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Muchas de las agresiones que surgieron en el siglo XX tuvieron como observador pasivo al automóvil. Fue el personaje principal de algunos sucesos que cambiaron el desarrollo del acontecimiento más reciente.

Enviado por   •  12 de Enero de 2018  •  1.129 Palabras (5 Páginas)  •  551 Visitas

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Grado: 6to.

Querida hija, yo, tu madre, que con todo el amor te esperé y con todo el sudor de mi frente te hice crecer sana y pura hasta hoy que te has convertido en una dama, me quedo con una gran preocupación por tu porvenir, la situación está cada vez más difícil en estos días, y los jóvenes suelen ser más tercos que nunca, por eso quiero advertirte de algunas cosas que te hagan reflexionar y mejorar cada una de las decisiones que deberás tomar a lo largo de tu vida, soy vieja, y no voy a estar contigo toda tu existencia aunque así lo quisiera, sigue estos consejos hija mía, de algo te servirán.

Quiero recomendarte que sigas tus convicciones, porque son ellas las que te guiaran en la vida, no importa los obstáculos que tengas que saltar, después de ellos siempre será más satisfactorio tu éxito. Eres una triunfadora y tienes todo para lograr lo que te propongas, tengo las mejores expectativas de ti hija, y sé con certeza que superaras cada una de ellas.

Así como colmaras mi alma de orgullo al concluir tus estudios, también quiero que de ti surja una mujer admirable y honorable, no solamente en cuanto a su inteligencia, sino en sus principios morales y éticos. No está de más decirte que el ayudar al prójimo siempre traerá bonanza, pero no por esto debes hacerlo con interés, hija mía el altruismo debe salir de tu corazón, de ese magnífico ser en el que día a día te estás convirtiendo.

Es más que seguro el que algún día llegues a formar una familia, lo cual es un paso muy importante y trascendente dentro nuestro caminar, se que te parece un poco apresurado el que te hable de esto, pero veme a mí, redactando algo dirigido al mayor obsequio que me pudo dar la vida, pareciendo que fue ayer cuando eran mi pies indecisos los que caminaban por la vida, y mi mirada inocente la que confiaba en cualquier ser.

Dicen que es el amor el que guía nuestra vida, pero debes saber algo hija, no todo lo que parece amor lo es realmente, debes mantener los ojos atentos y el corazón abierto, para poder recibir ese amor que mereces y no ese amor que crees merecer.

En cuanto a los frutos que algún día tú vientre proveerá, no los descuides, vela por su bienestar, guíalos por un buen camino, crea un lazo de confianza sin perder el respeto, recuerda que serás su madre más no su amiga, y no me refiero a que debas ser severa con ellos, finalmente la palabra madre va más allá de una amiga, nosotras daríamos la vida por su dicha, quizá ahora no tengas una idea de lo gratificante que es esto pero ya lo entenderás hija mía, ya lo entenderás.

Quiero darte un último consejo, cuando llegue el momento y te falte en vida, no te quiero acongojada, afligida y sin consuelo, porque tus lagrimas no regresaran mi cuerpo, y la mejor primicia es que mi alma al derrumbar la barrera física que compone mi cuerpo, es cuando ella te acompañara a cada sitio y cuidara de tu andar, porque nunca estarás sola, tal vez no seré tangible para tus manos pero tu esencia, tu ser, tu alma, siempre me sentirán, ahí, contigo, escuchando cada una de tus palabras e intentando darte consuelo cuando lo necesites, jamás pienses en ningún momento que te he desamparado, yo estaré ahí cuando todos se vayan, siempre me tendrás a mí.

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