ORIGENES DE LA SEGURIDAD SOCIAL.

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El mundo ha experimentado notorios cambios demográficos de los que, evidentemente, América latina no ha estado exenta, al ser el continente que ha vivido la mas fantástica aventura demográfica del siglo XVIII debido a diferentes sucesos.

Las políticas de población parecen estar ligadas a la idea de desarrollo de los pueblos.

En las naciones subdesarrolladas y en las vías de desarrollo, constituyen un medio para alcanzar otro objetivo más alto el bienestar nacional.

La actual situación económica de nuestras distintas sociedades latinoamericanas, con la apertura de los mercados libres, si bien ha dado lugar a un intercambio comercial más intenso que se refleja en un incremento de exportaciones debido a la falta de infraestructura que nos vuelva competitivo en este rubro, nos ha convertido en simples maquiladores con mano de obra barata. De 200 millones de habitantes que viven en América Latina están bajo la línea de pobreza, lo que representa casi a la mitad de su población total, con un crecimiento de población pobre cercano al 5 por ciento cada a;o.

Evidentemente el proceso no ha ido pues de la mano del proceso económico, los empleos ya cada vez en mayor proporción, no ofrecen ya ninguna garantía real de seguridad social.

En suma, la políticas de población actuales no han respondido de tan deseado desarrollo socioeconómico de Latinoamérica.

HACIA LA SEURIDAD SOCIAL INTEGRAL EN EL SIGLO XXI.

Por un nuevo orden económico de eminente carácter social que busca resguardar el interés colectivo, ya no importa ahora, como sociedad organizada, el buscar la protección individual sino la de un conjunto de seres humanos agrupados colectivamente para que todos tengan las misma posibilidades de alcanzar conforme a sus naturales condiciones y limitaciones la protección Interna e externa del estado y logren todo tipo de bienestar.

Comienzan a abandonar programas de control gubernamental que caracterizan el llamado estado de bienestar comenzando a formar una especie de curva tendiente a volver a sistemas individualistas.

Lo primero que exige nuestra constitución política es que se jure respeto a ella por parte de los funcionarios que asumen el ejercicio de un encargo público, debe el pueblo exigirles que las cumplan a cabalidad, pues ya sea por elección o por designación, los funcionarios solo son mandatarios de este.

La seguridad social contemporánea consiste en proporcionar a cada persona atendiendo a sus circunstancias individuales, a lo largo de su existencia, los elementos necesarios para conducirla dignamente , dando lugar a que todos tengamos una genuina igualdad de oportunidades que de otra manera seria imposible conseguir.