Mitología Clásica y Cultura Europea
Enviado por Sara • 25 de Enero de 2018 • 10.213 Palabras (41 Páginas) • 366 Visitas
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La significación de un personaje mítico está fijada por referencia al conjunto de relatos que constituyen la mitología. Cada uno es como una pieza del tablero y su actuación depende de esa posición y ese valor asignado en el juego mitológico. La significación de la diosa Afrodita está marcada no sólo por una significación abstracta como diosa del amor y del deseo sexual, sino también por su contraste con la posición de otras diosas (Hera, Atenea, Ártemis, etc.) y otros dioses dentro del sistema politeísta.
Hesíodo parte de las divinidades primigenias del universo para concluir en los epígonos divinos, los héroes y heroinas.
Apolodoro, en el siglo II de nuestra era, recopiló los mitos griegos en un par de libros y un apéndice, recogiendo cuantas noticias le llegaron de la larga literatura griega. El título de su obra Biblioteca alude a la tradición milenaria que para Apolodoro ya no era una tradición viva ni oral sino una inmensa bibliografía, de la que él extraía y resumía los mitos. Es un anticuario amante de las anécdotas y los ecos literarios, un erudito tardío, un lector de los clásicos, como nosotros.
Una explicación de lo que los mitos significan, una hermenéutica científica. En Platón, concretamente en el Protágoras, encontramos la oposición entre mythos y lógos. La primera es una mera narración, no aporta pruebas, se declara libre de todo compromiso. La segunda consiste esencialmente en argumentar y probar.
El estudio de los mitos se constituye en una ciencia de su interpretación, una ciencia hermenéutica un tanto insegura y variable según los tiempos.
CÓMO FUE EN GRECIA
Es la comunidad del pueblo quien guarda y alberga en su memoria esos relatos. Los mitos circulan por doquier. Las instituciones se apoyan en los mitos; se recurre a ellos para tomar decisiones; se interpretan los hechos de acuerdo con ellos; los más viejos se lo cuentan a los más jóvenes y éstos se inician en los saberes tradicionales de su pueblo mediante los grandes relatos de los dioses y los héroes fundadores. Las nodrizas se lo cuentan a los niños. Los abuelos y las abuelas se lo cuentan a sus nietos y en las fiestas comunitarias se reitera, a través de rituales miméticos y narraciones escogidas, las palabras de los mitos.
Los sabios de la tribu, los más versados en el arte de narrar, los profesionales de la memoria y de la escritura, son quienes están designados para esa ardua labor.
Los mitos incorporan una ancestral experiencia y una explicación simbólica de los fundamentos de la vida social. De ahí que su conservación y transmisión sea una tarea generalmente respetable y estimada. Esta transmisión tiene mucho que ver con la educación, pero también con la religión y el culto. Muchas veces son los sacerdotes quienes velan por la transmisión de ese acervo de doctrinas. Otras veces son los profetas y vates; los profesionales de la memoria y del canto (aedos). Los aedos y rapsodas, y los poeta en general asumen esa función en Grecia.
La trasmisión del saber mitológico corrió a cargo desde la épica en los poetas, quienes de manera oral trasmitieron ese sagrado repertorio. Homero y Hesíodo son los primeros en una larga serie de bardos que componen formulariamente, que solicitan a la Musa la conexión con ese saber memorizado, para que se lo trasmitan al poeta. Las musas son hijas de Mnemosyne y de Zeus, es decir, de la Memoria y de Zeus. El poeta no inventa sino que repite temas y evoca figuras divinas y heroicas de todos conocidas.
Homero, Ilíada 1.1 “Canta oh diosa, la cólera funesta de Aquiles,…”
Hesíodo, Teogonía, Trabajos y Días, nos cuenta cómo las musas se le aparecieron en el monte Helicón para confiarle la misión de transmitir el ordenado mensaje mítico.
Los mitos reflejan siempre la sociedad que los creó y los mantiene. Los mitos se van alterando en los sucesivos recuentos. Tres factores determinantes en la evolución del mito:
1.- Los poetas guardianes de los mitos. Inusitada libertad de la poesía.
2.- La aparición de la escritura alfabética supuso una revolución en la cultura griega. La mitología queda unida a la literatura y expuesta a la crítica y a la ironía.
3.- La aparición de la filosofía y el racionalismo en la Jonia del siglo VI a.C.
La aparición de la escritura fue decisivo, ya que no se trataba de un sistema gráfico complicado como el que había existido en el mundo micénico y minoico unos siglos antes, fundado en un silabario de uso restringido y que se perdió fácilmente.
La escritura no sólo es el fin de la palabra viva como base del recuerdo, sino el comienzo de la crítica y de la disolución de lo mítico. Hasta que la civilización de la escritura acaba imponiéndose como medio cultural transcurren unos siglos. No será hasta finales del siglo V a.C., cuando la mentalidad griega abandone la cultura de la oralidad.
La poesía adquiere una renovada libertad y un anhelo de originalidad que no es incompatible con su afán de transmitir el repertorio mítico. Ej.: el poeta lírico Estesícoro pudo inventarse una nueva versión del rapto de Helena porque ya la versión tradicional, cantada por otros, podía admitir la competencia con otras en una poesía que se escribe. El poeta no es sólo un recordador, sino un creador; más que un cantor, aoidós es un poeta, poietés, y la inspiración es mucho más que memoria.
MITOLOGÍAY LITERATURA
Los hacedores de mitos, los mythopoioi, nos caen muy lejanos (frente a la proximidad del antropólogo que viaja a la región de un pueblo primitivo y trabaja los mitos sobre el terreno) y tenemos que contentarnos con los que nos han legado. Junto a los grandes textos de Homero y Hesíodo, tenemos muchos otros que nos hablan de los mitos –toda la literatura clásica habla incesantemente de ellos-, pero muchas veces con alusiones y con fragmentos de un discurso ininterrumpido.
La visión de los mitos se completa con las imágenes de la arqueología, los testimonios plásticos del arte antiguo.
En el marco de la civilización de la escritura, el repertorio mítico de los griegos se nos presenta con una singular aureola de libertad y de ironía. La literatura selecciona entre las variantes míticas, prefiriendo las variantes atenienses y censurando y modificando algunos mitos por cuestiones de moralidad. Los autores trágicos prefieren versiones atenienses
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