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Literatura Iberoamericana.

Enviado por   •  5 de Abril de 2018  •  10.151 Palabras (41 Páginas)  •  437 Visitas

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El otro gran campo de la producción literaria colonial fue el religioso. Numerosos misioneros y expediciones nacidas del fervor religioso se asentaron en las llamadas “Indias” durante esta época, y estas gentes acudían allí movidas por una motivación reformadora y evangelizadora que muy pronto les hizo poner por escrito sus sueños y deseos acerca del “Nuevo Mundo”. A veces, estos escritos mostraban un enorme talento literario, como en el caso de la religiosa mexicana “Sor Juana Inés de la Cruz” en el siglo XVII.

El desarrollo de las corrientes emancipadores durante el siglo XVIII fue el acicate que acabaría por cambiar el estilo literario de las colonias, hasta tal punto que los procesos de independencia marcan no sólo el final del colonialismo español en la zona, sino también el de la literatura colonial, que desde entonces busca subrayan las virtudes nacionales y se alía con los estilos literarios en boga en cada momento: romanticismo primero, realismo después y vanguardias más adelante.

Fray Bartolomé de las Casas (1484-1566, autor de “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”) Obras

- Historia de la destrucción de las Indias

- De único vocationis modo, conocida en español como Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión, 1537

- Brevísima relación de la destrucción de las Indias

- Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias

- Apologética historia sumaria

- De thesauris

- Treinta proposiciones muy jurídicas

Álvar Núñez Cabeza de Vaca (1507-1559)

Escribió relatos y narraciones sobre sus expediciones en su obra Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Adelantado Gobernador del Río de la Plata.

Bernal Díaz del Castillo (1492-1584)

Su gran obra titulada "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España" la comenzó a escribir con más de ochenta y cuatro años, teniendo un importantísimo valor ya que a través de ella podemos conocer múltiples acontecimientos que ocurrieron durante esa epopeya. Por esta obra desfilan personajes españoles e indígenas, y se describe a la perfección el ambiente que rodeaba a cada una de las acciones emprendidas, desde los primeros contactos con los nativos hasta las grandes expediciones por Centroamérica, pasando por las épicas batallas en Tabasco y México Tenochtitlan y el gran viaje de Cortés a las Hibueras.

Revisando su obra una y otra vez, la dio al fin por concluida en 1575. La obra incluye un vívido, épico y movido relato de los principales acontecimientos de la Conquista, desde su comienzo hasta la caída de Tenochtitlán, y otros aconteceres que a ella siguieron. Díaz del Castillo falleció en Guatemala en 1584. Sus restos se encuentran sepultados en las criptas principales de la Catedral (hoy en ruinas) de la Ciudad de Antigua Guatemala (originalmente Santiago de los Caballeros de Guatemala).

Díaz del Castillo advierte que no sabe latín ni fue a la universidad, pero eso no era impedimento, porque:

Lo que yo vi y me hallé en ello peleando, como buen testigo de vista yo lo escribiré, con la ayuda de Dios, muy llanamente, sin torcer ni una parte ni otra....

Su obra, en efecto, está constituida por su propia experiencia personal, con el propósito de reivindicar el papel que en la conquista tuvieron las personas que como él ayudaron a personajes de mayor nota a conquistar una celebridad derivada más que nada de historiadores afectos a protagonismos singulares, como Francisco López de Gómara, de forma que oscurecieron el papel fundamental que ejerció la masa sencilla de los soldados, sin cuya consulta y apoyo nada podría haberse hecho. Bernal, pues, reivindica el papel colectivo del pueblo castellano en la conquista:

Mi intento desde que comencé a hacer mi relación no fue sino para escribir nuestros heroicos hechos e hazañas de los que pasamos con Cortés, para que agora se vean y se descubran muy claramente quiénes fueron los valerosos capitanes y fuertes soldados que ganamos esta parte del Nuevo Mundo y no se refiera la honra de todos a un solo capitán; porque no hay memoria de ninguno de nosotros en los libros y memorias que están escritos, y sólo el marqués Cortés dicen en esos libros que es el que lo descubrió y lo conquistó, y los capitanes y soldados que lo ganamos quedamos en blanco, sin haber memoria de nuestra personas y conquistas, que por sublimar a un solo capitán quieren deshacer a muchos.

La Historia verdadera está escrita con una gran vivacidad y llaneza, y un gran aliento épico, de lo cual nace su mérito literario. El mismo lo indica:

Según nuestro hablar de Castilla la Vieja, y que en estos tiempos se tiene por más agradable, porque no van razones hermoseadas ni policía dorada, que suelen poner los que han escrito, sino todo a las buenas llanas, y que debajo de esta verdad se encierra todo bien hablar. (CCXII, p. 303)

En el transcurso de sus narraciones indica qué sucesos presenció, cuáles le contaron sus compañeros y cuáles conoció por papeles o escritos de otros. El motivo que le incitó a escribir fueron las inexactitudes de López de Gómara y su crónica, y reivindicar la conquista de México como empresa colectiva, donde tanto protagonismo como el que se imputó a Cortés debería haber correspondido también a sus hombres y principales capitanes; sus contemporáneos (Antonio de Solís, por ejemplo) entendieron, sin embargo, que lo que le movió fue una cierta envidia a Cortés. La Historia verdadera fue vertida al francés por el poeta parnasiano francés de origen dominicano José María de Heredia en tres volúmenes (1877-1878).

Inca Garcilaso de la Vega

Obras

Siguiendo las corrientes humanistas europeas en boga en su tiempo, Garcilaso, el Inca, inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano, y en especial en el del Virreinato Perú.

Considerado como el padre de las letras del continente, en 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en La Florida del Inca. La obra contiene la crónica de la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo

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