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MODALIDAD A DISTANCIA “METODOLOGIA DEL ACCESO AL CONOCIMIENTO II”

Enviado por   •  28 de Febrero de 2018  •  1.908 Palabras (8 Páginas)  •  538 Visitas

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En estos tiempos, en cualquier lugar del mundo, los grupos de seres humanos buscan un “conductor” que los represente y les muestre el camino. Esos individuos especiales siempre han existido pero hoy se destacan muy notablemente. Y las buenas personas siempre podrán diferenciarse de las malas cuando quienes los rodean los observan con suficiente atención.

TRABAJO PRACTICO N° 10

EL PODER DE LA TECTNOLOGIA

Hábeas Data = Tus datos son públicos

El avance tecnológico no se detiene. La electrónica permite hoy que la información acerca de cada persona pueda registrarse, modificarse, almacenarse y eliminarse desde cualquier base de datos suficientemente poderosa.

En 1948 el escritor George Orwell escribió una novela a la que tituló “1984” invirtiendo los dos últimos números de ese año. Supuso, con cierto fundamento, que la situación insólita en su época en la que “el Gran Hermano” (el gobierno) vigilaba en forma muy cercana cada ciudadano se iba para esos tiempos futuros en convertir en real.

Y estuvo bastante acertado pues al menos por ese año ya las computadoras electrónicas comenzaban su reinado.

Hoy todos o casi todo estamos dentro de la información de una o más “bases de datos” y esa “data” personal es un capital valioso para la sociedad organizada y para otros que la encuentran productiva para sus negocios e intereses.

Intentando normalizar esta situación aparece en algunos países como el nuestro una nueva ley llamada “de Hábeas Data” que se basa en un derecho, en un ejercicio de una acción constitucional o legal, que tiene cualquier persona que figura en un registro o banco de datos, de acceder a tal registro para conocer qué información existe sobre su persona, y de solicitar la corrección de esa información si le causara algún perjuicio.

Esa ley es acompañada por organismos de control que tienen por misión supervisar el tratamiento de datos personales por parte de empresas e instituciones públicas.

Con indicaciones expresas o con excusas, cada día con más frecuencia y profundidad tus datos se incorporan a las bases de datos de distintos lugares del país y del mundo para que sea posible conocerte, controlarte, ayudarte, ofrecerte o estafarte.

Hoy la información es más valiosa que el petróleo porque con buenos datos pueden obtenerse mayores beneficios que en un proceso extractivo. Por eso todo lo vinculado con la informática tiene un muy elevado valor de mercado. Pero ¿qué será de tu intimidad en el futuro? Porque con la incorporación además de las llamada “redes sociales” es imposible que no te conviertas, si a alguien le interesa, en una persona pública de la que se puede saber todo o casi todo.

Es que hoy te has convertido para muchos en el mundo un consumidor de productos, de políticas, de ideas religiosas, de todo lo que puedas consumir y para lo que a otro le interese captarte.

¿Es evitable? No lo es. Si hablas porque hablas, si callas porque callas, tu lugar en una base de datos está asegurada y crecerá lo necesario y suficiente para que pueda violarse aún con cierta facilidad esa ley de “Hábeas data” que te da el marco legal para que tu información sea solamente tuya. Porque comparando con el viejo refrán “hecha la ley, hecha la trampa”, hoy podemos decir “hecha la ley, todavía no hecha la jurisprudencia necesaria”, y eso nos pone una vez más en situación de debilidad en muchos casos.

TRABAJO PRACTICO N° 11

EL CAMBIANTE ROSTRO DE LA ANTÁRTIDA

El paisaje antártico se está transformando una vez más. La gruesa capa de hielo que rodea el Polo Sur está siendo modificada por los factores naturales pero también por la acción nefasta del ser humano.

El periodista Luis Aubele entrevistó a Andrea Juan, experta en fotografía y video, durante una exposición que realizó sobre el tema en el Malva. Allí ella pudo expresar algunas de sus preocupaciones actuales acerca del deterioro y la contaminación que sufre ese “Continente Blanco”.

Los glaciares del Sur son también, como el resto del planeta, víctimas de una tragedia ambiental, aunque se produzca en este caso como si se viese en cámara lenta.

En los últimos 15 años, sectores de la Antártida Argentina han cambiado su hielo por barro, agua y nieve. Si comparamos la realidad actual con un mapa escolar de hace algún tiempo, las modificaciones serán apreciables. Y no se trata de modificaciones positivas sino todo lo contrario.

El océano se calienta y derrite el hielo. Así de simple. Pero la causa mediata es por qué se produce ese calentamiento. Así llegaremos fácilmente a la responsabilidad humana.

Andrea realizó una experiencia artística para mostrar algo de esa situación. En la base científica Esperanza viven familias completas y pudo mostrarles un audiovisual en el que se veía una plantación pampeana de girasoles que brindaban unas imágenes de paz y esplendor pero que de pronto se incendiaban para dejar espacio a la nada. Y esa gente que disfrutaba de la ficción de correr sobre el hielo entre las enormes flores se enfrentó con la realidad del desierto de hielo.

La Antártida constituye una enorme porción del planeta que habitamos. Un planeta que los seres humanos habitamos desde hace miles de años pero que progresivamente hemos comenzado a hacer víctima de nuestra actividad. Y por el enriquecimiento de unos pocos, los más permitimos la devastación del que es nuestro único hogar.

Porque allá tan lejos como la Antártida o aquí tan cerca como cualquier corriente de agua, porción de suelo o espacio de aire que nos contiene, el planeta va dejando de ser una porción segura para nuestra vida en el Universo.

Algo más de siete mil millones de personas somos, directa o indirectamente, por acción o por omisión, responsables de una gran parte de la lenta pero continua destrucción de la Tierra.

¿Podremos actuar lo suficientemente bien y rápido como para detener ese daño suicida? Los científicos dicen que todavía estamos a tiempo pero que ese tiempo se acorta sin pausa. Ese bien que es de nuestros hijos y que nosotros solamente deberíamos cuidar está siendo una herencia que no cesamos de dilapidar

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