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PERSONALIDAD. Factores que intervienen en su estructuración

Enviado por   •  31 de Octubre de 2017  •  5.022 Palabras (21 Páginas)  •  479 Visitas

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4.- Patrón de reacción infantil: cada niño tiene desde el momento mismo del nacimiento, una forma de respuesta que le es característica y lo diferencia de los otros. Asi, hay niños inquietos o tranquilos, vivaces o torpes, irritables o alegres, regulares en sus horarios de sueño, evacuaciones y alimentación o irregulares, con apetito o inapetencia.

Estos patrones de reacción, facilitan o no su relación con las otras personas y provocan en los padres respuestas que tienden a reforzar o debilitar los patrones congénitos. Ej.: un niño torpe, irritable, llorón, irregular en sus horarios e inapetente, puede provocar en sus padres rechazo y agresividad, lo cual provocará en él inseguridad y contribuirá a hacerlo más intranquilo. El niño vivaz, alegre, regular en sus horarios y con apetito, tiende a promover en los adultos conductas de aceptación y afecto que reforzarán en él las conductas agradables.

Estos patrones de respuesta, tienden a perpetuarse a través de los años en forma de tendencias hacia la actividad o la pasividad. El activo, tiene mayor oportunidad de explorar y conocer el medio, pero también choca con más frecuencia con las normas y se expone a la represión y agresividad de otros niños o adultos, con el consiguiente sentimiento de frustración y rabia. El pasivo, obtiene menos información y experiencia, pero se expone menos a la agresión.

Estas tendencias no son inmodificables. Un medio represivo puede transformar al niño vivaz y explorador en taciturno y triste y lo contrario, padres comprensivos y afectuosos, pueden transformar el niño irritable e intranquilo en plácido y al tímido en asertivo y emprendedor.

4.- EXPERIENCIAS VITALES

Si bien el niño al nacer ya trae predisposición congénita, los factores ambientales pueden reforzar o modificar estas tendencias.

Las condiciones adversas, pueden imposibilitar o dificultar el desarrollo normal y predisponer a los trastornos mentales aún cuando la tendencia congénita del niño sea saludable.

El efecto del medio es tanto mayor y más persistente, cuanto más inmaduro se encuentre el organismo; es por ello que los acontecimientos ocurridos en la infancia, tienen tanta importancia en la estructuración de la personalidad y son determinantes en toda la vida posterior del sujeto.

A continuación, describiremos los factores que más influyen en el proceso de desarrollo del niño, en la promoción y preservación de la salud o en la predisposición a la enfermedad a partir del momento del nacimiento:

4.1.- Las características psicológicas de los padres y de otros adultos que hayan sido importantes en la vida del niño; los rasgos más sobresalientes de sus personalidades, así como las ideas que tengan de si mismos y el mundo, así como las estrategias básicas que utilicen en la relación familiar, determinará la forma como satisfarán las necesidades básicas de los niños, como proporcionarán los estímulos necesarios para su desarrollo, como impondrán las normas disciplinarias y cuáles serán los valores éticos y morales que guiarán su conducta y cuál será el estilo general de comunicación familiar.

Adultos amorosos, comprensivos, permisivos y flexibles que tengan con el mundo una relación básica de confianza promocionarán relaciones de cooperación y armonía, lo cual facilitará la formación de personalidades estables con gran capacidad de adaptación y resistencia ante el stress.

Adultos fríos, distantes, indiferentes, muy variables en sus estados de ánimo o decididamente hostiles, promocionarán una serie de conflictos familiares que repercutirán negativamente en la estructuración de la personalidad de cada uno de los niños.

4.2.- La satisfacción de las necesidades básicas: el hombre al nacer es un ser débil, indefenso, absolutamente dependiente, que necesita la ayuda de sus padres o sustitutos para poder sobrevivir. En ese estado, tiene una serie de necesidades básicas que deben ser cubiertas Debe ser protegido, abrigado, estimulado, tenido en brazos, acariciado y alimentado.

Cuando tales necesidades son satisfechas, el niño experimenta placer y bienestar y su organismo continuará su desarrollo normal Cuando las necesidades no son satisfechas, el niño sufrirá, llorará, gritará y actuará para su satisfacción. Si como producto de ello puede mitigar su dolor pero no satisfacerse del todo, tenderá a organizar su conducta en torno a la búsqueda de esa satisfacción. Así, el hambriento buscará comida y el carente de amor tratará continuamente de ser tomado en cuenta, querido y apreciado. En otros casos, a pesar de todos los esfuerzos, el niño no logra ninguna satisfacción, sufrirá tanto que para defenderse del dolor lo reprimirá, lo hará inconsciente y con ello aparentemente desaparecerá la necesidad. Así, el deprivado de alimento después de algún tiempo, llegará a no sentir hambre y en casos extremos podrá morir permaneciendo indiferente ante la comida. El que no tuvo amor llegará también a ser indiferente ante él, pudiendo incluso sentir molestia, rechazo o agresividad ante las manifestaciones amorosas.

Ambas conductas, la búsqueda insaciable o la indiferencia, influirá notablemente en el desarrollo psicológico.

4.3.- La estimulación: el desarrollo y mantenimiento de las conexiones nerviosas, depende de la periódica activación de los estímulos. Es por ello, que existe una relación directa entre la estimulación que un niño recibe y la posibilidad de desarrollar sus órganos sensoriales, sus destrezas motoras y su capacidad intelectual.

Un medio pobre en estímulos, dificulta el desarrollo y provoca diversos tipos de alteraciones. Los niños poco estimulados presentan: deficiencia en su capacidad de aprender, de resolver problemas intelectuales, son impulsivos, se les dificulta las relaciones interpersonales son susceptibles de presentar desarreglos sensorio motorices y tienen escasas resistencias frente a las tensiones y enfermedades. Estas deficiencias no sólo retrasan el desarrollo de facultades más complejas, sino que provocan en los otros reacciones hostiles y de rechazo que agravan su situación.

Un entorno rico en estímulos favorece el desarrollo, afianza la capacidad de hacer frente a los problemas, aumenta las resistencias del organismo al stress, fomenta el desarrollo de facultades intelectuales v posibilita conductas adaptativas.

Una estimulación excesiva si bien puede desarrollar mucho algunas facultades, exigirá permanentemente un alto nivel de estimulación, sino, el niño se sentirá aburrido, fastidiado y para

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