METAFÍSICA Normalmente la metafísica se define como lo que está más allá de lo físico
Enviado por tomas • 26 de Diciembre de 2018 • 4.275 Palabras (18 Páginas) • 287 Visitas
...
La angustia es el sentimiento de inseguridad que produce el no saber si se está realizando lo debido o no, si la decisión que se está tomando es la correcta, si es buena o mala, si solo favorece al sujeto y no la comunidad. Sin embargo, aunque algunos oculten su angustia e intenten evadir la responsabilidad de tomar decisiones, está siempre va a estar presente, pues en cualquier caso se va a tener que tomar una; a pesar de que el hombre sienta angustia, la decisión es una condición ubicua de la existencia.
Todo ocurre como si, para todo hombre, toda la humanidad tuviera los ojos fijos en lo que hace y se ajustara a lo que hace. Y cada hombre debe decirse: ¿soy yo quien tiene derecho de obrar de tal manera que la humanidad se ajuste a mis actos? (…) No es una cortina que nos separa de la acción, sino que forma parte de la acción misma. Y cuando se habla de desamparo, expresión cara a Heidegger, queremos decir solamente que Dios no existe, y que de esto hay que sacar las últimas consecuencias. (Sartre, 1973, p.4)
Ahora bien, laexistencia de Dios implicaría cierto orden en el mundo, por ejemplo, una moral establecida, valores, un mundo vigilado, entre otras cosas. Pero si Dios no existiera, tampoco dicho orden. Es esta postura sostenida por Sartre que plantea que si Dios no existe, el hombre está en constante desconsuelo, abandonado en el mundo, en su interior no existe ninguna posibilidad de aferrarse: “Dios no existe, no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. (…) Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre “está condenado a ser libre” (Sartre, 1973, p. 4). El hombre está condenado a ser libre porque es arrojado de la nada al mundo sin haber sido creado, y una vez en el mundo es responsable de sí mismo. Todo lo que venga al hombre, sentimientos, o pensamientos, se verá reflejado en sus decisiones, como la pasión o el deseo. En consecuencia, será responsable de sus actos sin excusas, por esto está obligado a inventarse, a inventar al hombre, en constante desamparo.
Este desamparo se presenta en el sentido en el que se encuentra en el mundo a merced de dos morales diferentes, una inmediata pero personal y otra más amplia, colectiva, pero de eficacia dudosa. Al respecto, conviene revisar el caso que expone Sartre en el texto: uno de sus estudiantes se encuentra “entre la espada y la pared” su hermano había muerto en guerra, y él quería unirse a las fuerzas militares paravengarlo. Por otro lado, su madre recién separada, aun llorando la muerte de su hijo se quedaría sola. Si llegase a tomar la primera decisión aunque pueda vengar a su hermano, también puede que muera o que no lo manden a la guerra. Entonces, ¿Qué elegir?, es aquí donde viene en juego el desamparo; ¿en qué doctrina, religión, creencia, o filosofía confiar? Sartre sugiere que en ninguna. “Si los valores son vagos, y si son siempre demasiado vastos para el caso preciso y concreto que consideramos, sólo nos queda fiarnos de nuestros instintos” (Sartre, 1973, p.6). Recurrir al instinto, a los sentimientos, qué cree que es lo que debe hacer y es lo mejor, medir en una balanza cuál es el caso más importante (quedarse con su madre o vengar a su hermano), qué sentimiento lo impulsa más, el amor o la venganza, ¿Quién le dirá si su decisión es la correcta? Pero, además ¿cómo confiarse en los sentimientos si estos se constituyen en actos? No puede saber por ejemplo qué sentirá en la guerra si antes no ha ido a una. Es como confiar en un consejo recibido de su profesor, si el joven lo eligió como consejero, en el fondo ya sabía cuál iba a ser su respuesta: “usted es libre, elija, es decir, invente“(Sartre, 1973, p.7). De esta suerte, el desamparo nos lleva a que nosotros mismos elijamos lo que seremos.
La duda surge en la pregunta por la decisión que se va a tomar, sea esta la correcta o no, eso no se sabe antes de tomarla, no se sabe por nuestros sentimientos ni por ninguna moral impuesta. Depende de la voluntad propia y de lo que esté en cada sujeto, siempre pensando en el bien colectivo, y anteponiendo el bien de los demás, considerando que es necesario pensar antes en el otro, en su libertad y bienestar. No obstante, también puede pasar que una persona tome decisiones voluntariamente sin pensar en el otro, pues aunque sea así está en la libertad de hacerlo: “Si hemos definido la situación del hombre como una elección libre, sin excusas y sin ayuda, todo hombre que se refugia detrás de la excusa de sus pasiones, todo hombre que inventa un determinismo, es un hombre de mala fe” (Sartre, 1973, p.12). Sin embargo, si una persona toma malas decisiones no importa, ya que es una decisión que tomó en su libertad, y por ello la mala fe en este caso se le atribuye a las personas que huyen de su compromiso, así se les llamará cobardes.
El existencialismo define al hombre por la acción, un ser comprometido totalmente una vez exista, el destino depende de sí mismo. La única cosa que permite vivir al hombre es el acto, por esto tiene que vérsela con una moral de acción y compromiso. “Lo que dice el existencialista es que el cobarde se hace cobarde, el héroe se hace héroe; hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser más cobarde y para el héroe de dejar de ser héroe” (Sartre, 1973, p. 9). Se capta al sí mismo frente al otro, y el otro estan cierto como la propia existencia. En este punto Sartre adopta el “lema” de Descartes- pienso, luego soy- en la medida que pienso y reconozco que existo, reconozco a la vez que el otro también existe, que son algo y no nada: “Para obtener una verdad cualquiera sobre mí, es necesario que pase por otro. El otro es indispensable a mi existencia tanto como el conocimiento que tengo de mí mismo” (Sartre, 1973. p.10). De esta manera, se encuentra en el mundo de la intersubjetividad, en donde el hombre decide lo que es y lo que son los otros.
Aunque, un hombre pueda nacer esclavo en medio de paganismo, feudalismo o ser proletario, esto no tiene nada que ver con su necesidad de estar en el mundo, con las decisiones que tome, porque es libre de tomar la que quiera. A su vez al elegir, el hombre construye la universalidad, lo que hace de sus proyectos humanos comprensibles para el otro: el alemán, el hindú o el canadiense, esa universalidad se va construyendo al comprender el proyecto de cualquier otra persona, sea de la época que sea, o en la condición que sea, entendiendo su diferencia con el otro. “En este sentido podemos decir que hay una universalidad del hombre; pero no está dada, está perpetuamente construida”.
Sartre sostiene que el existencialismo no tomará nunca como fin al hombre, porque este siempre está realizándose. Por tanto, no se debe creer que haya
...