Parkinson Definición, diagnóstico y tratamiento
Enviado por karlo • 21 de Diciembre de 2018 • 1.687 Palabras (7 Páginas) • 279 Visitas
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Bradicinesia: el paciente con EP tardará en realizar una tarea más tiempo de lo que previamente hubiese necesitado. La bradicinesia también se refleja en la amplitud del movimiento, que puede verse reducida, así como en tareas motoras finas de la vida cotidiana. La marcha parkisoniana también es una manifestación de la bradicinesia, se trata de una marcha lenta, a pasos cortos, arrastrando los pies y con disminución o ausencia de braceo.
Rigidez: constituye un aumento del tono muscular, los músculos están constantemente tensos y no se pueden relajar bien. La rigidez puede provocar:
- Reducción de la amplitud de los movimientos.
- Dificultad para girarse en la cama o sentarse en una silla.
- Dolor y calambres.
- Disminución de la expresividad facial por la rigidez de la musculatura de la cara.
Inestabilidad postural: considerado el cuarto signo típico de la EP. A medida que la enfermedad avanza, los pacientes tienden a adoptar una postura encorvada, con una flexión del tronco hacia delante, o incluso lateralmente, lo que contribuye al desequilibrio.
- Síntomas No motores.
Trastornos del sueño: altamente frecuentes. Un tercio de los pacientes presentan insomnio, también pueden tener sueños mu vívidos, somnolencia diurna o alteración del ciclo vigilia-sueño.
Pensamiento y memoria: pueden presentar lentitud en el pensamiento o cambios en su razonamiento, memoria o concentración, y algunos pacientes con EP desarrollarán deterioro cognitivo. Este deterioro es diferente al de la enfermedad de Alzheimer, afectando a áreas como las funciones ejecutivas, atención, función visuoespacial.
Trastornos neuropsiquiátricos:
- Alteraciones del estado de ánimo como depresión, ansiedad y apatía.
- Alucinaciones e ideas delirantes, como alucinaciones visuales y delirio de celos o de perjuicio.
- Trastornos del control de impulsos, hipersexualidad, ludopatía, compras compulsivas, etc.
- Otros: pundign (realizar una tarea o afición de forma adictiva); síndrome de desregulación dopaminérgicas.
Otros: estreñimiento, hiperhidrosis, hipotensión ortos tatica, disfunción sexual, síntomas urinarios. Perdida de la capacidad del olfato, dermatitis seborreica, alteraciones visuales, fatiga o cansancio, dolor y trastornos sensitivos no explicados. Alteraciones del habla y la deglución.
- Diagnóstico
El diagnostico de EP sigue siendo un diagnóstico clínico, es decir, se realiza en base a la historia clínica y exploración física y neurológica del paciente, la presencia de determinado síntomas, y la ausencia de otros.
El neurólogo se puede apoyar en pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico.
Estas pruebas pueden ser:
- Análisis de laboratorio.
- Pruebas de imagen cerebral: TAC, RMN.
- Pruebas de neuroimagen funcional: la tomografía por emisión de positrones puede ayudar a confirmar el diagnóstico de EP y diferenciarlo de otras entidades como el temblor esencial o el parkinsonismo inducido por fármacos, vascular o psicógeno.
- Pruebas neurofisiológicas: se puede recurrir a un estudio de electromiografía para determinar con exactitud el tipo de temblor.
Es importante distinguir la EP de otras enfermedades o síndromes que pueden tener síntomas parecidos, ya que la respuesta al tratamiento y la evolución pueden ser diferentes. Hablamos de parkinsonismos tales como la parálisis supranuclear progresiva, atrofia multisistémica o enfermedad por cuerpos de Lewy difusos. También hay otros parkinsonismos no degenerativos, como el parkinsonismo farmacológico y el parkinsonismo vascular.
El diagnóstico de la EP será apoyado por la buena respuesta del paciente a la medicación antiparkinsoniana y por la evolución esperable del cuadro clínico a lo largo de los años. Por tanto, el diagnóstico realizado se revaluará periódicamente por el neurólogo. Es conveniente que a los primeros síntomas o signos del párkinson se acuda al médico para realizar un diagnóstico adecuado e iniciar el tratamiento.
- Tratamiento
La levodopa (L-dopa) continúa siendo un tratamiento muy eficaz y piedra angular del tratamiento de la EP. Los agonistas dopaminérgicos son medicamentos que tienen su efecto terapéutico mediante la estimulación de distintos receptores de levodopa. Los agonistas dopaminérgicos derivados de la ergotamina incluyen a la bromocriptina, pergolide, cabergolina y la lisurida. Debido a su perfil de efectos secundarios y adversos, tolerabilidad y efectividad actualmente no son utilizados rutinariamente. Los agonistas no ergóticos incluyen al pramipexol, rotigotina, apomorfina, ropinirol. Otros medicamentos disponibles son los inhibidores de la catecolometiltransferasa (iCOMT) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (iMAO).
- CONCLUSIONES
El apoyo psicológico en a estos pacientes es de importante ayuda para su recuperación o paliación de la enfermedad, los cuidados de enfermería en conjunto con el tratamiento farmacológico ayudarán a una disminución de los síntomas motores y no motores que presenta esta enfermedad.
- BIBLIOGRAFÍA
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