reducción de deuda.

Otro factor que ayudó a influir en los bancos acreedores para llegar a una solución aceptable para México fue la disminución en aproximadamente 50% del saldo de la deuda que se mantenía con España 156 millones de dólares.

Dentro del gabinete nacional continuaba la propuesta de declarar una moratoria que obligara a los bancos a negociar. Ya nos habían hecho saber varios bancos que, si declarábamos la moratoria, las negociaciones se suspenderían y tardarían años en reiniciarse.

A principios de julio, el equipo negociador mexicano viajó a Nueva York. El día 3, en gabinete económico, tras hacer una evaluación de los avances se concluyó que nos acercábamos a la solución final. Sin embargo, después de una reunión de más de 20 horas las negociaciones se atoraron una vez más: los bancos de- mandaban que aceptáramos la aplicación generalizada de swap.

A mediados de julio de 1989, invitado por el presidente François Mitterrand, asistí en París a las celebraciones del 200 aniversario de la toma de la Bastilla. Le expuse el problema a la primera ministro Británica, Margaret Thatcher, durante una recepción en el Quai d’Orsay; después de escuchar mi planteamiento. La primera ministro mandó llamar a su Chancellor of the Exchequer, Nigel Lawson, y le dijo: «Comunícale a nuestros bancos comerciales que deseamos lograr un acuerdo satisfactorio con los mexicanos. Necesitamos apoyar su política económica, y sin reducción de la deuda no saldrán adelante.

El sábado 22 de Julio partió la delegación mexicana a Washington., D.C., con Pedro Aspe al frente, para sostener reuniones del más alto nivel con funcionarios del Tesoro, de la Reserva Federal y con los representantes de los bancos. Pedro Aspe, se comunicó a la Ciudad de México con el presidente Carlos Salinas, para informarle que finalmente el Acuerdo estaba hecho Habíamos logrado el arreglo con los más de 500 bancos comerciales.

Como resultado de la negociación, el saldo directo de la deuda externa se redujo en 7,171 millones de dólares, monto superior al contratado por México entre 1820 y 1970 Tal vez su impacto más positivo fue consecuencia del resultado mismo de la negociación, el cual generó en el país un notable clima de confianza.

Por esos mismos días de finales de febrero de 1990 ya se manifestaban algunas expresiones en distintos sectores de opinión que abrían un espacio para introducir el tema del TLC. Llamé el día siguiente al presidente Bush. Le comenté que una vez concluida la reducción de la deuda, era el momento de dar el paso hacia la negociación de un acuerdo comercial completo Se abrió así el proceso para negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En septiembre, Canadá decidió formalizar su propuesta de integrarse plenamente a la negociación del Tratado. El primer ministro Mulroney me envió una carta en la que manifestó su interés en participar en la 'búsqueda de un acuerdo comercial de alcance trilateral.. Con este intercambio de cartas dio inicio formal el procedimiento que habíamos propuesto casi ocho meses antes. Mientras tanto, los negociadores norteamericanos insistían en que era necesario preparar el ambiente en su Congreso, pues requerían de su autorización parar negociar de manera simultánea el

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