“Patología criminal: aspectos biológicos”
Enviado por poland6525 • 20 de Diciembre de 2017 • 1.890 Palabras (8 Páginas) • 499 Visitas
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“Diagnóstico y tratamiento: consecuencias político-criminales”
Se refiere a que en el área del control social formal (programas de política criminal de las modernas democracias), a partir de 1950, tuvieron una amplia utilización en los programas de prevención y rehabilitación, así la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis, se encargan de elaborar un diagnóstico perfecto de cada individuo delincuente y proponer un determinado tratamiento. El diagnóstico lleva a recluir al individuo en una prisión común o de máxima seguridad, o en su caso a una clínica de tratamiento, por lo que, el principal objetivo de la privación de libertad es la reinserción social del individuo, por medio del tratamiento psicológico y psiquiátrico obligatorio.
“La sociología de la integración y el comportamiento desviado”
Señala Bergalli que en la desviación desde la sociología se introducen los conceptos de exclusión y marginación social. Merton, situúa a la teoría de la desviación en un conjunto teórico y conceptual, del cual la anomia suministra una clave interpretativa; por otra parte Talcott Parsons señala que esta teoría da una visión de cómo se encuentran estructuradas las sociedades en niveles de sistemas (cultural, social, de la personalidad y del comportamiento); así, la estructura de la personalidad individual está formada por necesidades quo ir e sistema de roles sociales tiene una orientación de conformidad con la alineación cuyo origen se encontraba en la interacción con otros desde su nacimiento.
“Naturalismo y desviación”
Roberto Bergalli señala que la teoría sobre la desviación se construyó en la sociología norteamericana y se le conoce como Escuela de Chicago, consistente en la observación directa de los fenómenos, desde el punto de vista del sujeto y es una revalorización de los fenómenos desviados y de las actividades conectadas con estos.
“Corrientes fenomenológicas que interesan a la teoría de la desviación”
Bergalli señala que en la aparición de las minorías discriminadas en la escena político-social, producen el cambio de análisis sociológico desde aspectos comunitarios hacia los significados, así el desarrollo de la fenomenología se encuentra justificado en los planteamientos del enfoque dramatúrgico de Goffman y de la etnometodología (sociología fenomenológica) que se esfuerza por rescatar al sujeto, la conciencia y la intencionalidad para la ciencia social, y el entendimiento en la comunicación. El esquema de Mead es aplicado por Goffman para estudiar la consciente manipulación que de él hace un individuo en interacción con otros. “El proceso de desestructuración del self es el resultado de una compleja interacción entre las reacciones de los otros (que en el estudio de las instituciones totales es el personal de esos establecimientos), sus definiciones y la intervención consciente sobre la imagen propia”
“El panóptico de Michel Foucaul”
El panóptico de Bentham es en realidad una cárcel en la cual todo se puede vigilar desde un único punto, con la ventaja añadida de que puede hacerse sin ser visto. En una cárcel de este tipo el vigilante se sitúa en el centro del edificio y tiene acceso visual a todas las celdas, pero no puede ser visto ni oído. Las celdas están, además, separadas unas de otras. De este modo el recluso no saben en ningún momento cuándo está siendo vigilado o cuando el vigilante está en la otra parte de la plataforma vigilando a otro recluso. Podría haber varios vigilantes, podría haber sólo uno y estar durmiendo, podría no haber nadie en el puesto de vigía… el recluso no lo sabe y no tiene manera de averiguarlo.
La idea tras este diseño no es otra que la de gobernar a los reclusos con el miedo. Tras de la revolución francesa, Bentham había comprendido perfectamente que las viejas formas de castigo ya no servían, y que con la nueva democracia, para evitar el crimen se perseguía no tanto castigar el delito como evitarlo; si bien la democracia pretendía evitar este crimen reinsertando al preso (esta idea persiste en la mayoría de democracias modernas y es la que hace que no haya ni pena de muerte ni cadena perpetua en el sistema penal español), y no asustándolo preventivamente como a una comadreja. Y es que en este panóptico ni siquiera hace falta que el vigilante vigile, bastaría con que los vigilados sientan que podrían ser vistos haciendo algo que no deben, bastaría la idea de mirada, aunque ésta no exista todo el tiempo, sintiéndola pesar sobre sí, para que el individuo termine por interiorizarla hasta el punto de vigilarse a sí mismo y actuar en consecuencia. La mirada, el panóptico en sí, es la idea del poder en sí mismo: poder para controlar a las personas y modificar su conducta.
Esta cárcel perfecta (reclusos que se auto limitan, reducción del número de vigilantes y por tanto de los costes de mantener la prisión) jamás llegó a construirse, a pesar de que Bentham empleó en ello una parte de su fortuna, pues para cuando estuvo ideada la corona inglesa estaba más preocupada por luchar contra Napoleón que por construir modernas prisiones. Sin embargo, desde aquel momento todas las cárceles y centros de trabajo se han construido siguiendo este modelo panóptico de vigilancia. ¿Por qué? Porque tanto en cárceles como en fábricas la idea de que «el jefe» o el «vigilante» siempre te van a ver cuándo hagas algo incorrecto era útil al sistema. El miedo preventivo a que nos pillen fuera de nuestro lugar de trabajo está interiorizado por todos.
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