Los seres vivosю a homeostasis a nivel celular Membrana Celular Lípidos, Proteínas, Transporte activo, Transporte pasivo, Balsas lipídicas

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crecimiento del microorganismo, se detecta el metabolito de interés en el medio del cultivo, el cual debe ser separado y purificado, para su posterior conservación, distribución y aplicación en las personas que presentan infecciones (Ticó Grau, 1987).

El elemento central del proceso descrito anteriormente es el biorreactor donde el microorganismo lleva a cabo sus procesos celulares y la síntesis del antibiótico. Las condiciones de operación deben ser optimizadas y controladas en su totalidad, por lo que el uso de tanque agitados mucho más automatizados permiten un mejor control de las variables, así como el ahorro de energía y materiales como el agua en el reciclo de intercambiadores y condensadores. Existen variables de especial control, como la oxigenación del medio y la formación de espuma, de las cuales depende en gran medida el éxito del proceso. La mejora de estas condiciones desde la investigación y la Ingeniería, facilita el aumento en los rendimientos observados y por ende la disminución de costos globales (Merchuk & Gluz, 2000; Sánchez Henao, 2013).

Los microorganismos empleados para la producción de antibióticos, dentro de los que destaca el género Streptomyces, deben ser sometidos a condiciones apropiadas, que permitan la mayor síntesis posible del antimicrobiano. Desde la investigación, la optimización de condiciones como temperatura, pH, agitación y medios de cultivo, deben ser identificadas y cuidadosamente reevaluadas. De igual manera, el mejoramiento de la capacidad de síntesis de antibióticos por parte de los microorganismos también puede ser logrado empleando técnicas desarrolladas en los últimos años, como es el caso de la ingeniería genética, la cual permite potenciar la habilidad de sintetizar el metabolito secundario o antimicrobiano (Saudagar, Survase, & Singhal, 2008).

Tradicionalmente, las industrias productoras de antibióticos, y en general todas las industrias del mundo, no se han preocupado por las consecuencias que se pueden generar al medio ambiente a causa de los procesos productivos. No obstante, en décadas recientes han tomado fuerza programas estructurados que permiten a las industrias y empresas implementar sus procesos generando un equilibrio con el medio ambiente, y disminuyendo los impactos negativos sobre éste. Estos programas de “producción más limpia” son muy bien recibidos por parte de las comunidades, y en la actualidad muchas empresas los utilizan como programas “bandera” para mejorar su imagen ante el público en general. En el caso de las empresas productoras de antibióticos, y desde los centros de investigación, la implementación de estos programas, aparte de mejorar su imagen y aceptación, puede contribuir a solucionar problemáticas ambientales y desarrollar procesos de reciclaje que aportarían a la disminución de costos globales (ONUDI, 2010).

Teniendo en cuenta la búsqueda de la disminución de costos de los procesos productivos y la situación anteriormente descrita, en los últimos años ha tomado fuerza el uso de residuos agroindustriales como sustratos para las fermentaciones en las que algunos microorganismos sintetizan antibióticos. Esta alternativa es muy llamativa desde un punto de vista económico, ya que, se pueden reutilizar subproductos de algunas agroindustrias, los cuales tienen un costo considerablemente bajo, en lugar de tradicionales medios de cultivos que pueden ser muy costosos y representar una gran parte de los costos de producción. Así como el uso de desechos agroindustriales, la inversión en equipos que empleen menos cantidad de energía o tengan la capacidad de reutilizar materia, como lo es el caso de intercambiadores, calderas o destiladores que reciclen el agua implementada en los procesos, podrían contribuir a reducir las pérdidas por desperdicios y la cantidad de material de desecho que se vierten en los afluentes (Efthimiou, Thumser, & Avignone-Rossa, 2008; Gouveia, Baptista-Neto, Azevedo, Badino-jr, & Hokka, 1999; Jahromi et al., 2012).

Continuando con la búsqueda de la disminución de costos globales de los procesos de obtención, una etapa importante está relacionada con la extracción y purificación del metabolito de interés. Esta etapa puede presentar rendimientos bajos, ya que, en algunos casos la cantidad de antimicrobiano recuperada es baja y se emplea una cantidad alta de materia, representada en los solventes usados en algunas técnicas de extracción, o energía, cuando se emplean procesos físicos de separación en el proceso; mientras que en otros casos se logran buenos rendimientos, aunque utilizando múltiples etapas de separación y purificación, encareciendo el proceso global de obtención. La investigación en la mejora de los rendimientos de extracción debe ser exhaustiva, ya que, al aumentar estos rendimientos directamente se disminuirían costos de producción.

Por otro lado, la producción de nuevos antibióticos para combatir el creciente número de infecciones por bacterias multirresistentes a los antibióticos es uno de los retos más grandes a los que se enfrentan las industrias y los centros de investigación. Lo anterior se debe principalmente al fallido uso de los antibióticos frente a las infecciones a lo largo de décadas, por lo que son necesarios nuevos antimicrobianos, así como la potenciación de agentes o moléculas que ayudan a combatir la resistencia que han desarrollado estos microorganismos a los antibióticos, dentro de los que se destaca el ácido clavulánico (Martínez & Sánchez, 2007).

De igual manera, y ligado con lo anterior, los métodos de diagnostico avanzados no se encuentran lo suficientemente distribuidos en muchos lugares del planeta, por lo que la selección del antibiótico más adecuado para tratar una infección, está sesgada al criterio del profesional, el cual en la mayoría de casos cuenta solo con la poca información que logra obtener a partir de exámenes rutinarios y desactualizados. La investigación en este ámbito debe centrarse en el diseño y desarrollo de pruebas de diagnóstico rápidas y económicas que le brinden al profesional herramientas para una buena selección de la terapia frente a una infección (Sánchez De Rivas, 2006).

Teniendo en cuenta las situaciones anteriormente planteadas, se debe establecer que el fin último de las ciencias de la salud y de una gran parte de la investigación es la mejora en la calidad de vida de las personas, por lo que la implementación de estrategias de mejoramiento en la producción de antibióticos deben tener como objetivo principal la disminución del costo en todos los ámbitos para el consumidor último o paciente, sin olvidar el aporte continuo al avance y desarrollo de la ciencia.