Naturaleza de la ecología

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- ¿Qué es un modelo? ¿cuál es la relación entre hipótesis y modelo?

El modelo es una versión simplificada y abstracta de un sistema real específico, es diseñado con el fin de obtener un mejor entendimiento del funcionamiento de ciertas dinámicas entre elementos participantes en dicho sistema. Lo que se hace es aislar la parte del sistema que buscamos entender y analizar, respondiendo a cómo funcionan las interacciones allí. A partir de los modelos se hacen predicciones de lo que puede suceder por ejemplo dentro de una población, pero no se tienen en cuenta todos los factores reales debido a su enorme complejidad lo que por necesidad genera un margen de error entre lo real y lo ideal.

La hipótesis es considerada un tipo de modelo que no posee tanta complejidad como la teoría, sin embargo es menester observar que los modelos trabajan básicamente a partir de hipótesis respecto al entorno analizado. Por ello el modelo puede ser una construcción ideal menos compleja formada a partir de una cantidad determinada de afirmaciones o hipótesis, las cuales funcionarían como los parámetros que delimitan el comportamiento de los elementos analizados en la representación abstracta y, si son correctas dichas hipótesis, nos acercarían a una realidad visible lo que a su vez no sólo verificaría el modelo sino también la veracidad de las hipótesis.

- Dada la importancia de la investigación ecológica para tomar decisiones políticas y económicas relativas a los problemas ambientales actuales como el calentamiento global, ¿cómo cree que los científicos deben comunicar las incertidumbres en sus resultados a los políticos y al público?

Pienso que los puntos aún no entendidos de los resultados ofrecidos por los estudios pueden ser incluso más importantes que las certezas que estos mismos arrojen principalmente hablando desde la información brindada al público en general. Es muy normal ver cómo grupos específicos manipulan la información tomada de un estudio científico poco conocido o difundido parcialmente, con el fin de argumentar a favor de una causa sin profundizar dentro de las razones o conclusiones completas de los investigadores, y llevando la discusión únicamente el ámbito político cuando la base radica en cuestiones científicas. Un ejemplo reciente de esta situación se presenta dentro de la sociedad Colombiana debido a la polémica que gira en torno a la adopción por parte de parejas homosexuales, en donde muchas personas (inclusive la senadora Viviane Morales y la procuraduría ante la corte constitucional) argumentan en contra citando el estudio de Mark Regnerus quien afirma que los niños criados por parejas homosexuales poseen dificultades psicológicas marcadas respecto a su desarrollo personal, lo que no tienen en cuenta es que la validez de dicho estudio fue puesta en duda y poco después fue anulada hasta por el mismo Regnerus debido a la ausencia de pruebas válidas. No se trata de un caso único pero sí preocupante en la medida en que se pueden estar tomando decisiones políticas en torno a un estudio no sólo mal realizado, sino ya directamente invalido y carente de sentido. Que este tipo de cosas sucedan no únicamente depende de la difusión de la información por parte de la comunidad científica, sino también parte de la deformación de dichos estudios por los medios de comunicación u otros interesados en alimentar la ignorancia y facilitar el uso de argumentos demagógicos con base en estudios científicos adulterados, malinterpretados o simplemente usados de forma parcial omitiendo la parte que no sirve para el fin que se busca.

Por esto los estudios científicos deberían ser comunicados de forma minuciosa, simple y directa pero sin obviar ningún aspecto relevante que abra espacios a la desinformación, de forma que todos tengan la capacidad de hablar dentro de un mismo contexto desde una perspectiva imparcial y objetiva, lo que facilitaría indudablemente la toma de decisiones.