Pasos difíciles hacia una estabilidad en tiempos de crisis

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Es así como la planificación queda en un segundo plano, debido a los problemas que se vivía, se necesitaban acciones a corto plazo, es decir, resultados inmediatos y no había tiempo para planificar. Una consecuencia natural fue la mengua del papel de la planificación, esa visión de vista corta influyó en la reducción de su incidencia en la política pública, en particular, en ese ambiente no cabía la planificación para el desarrollo.

Se entendía que, mientras el proceso de industrialización no concluyera, se enfrentaría constantemente una tendencia al desequilibrio estructural del balance de pagos, ya que el proceso sustitutivo aliviaría potencialmente la demanda de importaciones, pero dada la falta de encadenamientos productivos internos y la especialización en unas pocas actividades exportadoras, se requería de cuantiosos insumos importados de las economías industrializadas.

Ya para la década de los 90, el Estado quedo relevado y no cumplía sus funciones de gobierno, solo se volvió un ente regulador, la mayoría de las instituciones estadales se privatizaron, sin embargo debido a la falta de control y un marco normativo errante, este tipo de sistemas privados no fue satisfactorios para los consumidores, por esta razón el estado tomo cartas en el asunto y retomo su liderazgo, implementando nuevos reglamentos y normativas que permitiesen una mejor forma de optimizar y modernizar los procesos productivos con una mayor equidad a la hora de distribuir los gananciales.

En contexto de planificación no hubo avances, las entidades y ministerios de planificación siguieron cerradas o con mínimos recursos y se pudo notar los efectos causados en la economía debido a esto, a pesar de que en esta década se focalizaran en reducir la pobreza, en aumentar la exportación y en hacer crecer la economía, esta no se recuperó de la perdida de la década de los ochenta por no contar con planes con visión de futuro que ayudaran a prevenir problemas, a solucionarlos y a implementar estrategias que ayudaran a solventar problemas como el desempleo.

Es por esto que al llegar el nuevo milenio se tuvieron que replantear a la planificación como el instrumento de desarrollo. La economía seguía muy afectada, la pobreza y el desempleo seguían a niveles elevados, uno de los factores influyentes fue el atentado el 11 de septiembre de 2001, con la tragedia de las torres, se produjo un desequilibrio en el flujo económico que normalmente se mostraba en ese entonces, afectando incluso al nuevo modelo que emergía de Latinoamérica. Sin embargo, hubo una recuperación parcialmente rápida, gracias a las crecientes potencias mundiales, Asia e India, que tenían la necesidad de importar materia prima que poseía Latinoamérica, este fue un factor predominante en el surgimiento de la economía en este territorio, llevando a los países Sudamericanos a un crecimiento económico debido a que, pudieron exportar las materias principales a precios más convenientes, creando tratados comerciales de intercambio. De esta forma pudieron crear nuevos planes que actuaban de forma favorable al sector económico y social, habiendo una disminución en la pobreza, el desempleo y una considerable disminución en la deuda externa.

Estas nuevas políticas y modelos económicos permitieron un incremento en el precio interno bruto del país, reabasteciendo las arcas económicas, brindando una estabilidad parcialmente óptima. Sin embargo, Si bien es sabido que para esta época la planificación ya era una herramienta considerada como esencial, tendría que ser puesta a pruebas muchas veces a través de las décadas posteriores.

La planificación ha surgido con nuevas estrategias de desarrollo, debido a que, el estado entendió que debían mirar más allá del corto plazo, para focalizarse en la planificación económica y social brindando mejoras de la distribución del ingreso, así como el control de gastos y rendición de cuentas. Se hicieron importantes mejoras en la gestión pública, en donde, la eficiente y oportuna presencia del estado ha sido esencial para implementar nuevos planes de desarrollo, es así como alrededor de 16 países, incluido Venezuela tienen planes diseñados para el bienestar económico y social de la población.

Los países durante el tiempo han atravesado por problemas económicos, políticos y sociales y lo más probable es que eso siga ocurriendo, pero si el Estado se replantea sus objetivos y visiones les será más fácil buscar soluciones a los problemas que atraviesen, con una gestión gubernamental que ayude al aparato productor, así como medidas sociales que procuren el bienestar social y se reduzca el desempleo a su mínima expresión. Es decir, el Estado tiene que diseñar planes y estrategias para poder actuar en el momento preciso, cuando se está en un rol de mando, saber cuáles son los objetivos que se quieren lograr y hacia donde nos dirigimos será de suma relevancia a la hora de actuar y tomar decisiones. La planificación a jugado un rol protagónico durante las décadas pasadas y cuando se ha utilizado correctamente, se le ha podido sacar el mejor provecho a esta herramienta logrando grandes resultados, sin embargo, no olvidemos que la planificación requiere tiempo y es por esta razón que, muchas veces se dejó de lado para tomar caminos más cortos y rápidos, que en su momento fueron de gran ayuda, pero no brindaron soluciones a largo alcance, más bien momentáneas causando que los problemas resurgieran en grandes crisis. Después de tantos altos y bajos la planificación se ha fortalecido aprendiendo de las fallas y aciertos que tuvo durante años para aportar y enriquecer en los nuevos desafíos que se presenten en este nuevo siglo.