PERSPECTIVA DE INTERVENCIÓN PROFESIONAL

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Por otra parte cuando se habla de la profesión de Trabajo Social, se habla también de una serie de valores que permiten visualizar ese horizonte deseado; valores tales como: libertad, igualdad, equidad, entre muchos otros, son pilares esenciales que enmarcan el proceso de intervención. Proceso, que en muchos de los casos se ven viciados por Instituciones (gubernamentales, políticas y privadas) o por la precaria acción del Estado.

Por lo anterior, debemos comprender también, que como Profesionales de Trabajo Social dependemos de una institución o entidad llámese pública o privada, y eso de alguna u otra manera, permea nuestro quehacer o intervención, y es en este preciso instante donde entra a jugar un papel fundamental la ética profesional, pero sobretodo la ética personal.

Es en este momento donde debemos ser aún más críticos, pero sobretodo conscientes de nuestra realidad, debemos tener claro que nuestra visón de un futuro deseable, depende del aquí y el ahora, pero sobre todo depende de que tanto conozcamos nuestra historia; pues como reza el conocido refrán “el que no conoce su historia, está condenado a repetirla”.

Entonces, entender de manera crítica, lo que está sucediendo a nivel económico, social, político, culturar y por qué no, hasta religioso; enmarca un campo de acción aún más amplio y con un ramillete de posibilidades más holgado, del que nos ofrece la mera teoría, sin descalificar, claro está la importancia de conocerla y ponerla en práctica.

No es lo mismo intervenir a una sociedad de la cual desconocemos, sus orígenes, raíces, cultura, ideologías, etc.; a intervenir en una de la cual poseemos un profundo conocimiento de su historia; en la primera es probable que nos quedemos cortos a la hora de intervenir, en el segundo caso, y entendiendo de manera crítica esa multiculturalidad, que nos ofrecen las sociedades modernas, podemos generar a partir de la misma sociedad herramientas pertinentes que nos faciliten nuestro modo de actuar y de desenvolvernos profesionalmente.

Es importante clarificar que cada fenómeno social (como por ejemplo la pobreza), es el resultado de las acciones colectivas e individuales de cada sociedad y son los mismos individuos los que deben responder a estas situaciones. Nosotros no somos “hadas madrinas” ni mucho menos debemos ser tan soberbios, para creer que en nosotros reposa la fórmula mágica que da solución a cada situación de malestar. Que si bien estamos aquí para menguar de algún modo dicha problemática, no somos más que un canal o un artilugio que permite conducir las actuaciones de una u otra forma.

Para terminar se puede concluir que no existe un método de intervención preciso, eficaz, perdurable pero sobre todo vigente y general, que pueda ser utilizado en todos los casos, las sociedades, fenómenos, y o necesidades; existen más bien herramientas de intervención, las cuales deben ser creadas y utilizadas según cada realidad; el desarrollo o el logro de esa visión de horizonte deseable no se logra a partir de un método de intervención generalizado, sino de estrategias diseñadas para cada caso en específico.

BIBLIOGRAFIA:

IX jornadas de Trabajo Social [CATS PBA]. (2012, Mayo 17). Perspectivas de intervención profesional del Trabajo Social [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=ikQD9U6q8IA

Fernández G. Tomás, Ponce de León R. Laura (2002), El proceso de intervención en el Trabajo Social con casos: una enseñanza teórico-práctica para las escuelas de Trabajo Social. UNED

Fernández G. Tomás, López P. Antonio (2006), Trabajo Social con grupos. Alianza editorial, Madrid.

Raya D. Esther, (2008), Fundamentos y objeto del trabajo social comunitario. Unirioja.

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