NOVEDADES DE LA ORTOGRAFÍA.
Enviado por monto2435 • 15 de Febrero de 2018 • 4.090 Palabras (17 Páginas) • 324 Visitas
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10.- Resulta una obviedad, pero un adicto no llega a serlo sin una primera experiencia. Esta llega, de media, a los 20 años, según el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), aunque en lugares como Proyecto Hombre la media de inicio está en casi 16 años. La primera raya determina mucho su consumo posterior, según Carlos Dulanto, médico especialista en adicciones desde hace tres décadas. Cuando empezó, apenas había cocainómanos en su consulta, en el centro de Madrid. Hoy son el 80%, un tercio de ellos, mujeres. "La droga gusta en función de lo que te solucione. Una persona tímida que a los 15 años se da cuenta de que con dos cervezas en una discoteca es el rey del mambo y se las liga a todas... ya es un candidato a la adicción".
11.- Con la cocaína, también: "El día que un adolescente ve que con la coca le baja el cebollón, está espídico y junta los efectos desinhibidores del alcohol con la euforia de la cocaína, a partir de ahí dice 'esto es Hollywood".
12.- Las campañas de prevención no funcionan, opina Dulanto. "Nadie escarmienta en cabeza ajena", afirma un cocainómano que lleva tres años alejado del consumo y que tuvo a su mujer de cabeza durante 14. Aunque no todos los que prueban la coca caen en ella para siempre, sí todos los que se inician aceptan la ruleta rusa, donde prima el aquí y ahora, y donde el "a mí no me va a pasar nada" o "sólo se enganchan los tontos" son las justicaciones más recurrentes, explica Dulanto.
13.- A mí la fiesta me duró dos años. Poco a poco me fui quedando solo. Salía del trabajo y me iba a pillar
14.- Con la llegada del verano, dice Eusebio Megías, de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), surge una nueva excusa: "Es un momento de iniciación en las drogas, momento en el que se potencia un paréntesis de responsabilidad". No se sabe cuántos españoles empezaron en la estación estival, pero sí que un 8% de la población ha probado alguna vez la sustancia, el doble que hace una década. Un 3% la ha utilizado en el último año, y un 1,6%, en el último mes.
15.- El consumo de cocaína va ligado, prácticamente siempre, al de alcohol. En realidad, "un cocainómano puro no existe", asegura Dulanto. En el caso de los adolescentes, a menudo más temerosos a la exclusión del grupo de amigos que a las consecuencias de las drogas, hay datos preocupantes. Si en 1994, uno de cada cinco se había emborrachado en el último mes, hoy día ya son la mitad de los chavales de entre 14 y 18 añoslos que abusan del alcohol al menos una vez cada 30 días, según el PNSD. Además, uno de cada cinco no ve peligroso el uso esporádico de cocaína.
16.- "Con la bebida no es que tenga un problema en sí. A mí lo que me pide el cuerpo es cocaína. Pero no puedo probar el alcohol. Sería una recaída segura en la coca", reconoce Jesús. Se metió su primera raya a los 17, en su estreno en una discoteca. Le gustó la experiencia, pero tardó un año en esnifar la segunda. Sin embargo, la tercera y la cuarta fiesta llegaron enseguida y empezó a encadenar fines de semana. Recuerda habérselo pasado en grande, quemando las noches de sus 18 y 19 años. La fiesta, sin embargo, tenía fecha de caducidad: "Me duró como mucho dos años. Los amigos poco a poco se alejaron. Me fui quedando solo. Empecé a consumir por mi cuenta. En los parques, en casa, en mi coche". Salía del trabajo, se bebía una cerveza e iba "a pillar". Estaba atrapado. Aislado. Y llegó el ultimátum familiar.
17.- De aquello hace un año. Contactó con Proyecto Hombre. Primero lo intentó de manera ambulatoria, en centros a los que el paciente adicto acude algunas horas por semana, a terapia. No le funcionó. Desde hace mes y medio vive en la finca cercana a Chinchón. Dice que lo suyo no es un vicio, sino una enfermedad. Aunque él mismo se lo ha provocado, sus conexiones neuronales, modificadas ya de por vida por culpa del abuso de cocaína, no le darán tregua jamás. Entramos a la Facultad de Psicología de la UNED, en Madrid, donde trabaja e investiga Emilio Ambrosio, catedrático experto en adicciones. Lleva años experimentando con ratas, similares en su comportamiento a los humanos. En un laboratorio introduce al animal dentro de una urna, donde aprenderá que al pulsar una palanca recibirá comida. Tras dos semanas, le colocan una sonda en la cabeza y sustituyen el alimento por cocaína. Cada vez que el animal toca esa palanca, una dosis de droga corre desde una jeringuilla hacia un tubito, y de ahí al cerebro. A un 90% le gustará la primera experiencia, y cada día demandará más y más coca, apretando la palanca con insistencia. A la rata, explica Ambrosio, la cocaína le provoca cambios cerebrales de por vida, igual que a los humanos: "Los cocainómanos tienen daños en la corteza prefrontal, lo que provoca daños en su toma de decisiones. Nunca se podrá recuperar el 100%". Por eso, un adicto podrá aspirar, como mucho, a ser ex consumidor, y una sola raya o una gota de alcohol pueden alterar su capacidad de elegir adecuadamente.
18.- A diferencia de los tratamientos contra la heroína, que tiene en la metadona un sustituto, las terapias contra la coca se basan en un duro entrenamiento psicológico. Se trata de preparar al cocainómano mentalmente para que no vuelva a probar esa gotita de alcohol o esa micra de coca que le llevarán, con seguridad, a las andadas. Apartarla es posible, pero es más fácil cuando detrás de la terapia hay una base familiar potente. Jesús se emociona cuando recuerda su primer día en la calle. Salió unas horas de la finca de Chinchón. Fue con sus padres a un restaurante: "Cuando vino mi padre y me dio un abrazo, fue increíble... Hacía muchos años que no veía eso. El hecho de comer con ellos y hablar... se me hacía raro. Yo estaba muy nervioso, pero nos comunicamos bien".
19.- Además del apoyo familiar, es indispensable cambiar de vida, dejar atrás a los viejos amigos consumidores, cambiar de número de teléfono... Si la persona consigue incorporarse al mercado laboral, mejor. Al principio, el dinero debe administrarlo una persona de confianza. Pasos básicos que nos cuenta un chico de 35 años que hace tres que lo dejó.
20.- Según él, también es indispensable decir adiós a los lugares conflictivos. No es fácil, porque la cocaína en España está en todas partes. Bares, pisos, discotecas, amigos de amigos... Y por supuesto, también en los poblados marginales, sórdidos y peligrosos, pero abiertos las 24 horas. En el caso de Madrid, personas de todo tipo y condición acudían antes a Las Barranquillas a por sus gramos para consumir o menudear en
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