Los valores y el adoctrinamiento.
Enviado por tolero • 25 de Enero de 2018 • 1.182 Palabras (5 Páginas) • 286 Visitas
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Imponer un pensamiento o idea como verdad indiscutible es un proceso contrario al valor universal de la libertad, si no se aceptan que se discutan las ideas, si se castiga a quien piensa diferente, si se promueve la asimilación de conocimiento sin un proceso de reflexión y obligamos a pensar tal como lo transmitimos se corre el riesgo de caer en adoctrinamiento al estar formando seres obedientes, con el fin último de producir y disciplinados, pero carentes de pensamientos propios, fácilmente manipulables, individuos orientados exclusivamente a la produccion.
Gramsci, citado por Manacorda (1981), opinaba que el principio de la educación es “la unidad entre instrucción y trabajo, entre adquisición de capacidad de dirigir y adquisición de capacidad de producir” (p. 123), la perspectiva de que la educación es solo un mecanismo de formación de seres para la producción de bienes y servicios es un hecho irrefutable mas no moralmente correcto puesto que el proceso educativo debe ir más allá buscando que los individuos reflexionen sobre el cuerpo de conocimiento que se les brinda.
En este punto es necesaria realizar otra consideración: la reflexión es necesaria en el proceso constructivo del aprendizaje de valores; creer que los conocimientos bastaran para la formación integral de un individuo es un error que el sistema educativo mexicano ha permitido a través de la saturación de contenidos científicos y el detrimento de contenidos actitudinales. Sociológicamente se asegura que la mejor forma de interiorizar algo es pasar por experiencia directa, pero también es un hecho que no se puede vivenciar todo Y es ahí donde los “intelectuales” de un sistema podrían incidir para intentar formar individuos críticos, reflexivos y éticos asegurando de esta manera un sociedad justa.
Sin embargo debe mencionarse que hablar de valores es abordar un tema con muchos matices, es decir, a pesar de que son compartidos por el esquema ideológico de diversas sociedades no existe un consenso sobre ellos. Por ejemplo: lo que para algunos respetar significa no dañar físicamente, para otros incluye no dañar afectivamente, y viceversa; lo que para algunos merece una recompensa, para otros sólo es el deber cumplido; en una empresa se habla del trabajo en equipo, pero se premia la competitividad; etc.
Estas dinámicas no escapan al acto educativo y debe hacernos reflexionar sobre la función de la inculcación valoral en la escuela: o creemos en la construcción de los valores de acuerdo contexto en el que se fomentan o asumimos que hay una moral universal; o presentamos a los niños y adolescentes los medios para que descubran y construyan valores útiles que les aseguren la capacidad para incidir en su realidad de manera positiva o les imponemos constantemente un modelo normativo que a los docentes también nos instruyen a considerar como lo correcto y con los que, muchas veces, no estamos de acuerdo.
Existe un punto que no puede ser excluido de este ensayo, es necesario considerar que estamos inmersos en una sistema que impone “arbitrariedades culturales” y cualquier ideología que atenta contra la estabilidad de ese sistema es inmediatamente reprimida y los educadores somos unos de los principales encargados de llevar a cabo esta tarea o de lo contrario se corre el riesgo de ser excluidos del sistema educativo, así pues, queda claro que es más riesgoso educar que adoctrinar, tanto para el educador como para educando dado que puede haber consecuencias negativas de no alinearse al sistema rector y su esquema ideológico.
En esta dinámica, los educadores entramos a un debate de índole moral por un lado laboralmente se tiene que cumplir con los requerimientos impuestos por el sistema, con el entendido de que hay consecuencias de no hacerlo, y por otro tenemos la responsabilidad ética de formar mujeres y hombre reflexivos que sean capaces de cambiar positivamente su entorno aunque eso vaya en contra de las normas
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