NÚMERO Y TEMA DE LA ACTIVIDAD: ACTIVIDAD 4. LIDERAZGO ASERTIVO EN LAS HABILIDADES DIRECTIVAS Y TOMA DE DECISIONES.

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El caso desde el inicio muestra un estilo de liderazgo democrático, donde todo se planea tomando en cuenta las debilidades, fortalezas y las motivaciones de cada miembro del equipo para lograr las metas necesarias.

Trabajo en equipo

Según el especialista Jon Katzenbach (2000), el trabajo en equipo puede considerarse al "Número reducido de personas con capacidades complementarias, comprometidas con un propósito, un objetivo de trabajo y un planeamiento comunes y con responsabilidad mutua compartida". Un grupo de personas laborando en un lugar no necesariamente conforman un equipo de trabajo, aunque por usos y costumbres se les llame así. En el caso anteriormente expuesto existen buenas relaciones de grupo, se trabaja con un propósito común que va a beneficiar a todo el colectivo. Por lo mismo hay cooperación intergrupal y buenas actitudes hacia el trabajo. El desempeño es mejor cuando se planea todo en equipo y se trabaja en ello.

La sociedad tan cambiante en la que nos encontramos inmersos, exige que los nuevos modelos de liderazgo estén basados en valores ideológicos y morales, contenidos simbólicos, mensajes visionarios e inspiradores, autoconciencia, así como sentimientos y emociones. Dejar atrás los modelos usuales, cimentados en la autoridad de una única persona.

El colectivo en cuestión hacía uso de un liderazgo de equipo, tanto ejercido por un líder externo (Director) como por todos los miembros del equipo (liderazgo compartido), porque se maneja un objetivo común a lograr, apoyo social, y voz. Para las distintas tareas son los integrantes quienes realizan las actividades de liderazgo tomando siempre en cuenta las fortalezas del líder en cuestión. Compartir las responsabilidades de liderazgo da al equipo de trabajo unidad, mejora la colaboración, coordinación y cooperación.

El liderazgo compartido es efectivo porque permite a los miembros del equipo explotar sus potencialidades, sentirse útiles e indispensables para el colectivo. Lo cual en cualquier organización es algo necesario.

Cambio y toma de decisiones

Para Pariente (2010) el cambio se entiende como “aquellas situaciones en las cuales las personas que integran una organización deben aprender y aplicar nuevos conocimientos, habilidades o actitudes para llevar a cabo las funciones que tienen que realizar”. Conceptualizado de esta manera y tomando en cuenta que por naturaleza los seres humanos siempre nos resistimos al cambio de cualquier situación porque nos saca de la zona de confort, ese lugar donde se está protegido y alejado de los errores que se pudieran cometer; es de esperarse que al conformar un equipo de trabajo con un objetivo a lograr, se presente mucha resistencia al dejar de hacer las cosas como se sabe para hacerlas de diferente manera.

La experiencia que se tiene en ello juega un papel importante, porque se tiene la premisa de que ha funcionado en ciclos anteriores y por lo tanto no amerita realizar cambio alguno, aparte de que cualquier cambio conlleva un esfuerzo de tipo físico, psicológico, material y que va a generar dudas sobre el logro o no del objetivo.

En el caso mencionado los que conformamos el equipo de trabajo desafortunada o afortunadamente somos profesores con varios años servicio que nos han dado experiencia en lo que a la escuela se refiere.

Esto provocó una resistencia porque se suponía que sabíamos cómo hacer las cosas, el aceptar que estamos en una sociedad cambiante llevó al equipo a replantearse la práctica docente que se estaba realizando, los errores comunes cometidos y sobretodo aceptarlos y por ende ver los cambios que a esas alturas ya se hacían necesarios si se quería mejorar. Uno de los obstáculos que presentó más resistencia para derribarse, fue el aceptar las actividades que debían realizarse fuera del horario de clases, ya que la mitad de la plantilla trabaja doble.

El primer paso analizar los avances significativos que se tienen del objetivo de mejora, replantear las distintas situaciones que han beneficiado y las que no han sido de gran ayuda tomando en cuenta las opiniones de cada uno de los involucrados, rediseñar la ruta para lograr las metas acordadas y planear de acuerdo a ellas los cambios para realizarlos. Tomar en cuenta las fortalezas de los involucrados para sacar el mayor provecho de ellas y las debilidades, para que con ayuda del equipo poco a poco dejen de serlo.

Estrés y control de emociones

Daniel Goleman (1995) definió a la Inteligencia Emocional: “como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos”. Y la organizó en torno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.

Como se mencionaba anteriormente la sociedad se encuentra en constante cambio y por ende los seres que la componemos también y esto crea incertidumbre personal. Dentro de una organización es importante conocer las emociones que mueven al equipo para poder utilizarlas a favor y no en detrimento, detectar algún cambio emocional desde el inicio para poder trabajar en él antes de que se manifieste como estrés. Aunque en el ámbito laboral parece necesario un nivel de tensión mínima para que el trabajador muestre al máximo sus capacidades, debe de ser eso mínimo, ya que los desequilibrios de estos niveles pueden afectar drásticamente su rendimiento personal y los de la organización, e influir negativamente sobre su desarrollo personal, familiar y laboral.

Al formar el equipo, que dicho sea de paso llevó varios años conformarlo, para trabajar juntos hacía una meta definida, se crearon vínculos que fortalecieron las habilidades de cada uno. Con ello llegó la confianza de hacer las cosas bien y para bien, en este caso de la escuela, del avance en lectura de comprensión, ortografía y fortalecimiento del razonamiento matemático de los alumnos. El saber que de unos años para acá las estrategias aplicadas han funcionado, creó un ambiente de confianza y agradable de trabajo, entrando inexorablemente a una zona de confort y protección, que difícilmente provoca estrés porque los resultados han sido favorables hasta el momento.

A últimas fechas se llegó a sentir hiperestrés, por la construcción del domo y la calle, los ruidos constantes, el polvo y el espacio reducido para que los alumnos se desempeñaran, provocó cambios en su actitud hacía el trabajo y con ello se generó un ambiente estresante dentro de los salones. Y repercutió tanto en los maestros como en alumnos, manteniendo un ambiente