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PATOLOGIAS CODO PORTERO DE BALONMANO

Enviado por   •  16 de Diciembre de 2018  •  3.015 Palabras (13 Páginas)  •  416 Visitas

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Tendinitis en las inserciones del tríceps y del ancóneo. Estos dos músculos tienen sus tendones de inserción en el olecranon. El portero de balonmano, cuando realiza una parada con el antebrazo o con la mano sin contraer correctamente os músculos del brazo, suele sufrir una hiperextensión de codo, ya que la musculatura flexora (sobre todo el bíceps braquial y el braquial anterior) no realiza el trabajo excéntrico que debería realizar para frenar el movimiento. La hiperextensión de codo tiene lugar cuando este se extiende con una amplitud mayor a la natural. La extensión natural del codo es de 10º partiendo de la posición anatómica. El contacto violento del balón con el antebrazo provoca esta hiperextensión, y se produce además un fuerte traumatismo en los tendones de inserción de los músculos tríceps braquial y ancóneo.

La gravedad de estas lesiones es variable, pueden tratarse de simples molestias en puntos concretos, de dolores más fuertes y en zonas más amplias que supongan problemas a la hora de realizar la práctica deportiva, o pueden también ser dolores tan agudos que impiden la práctica deportiva y afectan al día a día cotidiano del deportista.

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4.- PREVENCIÓN

Al tratarse de tendinitis, el trabajo de prevención de la lesión es vital, ya que si se realiza de forma adecuada existen muy pocas posibilidades (siempre hay algún riesgo de lesión, aunque sea mínimo) de que aparezcan. Sin embargo, si se realiza de forma incorrecta, en un portero de balonmano aparecerán de forma prácticamente segura estas lesiones, ya que se trata de musculatura muy específica y a la que normalmente no se la tiene muy en cuenta a la hora de la preparación física del equipo. Por esto, considero necesario que el plan de preparación física y prevención de lesiones sea diferente para los porteros que para los jugadores de campo, y que no sea tampoco igual para un portero que para otro. La preparación física y los trabajos preventivos han de ser siempre individualizados, y los factores a tener en cuenta son muy variados. Entre ellos encontramos factores como el historial de lesiones, los mecanismos que conllevan riesgo de lesión en cada deportista o su condición física.

El trabajo de prevención tanto de la epicondilitis como de la epitrocleitis y las tendinitis del tríceps y el ancóneo va a consistir en fortalecer no sólo los músculos inflamados por la lesión, sino también la musculatura del hombro y del core, ya que, si se realiza correctamente el trabajo, estos músculos van a absorber parte de las bibraciones producidas por el impacto, y el sufrimiento de la zona del codo será menor. Además de ejercicios de fortalecimiento, son de vital importancia aquellos para estirar las zonas en las que hemos trabajado la fuerza.

Los ejercicios para trabajar la fuerza del core se realizarán en isométrco. Este trabajo consistirá en diferentes planchas que irán aumentando el nivel de dificultad y de implicación muscular progresivamente. Además, se realizarán ejercicios isométricos para la zona lumbar y glúteos. Así, se conseguirá un tono óptimo de la musculatura que forma el core, que son la musculatura abdominal (oblicuos, transverso y recto del abdomen), la musculatura caudal de la espalda (cuadrado lumbar y serrato dorsal caudal), los glúteos y el diafragma.

Para el trabajo preventivo en la articulación del hombro haremos ejercicios que tengan transferencia directa con la práctica deportiva del balonmano. Con el fin de frenar el impacto del balón. Para este trabajo van a ser muy útiles tanto gomas elásticas como poleas. Trabajaremos rotadores de hombro, tanto internos como externos, variando los grados a los que se encuentran las articulaciones del hombro y del codo. Cobra mayor importancia el trabajo sobre rotadores internos, sobre todo en excéntrico, ya que a la hora de la práctica son los que van a frenar el movimiento del brazo. Además realizaremos flexiones de hombro horizontales, también con gomas o con poleas y centrándonos en la fase excéntrica, con el mismo fin que los ejercicios anteriores.

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El protocolo para prevenir la epicondilitis de este trabajo consistirá en los siguientes ejercicios, que para que sean efectivos deberán realizarse desde el primer día de pretemporada hasta el final del calendario de competición. Todos estos ejercicios se deben llevar a cabo de manera progresiva, empezando sin peso o con pesos muy ligeros, para poco a poco ir aumentándolo:

- Aperturas de puño: los músculos afectados en la epicondilitis son los encargados de la extensión de la muñeca y los dedos, por lo que una buena forma de trabajarlos sin que tenga mucho impacto es haciendo estas aperturas.

- Flexión de codo con el antebrazo en pronación: en esa posición, la flexión del codo no la realiza el bíceps, sino los músculos de origen epicondíleo

- Con el codo y el hombro en 90º y el antebrazo apoyado sobre una superficie estable, realizar extensiones de muñeca: con este ejercicio se fortalecerán los extensores de esta articulación. Es importante centrarse en la fase excéntrica, ya que el mecanismo de producción de la epicondilitis es la repetición de la fase de frenado violenta llevada a cabo por los extensores de muñeca.

- Flexión forzada de muñeca, ayudándonos con la mano que no está trabajando: se debe tener el codo estirado y el hombro a unos 90º de flexión. Como ya se ha mencionado con anterioridad, el trabajo de flexibilidad es tan importante como el trabajo de fuerza. Este ejercicio nos servirá para obtener elasticidad en los músculos de origen epicondíleo.

Para prevenir la aparición de la epitrocleitis se realizaran ejercicios contrarios a los propuestos para la epicondilitis, ya que los músculos implicados en ambas lesiones son antagonistas. Es importante también recalcar que la constancia durante toda la temporada es parte fundamental del trabajo preventivo. Los ejercicios propuestos para la prevención de la epitrocleitis son los siguientes:

- Cierres de puño: este ejercicio se puede realizar con pelotas de goma. La finalidad es activar los músculos flexores de los dedos, que son los implicados en la epitrocleitis.

- Flexión de muñeca con el codo apoyado y el antebrazo en supinación: de esta forma trabajaremos los flexores de la muñeca, que también se ven implicados en esta lesión. Es muy importante, al igual que en el trabajo para la epicondilitis, centrar la atención en la fase excéntrica del ejercicio, ya que es el momento

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